Trillizos Wolfhard {F. W. y tú} // Terminada

28. El amor es una mierda

_____'s POV.

—Lila, ven —la agarré del brazo, despegándola de los labios de Gaten. Ella gruñó en forma de queja y Gaten la agarró del otro brazo.

—Lila, no te vayas —dijo el chico—. Vete con Finn, _____.

—¡Dame a mi amiga! —exigí molesta, fulminándolo con la mirada.

—Ok, un ratito —se rindió mientras Finn miraba la situación divertido. Sonreí y agarré a Lila del brazo, Gaten bufó y miró a Finn resignado.

Lila y yo caminamos lejos de ellos y entramos a la cafetería.

—¿Qué pasa? —preguntó ella.

—Nada —admití— Solo quería alejarme de Finn, me está poniendo nerviosa.

Ella me miró y soltó una carcajada.

—Qué patética te pones —dijo.

—No soy patética, es que él es bipolar —me quejé.

—¿Qué hizo ahora?

—Mejor no te cuento —dije sentándome en una mesa.

—Dime —dijo ella.

Bufé y le conté lo ocurrido la noche anterior.

—¡Ay madre mía! dime que no es verdad.

—No puedo decirte eso.

—¿Por qué no te acuestas con él y ya está? —expresó con normalidad— Yo lo haría.

—Porque tengo orgullo —admití—. Mucho.

—Eso lo explica todo.

Finn's POV.

Vi a las chicas irse hacia la cafetería y, por eso, me atreví a comenzar la conversación con mi amigo.

—Gaten, tienes que ayudarme.

—¿A qué? —preguntó.

Me pasé la lengua por los labios pensativo, no sabía cómo pedirle que me ayudara a enamorar a _____.

—Soy un mediocre—dije.

—Lo sé.

—Lo mío es el sexo puro, pero no funciona.

—¿No funciona?

—No, no funciona, porque no me hace caso.

—Me perdí, Finn.

—A ver, mi hermano me dijo que la enamore, pero yo no sé cómo se hace eso —admití algo frustrado. «Por Dios, Finn, tan complicado no debe ser»— Hoy he intentado hacer algo bonito llevándola a un sitio raro con antigüedades y huesos —dije algo asqueado. No me gustaban los cadáveres ni los huesos que había ahí, aunque las veces que había ido con alguna chica del campus a tener sexo no me había importado.—. Pero, no me sale, no sé qué hacer.

—¿De quién hablas? —él seguía confundido.

—De _____ —dije—. Es obvio.

Él soltó una carcajada.

—Bien, empieza por no mirarla como si te la fueras a merendar, no le preguntes si quiere sexo, no la toquetees cuando se te dé la gana.

—¡Eso ya lo hago desde hace tiempo!

—Finn, es que no sé qué decirte, para mí es algo sencillo. Ábrete a ella para que se abra a ti. Muéstrale que te importa y que sientes cosas por ella, no es tan complicado.