36. No soy Finn

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_____'s POV.

—______, ven —Laura asomó la cabeza por mi cuarto— Mis padres han llegado.

Me acomodé el cabello nerviosa. ¿Qué dirían de mí cuando vieran que solo hablaba con Miles? ¿Qué, últimamente, no era muy bienvenida entre los trillizos? Porque después de pelearme con Finn, odiar a Mike también y tener a Miles en mi contra porque su hermano había vuelto al alcohol; las cosas no iban del todo bien, nada bien.

No era que Miles no me hablara, de hecho, conversábamos mucho en el trabajo. No obstante, podía notar su molestia y cómo cambiaba de tono cuando Finn entraba en la conversación. En su opinión, Finn no me había engañado y yo había sido la única que rompió corazones. No le creía, porque era obvio que defendería a su familia y no a mí.

Lo único bueno era que tenía trabajo, pero la mitad de las horas las compartía con Finn y era muy difícil sobrellevar la tensión cuando debías poner buena cara. Nuestras conversaciones se limitaban a los pedidos de los clientes y, en alguna ocasión, simplemente se lo escribía. Alguna vez lo había notado mirándome con cautela y negando con un gesto cuando me percataba de su mirada. Estaba comenzando a pensar que Miles tenía razón, pero no quería creerlo, así que seguía con mi idea.

Por otra parte, el trabajo no era tan malo como pensaba que sería, es más, me gustaba. Me di cuenta de que en ese momento lograba desconectar de todo y solo centrarme en servir, como si estuviera jugando.

Me puse bien la camiseta y me miré otra vez en el espejo antes de salir de mi habitación nerviosa.

Fui al comedor y me encontré a Laura sentada en el sofá, mientras que Mike abrazaba a un hombre y Finn a una mujer, Miles solo observaba.

Miré a Finn y aparté la mirada de golpe cuando volteó, sus ojos se cruzaron con los míos, me dolía no tenerlo a mi lado y, más aún, sentir que le echaba de menos.

Miles separó a Finn de su madre.

—El niño de mamá ya ha demostrado lo mucho que ha echado de menos a su mami —Su madre negó con la cabeza divertida. Era hermosa, no era extraño que sus hijos fueran tan guapos. Miles abrazó a su madre y ella correspondió—. Mamá, esta casa te necesitaba.

—¿Quién es el niño de mamá ahora? —se burló Finn antes de que su hermano le diera una patada en la espinilla— ¡Auch! —se quejó.

—Cállate, baboso —dijo Miles.

La madre de deshizo del abrazo y miró seriamente a Miles.

—Milo —dijo ella— Cuidado como hablas.

—Mamá, mamá, mamá, extrañé que me dijeras eso —respondió divertido para abrazar de nuevo a su madre. Ella rio y luego se separó de su hijo.

Me mordí el labio y la mujer, de la cual aún no sabía el nombre, se acercó a mí. Tragué saliva nerviosa sintiéndome, por primera vez, una extraña en el hogar de los Wolfhard. Por unos segundos solo quise desaparecer, ya que solo quería agradarle, y presentía que no iba a hacerlo.

Ella me sonrió amablemente e imité el gesto mirándola a los ojos.

—Hola —saludó—. Tú debes de ser _____, ¿cierto?

—Sí —contesté con una sonrisa—. Encantada.

—Soy Mary, la madre de estos torbellinos —dijo ella divertida—. Los tres me han hablado muy bien de ti, ¿sabías?

Aquello me sorprendió. ¿Los tres? Me pareció algo muy extraño, pero no dejé que se notara hasta que volvió a hablar:

—Sobre todo Miles —dijo bajito y abrí los ojos como platos.

Trillizos Wolfhard  {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora