21. Sola con Miles

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_____'s POV.

—Esto es demasiado frustrante —después de pasarme toda la noche llorando de frustración, lo único que podía repetir era esa frase—. Yo hice lo que tocaba, me tiré horas y horas, y Finn lo ha cagado todo. ¡A veces, me dan ganas de matarlo! ¡No es justo! ¡No es justo!

—Tranquila, tranquila —mi amiga se sentó frente a mí y me agarró de los brazos, quizá para ella eso funcionaba, pero a mí solo me hacía perder más mis casillas— ¿Qué pasó?

Apoyé mis codos en la mesa y me tapé la cara en signo de molestia, apartándola de mí, no solo por su gesto, sino también por esa capucha con orejitas de gato que llevaba puesta, ¿de dónde diantres había sacado eso?

—Arruinó mi trabajo —bufé, aún no podía creerlo, y sabía que acabaría entrando en pánico de nuevo. ¡Iba a suspender! ¡Y encima iba a quedar como irresponsable e inmadura!

«Ese maldito torpe».

—¿Qué ha hecho qué? —preguntó ella, que seguía sin entender lo sucedido.

La miré fijamente y luego di un sorbo a mi chocolate caliente, al menos, tenía algo que ayudara a calmar mis nervios. Pero fui tan estúpida que al pedirlo no pensé en que cada sorbo me recordaría la pérdida de mi trabajo.

—Él es lo más inútil que te puedas imaginar —aclaré—. Estaba acabando el trabajo, y sabes bien que tenía que ser a mano. Finn,
como es bipolar, se le ocurrió hacerme un chocolate caliente, después de haberse pasado el día hable y hable como una cotorra, dijo que recordó que a mí me gustaba y quiso hacerme uno.

—Aw, que tierno —dijo ella—No es tan malo.

—Ya lo sé, tiene sus momentos de ternura, la cuestión es que me tiró el chocolate en el trabajo —manifesté asqueada—. No tengo ni idea de cómo se lo montó para tropezarse con la cama y tirar el vaso en el escritorio. Lo manchó y rompió todo, Dios mío, ¿por qué tiene que ser tan torpe?

Lila intentó aguantar la risa, pero no lo consiguió y estalló a carcajadas haciendo que toda la cafetería dirigiera sus miradas hacia nosotras.

—¿Quieres dejar de reírte? —me quejé. No me hacía ninguna gracia.

—Es que, me imagino a Finn tropezándose, cayéndose y tirando todo. Y no puedo evitar reír —explicó y odié notar como me contagiaba la risa. Sí, gracioso era el hecho de que Finn era más que torpe, pero la parte en la que tenía que volver a hacer todo el trabajo para la semana que viene, y llevaba dos meses con ello, no lo era.

—Tengo que volver a hacer todo —dije yo fastidiada.

—Eso no me hace gracia.

—Pues no —dije yo bufando. ¿Cómo iba a hacerlo? No tenía tanto tiempo—. Es que, no voy a tener tiempo para acabarlo.

—Dile que te ayude —dijo ella.

—No —negué con la cabeza. Finn era nefasto en historia, si dejaba que me ayudara no aprobaría—. Me va a hacer suspender y, encima, no se calla ni debajo del agua, es muy pesado. Creo que ya ha ayudado bastante.

—No debe ser tan malo.

—Lo es —expliqué e inmediatamente callé cuando vi que Gaten y Finn se acercaban a nosotras. Sí, Gaten y Finn, de pronto, eran como uña y mugre, es increíble lo que llega a unir una borrachera.

—¿Qué tal vas, cariño? —preguntó Gaten a Lila después de darle un beso en los labios. Otra novedad, ellos dos eran pareja.

—Bien —contestó ella con una sonrisita tonta.

Trillizos Wolfhard  {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora