Capitulo Veintiocho| Besos con sabor a Caramelo

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C A P I T U L O   V E I N T I O C H O

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C A P I T U L O V E I N T I O C H O

Besos con sabor a Caramelo.

Kler:

¡No puedo creerlo, estoy en Francia! En La Ciudad de el amor, donde hacen los mejores hot cakes de el mundo. Unos de los templos de la moda. 

¡Estoy muy emocionada!

—Jeff, gracias por traerme aquí. —Agradezco bajando las escaleras mirando la pista de aterrizaje.

—Vamos, hoy es un día largo. —dice y me agarra de la mano y me lleva para las camioneta.

Y miro que tenemos mucha seguridad creo que exagera, con el tiempo que tengo viviendo con Jeff jamás nos han hecho daño o algún tipo de atentado.

—Jeff...¿Es necesaria tanta seguridad? Creo que exageras. —murmuro mirando todas las personas con armamentos en sus manos y caderas.

—Jamás exageró Kler, nunca se sabe. —responde. 

—Está bien. —Quizás tiene razón...hay que ser precavidos pero ¿Tanto?

No lo creo. 

Si supieras

¿Que como?

Nada...

Nos montamos en la camioneta y salimos de la zona de aterrizaje. 

Llevamos como veinte minutos y veo que paramos en un hermoso lugar, Francia es muy linda. La moda de acá me encanta.

Veo las personas en los cafés charlando, algunos con sus ordenadores.

Hay pastelerías preciosas Todo es hermoso.

—Hermosa. —dice Jeff y me sonrojo todavía no me acostumbro a que sea muy cariñoso conmigo pero no me quejo.

—Bienvenida a los jardines de Luxemburgo.

Miro a mi derecha y me encuentro un jardín parque bello hermoso. 

Yo literalmente chillo de la felicidad mi padre jamás fue de las personas que me llevara de viaje. Y venir a Francia siempre fue mi sueño.   

Bajo de la camioneta con Jeff a mi lado y empezamos a pasear por el parque, jamás pensé que esto pasaría. Estar en Francia, con Jeff si pelear y sin ningún tipo de amenazas. 

—¿Por que has elegido estos destinos?—pregunto. 

—Bueno, esto va a ser lo más estupido que habrás escuchado. —Lo miró atentamente—La cosa es que yo quería que la cosa fuera a el Azar. Me compre un mapa mundial y unos dardos, la cosa consistía que yo lanzara los dardos al mapa y donde cayeran a ese lugar iríamos.

Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora