Capitulo Treinta y Cinco| Me debes una noche de bodas.

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C A P I T U L O T R E I N T A  Y  C I N C O

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C A P I T U L O
T R E I N T A Y C I N C O

Me debes una noche de bodas.

Kler:

—Jeff estoy segura que agarre muchas cosas. Si lo admito, pero es que son demasiados cosas. ¿Tienes algo que decirme al respecto?

Jeff sigue manejando y me volteo y me miro a Reginald que está intentando aguantar la risa. Y no lo disimula muy bien que digamos.

—Está bien, Esta bien. Confieso que yo también agarre unas cosillas por hay.

¿Cosillas?

Más u menos la media Tienda.

—Jeff...Dime como y por que agarraste más cosas. Tus gustos son demasiados elegantemente depravados y te puedo asegurar que me obligarás a ponerme todo eso que traes en la camioneta. —Jeff señala para que Reginald le preste atención.

Jeff saca el radio transmisor:—Oliver oríllate. Reginald se pasará a hacerte compañía.

—Jeff sabes que las cosas con los italianos no andan muy bien que se digan. ¿No crees que es mejor que me quede por si pasa algo? —Habla Reginald.

¿Italianos? ¿Que están pasando con ellos? Otra cosa más que me está ocultado Jeff y más vale que me lo diga y no habrá más sexo.

¿Por que te mientes a ti misma?

¿De que hablas conciencia?

Sabes que te encanta.

Deberías ser más específica conciencia.

Sabes muy bien de lo que hablo.

Como la ves, No se.

Te explicaré con un ejemplo muy sutil. Al parecer hoy me amaneciste medio bruta. Si Jeff te pide follar diez veces al día lo harías.
Por que número uno: Te encanta Jeff.

Número dos; te encanta hacerlo con el por que el hombre es una delicia.

Y número tres; yo no te dejaría negarte.

¿Entendiste? Por que te tengo más ejemplos si quieres te los ilustro.

Conciencia, tú no sabes nada. Solo hablas, hablas y comentas, al fin y al cabo todo eso es mentira.

No lo niegues...Tú y yo sabemos que es verdad pero al parecer no quieres quedar en mal frente a los lectores.

¿Lectores? ¿Como? ¿Cuando? ¿Dónde?

Sabes que mejor me voy. Por ahora, no cantes victoria todavía queda la guerra, la guerra la ganó yo.

¿¡De que estás hablando!?

Mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora