Capítulo 30

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Luz blanca otra vez, la que entraba por la ventana. Las sábanas eran otras, el escenario era otro, claro, estaba en California, no en Nueva York, pero la historia parecía repetirse.
Cuando abrí los ojos los vi a Peter y Ricky sentados uno al lado del otro, me miraron, ambos tenían la mirada perdida, yo también estaba perdida, me sentía rara.
-Lali...-empezó Ricky- no sabía hasta donde podías llegar....
Quise hablar, pero la voz no me salió porque sentí un dolor punzante.
Miré a Peter que tenía lágrimas en los ojos, voltee a ver a Ricky que estaba igual, lo supe, esta vez fui yo.
-¡¿Se dan cuenta de que soy una mierda?!-las lágrimas se escaparon de mis ojos incontrolablemente- no se porqué están acá, todo arruino, todo... No se manejarme sola, no se vivir en armonía, todo poquito de felicidad lo quiebro, no se... No se respirar y ser feliz
Ricky se acercó y me abrazó, me sostuvo en sus brazos y lloré, me empezó a faltar el aire y me trajeron un respirador, ¡¿para que?! No lo merecía.
La enfermera me dio la noticia que ya sabía, yo había tomado todos los anti depresivos que siempre tomaba, calmantes para la cabeza, pastilla tras pastilla, exageradamente, desmesuradamente.
"Perdiste a la nena" me dijo la enfermera.
¿Perdí? La maté, no fue mi intención, nunca fue mi intención, nunca tuve que haber sido madre, el destino me lo demostró varias veces.
Peter se quedó mirando a la nada aún perdido, después nos miró a Ricky y a mí.
-No se que hago acá...-él se puso de pie para irse pero lo llamé con la poca voz que tenía- se que soy una mierda y soy la última persona a la que quieren ver pero... ¿Pueden quedarse un ratito más conmigo?
Peter asintió con la cabeza, Ricky se quedó sentado a mi lado.
Estuve con el respirador un tiempo largo, tratando de regularizar mi respiración, y otra vez empecé a ver gris.
Miré la vista del ventanal y me imaginé saltando, atravesando el vidrio, sintiendo el aire contra mi cuerpo.
-Lali-me llamó Ricky trayéndome a la realidad-vamos a hablar más adelante pero ahora creo que necesitas más a Peter..
Ricky se puso de pie y cedió el lugar, salió de la habitación, Peter se quedó mirándome en silencio, lejos de mí.
-Lali... Conozco cada mierda que pasaste pero..¡¿porque?!-quiso saber angustiado- ¡¿porque otra vez lo mismo?!
Me puse a llorar inmediatamente, no sabía.
-Yo no... No pienso.. Solo siento esos impulsos que... Que no puedo controlar yo... Peter perdí tres personas preciadas que quiso darme la vida, a una la maté yo, soy una mierda, no entiendo que haces acá-lloré, se me alteró la respiración y Peter se acercó, me puso la máscara de oxígeno, se sentó a mi lado y sostuvo una de mis manos con las suya.
-Lali... Dejá que te cuiden, soltá el pasado, pensá en lo maravillosa que es la vida a pesar de todo, tenes una hija.. Que te ama.. Que te necesita.. Lo tenes al nene, a Milan que te adora.. Y lo tenes a Ricky que te ama, puedo verlo, notarlo...-la voz de Peter ahí se quebró- no quiero traer más problemas a tu vida, solo... Solo quería que sepas que comprendo tu dolor, el de la pérdida, y que cualquier cosa podes contar conmigo pero.. Creo que lo mejor es que te de espacio, tiempo, que me aleje..
Otra vez me brotaron lágrimas.
-Peter sos muy bueno-alcancé a decir con el aire que recuperé- ¿porque queres cuidarme aún sabiendo lo que hice?
-No lo hiciste queriendo y... Lali lo sabes, estoy enamorado de vos-él lo volvió a repetir en voz alta y mi interior se removió-pero ahora tenes demasiadas cosas.. Si tiene que ser, será
Se acercó, besó mi frente y se fue.
Me quedé sola en la habitación blanca, Ricky no volvió, me trajeron la merienda y no quise comer nada, solo lloré, otra vez volvieron los llantos, hasta sentir nuevamente a la nada misma.

Ricky no me dejó ver a Allegra durante un mes, no quería que ella me viera en mi estado, yo tampoco quería ver a Allegra, yo no la merecía, me había transformado en una especie de monstruo al cual nadie más que psiquiatras y enfermeros se le acercaban.
Todos los días eran nuevamente grises, pintaba, con negro y blanco, siempre esos colores, hasta que un día pinté con rojo.
-¿Que representa?-me preguntó mi terapeuta.
-La sangre-le respondí, no estaba siendo dramática, pero tanta sangre había corrido por mi culpa.
Otro día me hicieron caminar descalza por la orilla de la playa y me acordé de una escritora argentina, Alfonsina Storni, se murió por un amor caminando hacia el mar.
Traté de luchar contra todos esos pensamientos pero la poca fuerzas que ya de por si tenía se habían evaporado cuando me dijeron que yo misma mate a mi hija.
Lloré mucho, me encerré en mi habitación, a veces iba a la de Allegra y me sentía peor, veía nuestras fotos juntas, con Ricky, fotos de su nacimiento, fotos con Milan, y extrañé esa realidad, la más feliz que pude experimentar.
Otra vez me prohibieron revisar las redes sociales, cada vez que salía de mi casa para hacer una salida "recreativa" la prensa me acosaba, me sacaban fotos, me perseguían, me escapaba, no quería saber nada con ese mundo, no otra vez.
Así pasaron varios meses, llegó navidad y a Ricky le pareció bien pasarlo en "familia", familia que yo misma destrocé.
La vi a mi bebé, Allegra, cuando me vio me dijo mamá, trató de caminar hacia mí, y no pude no emocionarme, me había perdido de tanto.
Sostuve a Allegra en mis brazos y recién ahí fui consciente de lo que la había extrañado, Milan me miró extrañado pero terminó saludándome, él siempre tan respetuoso.
Ricky me besó la mejilla y nos acomodamos en el living, Eugenia había venido al enterarse lo que había pasado, nos habíamos distanciado hace ya bastante tiempo, desde Nueva York, pero volvió a mi vida e intentó llenarla de color, decoró mi casa con adornos navideños.
Eugenia me puso un sombrero de mamá Noel.
-Gastón se lamenta no poder venir-me contó y hizo una mueca-ya va a pasarse por año nuevo creo, ¡hola Ricky!
Ella lo saludó, la realidad era que no se conocían y por mi iban a pasar navidad juntos.
Milan se alegró con su regalo, yo lo conocía bien, Ricky me sonrió, me regaló una sonrisa.
Para Allegra el regalo lo compró Ricky, era una cadenita con la forma de un colibrí.
-Que lindo-le sonreí a Ricky.
-No fui yo...-él suspiró y me señaló la bolsa, saqué una tarjeta y leí:
"El colibrí significa la alegría, Allegra es tú alegría, seguro tu orgullo más grande, la dueña de tu amor, no apagues a tu alegría, no la apartes, la necesitas y ella te necesita, todos necesitan de vos, incluso yo, Peter."
Me emocioné, Allegra era mi única y verdadera alegría, Peter estaba en lo correcto, y tendría que salir adelante, por ella, y por mi.

Pasó navidad e intenté recuperar un poco del tiempo perdido con mi hija, la trataba en todo el tiempo con cuidado, como si fuera una cajita de cristal que se pudiera romper, no quería romperla, no a ella, yo ya estaba rota, pero podía juntar mis partes y tratar de armarme para poder estar para ella.
Allegra me regalaba sonrisas, siempre fue muy simpática, era mi calco hasta en el humor, humor que yo tenía antes de atravesar todo lo que pasé.
Acaricié la frente de mi hija y la besé, ella cerró sus ojitos y suspiré, tendría que hacer algo con mi vida, empezar a accionar.

Llegó año nuevo y anoté una lista de objetivos para el año próximo, la fiesta era multitudinal, en la playa, todos de blanco.
Allegra llevaba una corona hecha de flores, Milan un traje acorde y Ricky otro igual, nos sentamos en la misma mesa, al fin y al cabo éramos familia.
Milan se llevo a Allegra haciéndola caminar por la arena hasta la orilla y los vi desde lejos.
-¿Como estas?-le pregunté a Ricky, sabía que todo había sido duro para él.
-Como puedo-fue sincero y suspiró- pero feliz de que estes hoy con nosotros
Él me sonrió como pudo.
-Siento... Que estoy viviendo una vida que no es mía, ¿yo te tengo a vos que sos tan bueno, el amor de mi hija, una hija? Y el amor de tu hijo...-miré a Ricky a los ojos- siento que no es mi vida, yo..
Iba a seguir pero Ricky me besó, y me dejé llevar, no sabía si realmente lo necesitaba, sí sabía que lo quería, pero..¿lo suficiente para ser su esposa?
Me aparté algo y la sonrisa que Ricky tenía en sus labios se desvaneció.
-¿Pasa Peter no?-quiso saber.
-Pasa que no se que pasa... Tiempo Ricky-le pedí y él asintió con la cabeza.
-Esta bien...-él me besó la frente y tiempo después escuchamos el recuento hasta que se hicieron las doce, año nuevo, ¿vida nueva?

Enredados (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora