Capítulo 22

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Hola a todos los que me están acompañando con esta historia que estoy disfrutando escribir, el capítulo anterior me resultó fuerte, pero quería dejar expuesto problemas actuales, cosas que pueden pasar, que muchas veces pasan, abordar esa clase de temas desde la escritura, me gustaría que me cuenten que sienten al leerla, espero que disfruten este nuevo capítulo💚
Saludos!
Martina
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Abrí mis ojos y vi todo blanco, lo primero que pude ver con nitidez fue la cara de mi mamá, su expresión fue de preocupación, después de furia.
-¡Sos una estúpida! ¡¿Tenes idea de lo que hiciste?!-fue lo primero que me dijo, me estaba aturdiendo- sos una inconsciente, Mariana mirame cuando te hablo
La miré angustiada y me puse a llorar, ella trató de entrar en calma.
-Lali me preocupaste, me preocupas hija, estas atravesando muchas cosas juntas-suspiró y se sentó a un borde de la cama, estábamos en un hospital- te metes en escándalo tras escándalo, ¿es cierto lo que salió en los medios?
Asentí con la cabeza sin ánimo, no me sentía del todo fuerte para hablar, tampoco le había contado la verdad a ella y a mi papá, mamá me abrazo como cuando era pequeña.
-Mi Lali-ella me acarició el pelo y suspiró- todo va a ir mejorando... Ey, no vuelvas a callarte nunca más las cosas, contas con tú papá y conmigo..
Mi papá apareció con un café en la mano, me saludó, besó mi mejilla.
-¿Como te sentís?-quiso saber.
-Me duele.. Me duele la cabeza-apoyé una de mis manos ahí- y siento nauseas..
-Es normal-dijo una enfermera que acababa de entrar a la habitación-tenes que descansar, no hacer muchas cosas, no te estreses
Que fácil es decirlo, pensé.
Suspiré y miré a mis papás, preocupados, se habían venido de lejos para verme.
-¿Necesitas algo?-me preguntó mamá y negué con la cabeza- te dejamos que descanses, lo necesitas
Ellos se despidieron de mi y me quedé sola en la cama, entrecerré mis ojos y me agarró un dolor punzante en la cabeza.
La enfermera se acercó al verme cerrar los ojos.
-Vas a estar bien-trató de calmarme- no pienses muchas cosas, tratá de dormir, o mantené los ojos cerrado sin hacer nada, más tarde cuando estes mejor van a traer algo para que comas
Asentí con la cabeza y le hice caso, cerré mis ojos e intenté descansar.

Me desperté porque escuché ruido, habían dos voces hablando, miré a las personas desconcertadas.
-Él es un psiquiatra-la enfermera me lo señaló al señor- vino a tomar testimonios, a que le cuentes cosas, pero tratá de estar calma dentro de lo posible
Asentí con la cabeza y ella se fue, me quedé sola con el psiquiatra.
-Soy Niko-se presentó- necesito que me cuentes todo lo que hayas vivido y lo que sentís en este momento, lo que te venga a la mente
Suspiré, miré a un punto fijo, tenía la mirada perdida, empecé a hablar y volví a revivir cada cosa, durante todo mi testimonio se me erizó la piel, temblé, lloré y maldije.
Cuando terminé de hablar el psiquiatra me hizo tests, me hizo dibujar, que le diga que veía en distintos dibujos, y una serie de preguntas.
Se fue de la habitación y me quedé agotada mentalmente, la cabeza volvió a dolerme.
Mis papás volvieron después de unos minutos y se quedaron conmigo por el resto de la tarde hasta que me trajeron algo para comer aunque no tenía apetito.

Una semana pasó hasta que me dieron el alta, del hospital me dieron la orden de abandonar las grabaciones e ir al psiquiatra todos los días, no tenía que cargar con más obligaciones, no por ahora, ya con mi cabeza tenía bastante.
Mis días se basaban en mirar por la ventana sin poder salir al balcón, Eugenia me lo tenía prohibido, ella estaba viviendo conmigo para levantarme el ánimo y cuidarme, como si tuviera cinco años.
-Me siento horrible Chinita-me senté a su lado y la miré con mis ojos brillosos- el rumbo de mi vida se fue a la mierda, estoy las 24 horas del día rota, no puedo hacer lo que me hace feliz, trabajar, pintar, cantar, lo único que hago es llorar.. No puedo comer, no me sale, no tengo apetito... No puedo dormir bien.. No puedo dejar de pensar en cualquier cosa, ¡ni un segundo! La cabeza me da vueltas, me duele en todo momento... Extraño cuando todo era distinto, cuando tenía algo parecido a la felicidad, cuando no sentía la mierda encima mío
Eugenia me abrazó, ella tampoco sabía como manejarme, hacía lo que podía, yo trataba de estar mejor por ella, me ponía mal que ella tuviera que hacer una especie de rol de madre, odiaba ser una carga para ella.
-Lali no estás más sola, los tenes a tus papás, a Gastón, a mí-ella sonrió como pudo y volví a abrazarme.
-¿Cuando están los resultados de todo lo que me hicieron?-pregunté ansiosa.
-Tienen que hacerte análisis clínicos y todo eso todavía-Eugenia suspiró- Lali están haciendo todo esto lo más rápido que pueden pero lo que te pasó atrasó un poco todo
Mierda, yo misma cagué todo y eso tiene a Peter más tiempo aislado del mundo.
Me angustié nuevamente y Eugenia lucho para que comiera algo, pusimos una película para mirar, claramente no seguí el hilo del argumento, como buena actriz que soy fingí interés.
Eugenia trató de que me moviera, me enseñó algunos ejercicios de yoga, yo solo quería meterme en la cama, cuando terminamos eso mismo hice, ella se acostó a mi lado y suspiró,
-Vas a salir de esto-me susurró y cerré mis ojos-sos más fuerte de lo que crees
No respondí, yo no creía lo mismo, mantuve mis ojos cerrados e intenté descansar.

Pasó una semana más, una en la que me analizaron de arriba a abajo, era vergonzoso, horrible, pero eso era nada con lo que debía estar pasando Peter, no había momento en el que no pensaba en él.
-Hoy es el día-Gastón me animó, él y Eugenia estaban conmigo en mi departamento, el único lugar en el que últimamente quería estar.
La prensa estaba hablando de mí las 24 hs del día, mis amigos me prohibieron usar las redes sociales, pero cuando ponía el noticiero a escondidas leía algunas cosas, me trataban de mentirosa, oportunista, Mariano salió a dar la cara con su sonrisa falsa, me hacía mal verlo, quería aplastarlo con una aplanadora.
La ansiedad me estaba matando, caminé por todo el piso de mi departamento y me comí las uñas nerviosa.
-El juez va dar una conferencia de prensa después de que diga lo que estuvieron investigando, el veredicto-Eugenia me informó-¿enserio queres ir, y verle la cara a ese enfermo?
Asentí con la cabeza.
Me bañé, me preparé y salí a la vida sin una gota de maquillaje.
Gastón y Eugenia vinieron conmigo, mis papás también viajaron, entraron al juzgado y se quedaron esperando en la puerta, no podían entrar.
Cuando entré a la sala sentí un escalofrío al verlo, me entraron ganas de llorar y gritar, pero me contuve, todo podía ser usado en mí contra. Trajeron a Peter y él me miró solamente a mí para tranquilizarme, estaba más flaco, le había crecido algo la barba.
-Bueno, es hora de que diga lo que se y las determinaciones que decidimos tomar en conjunto de varios, después de todas las evaluaciones-suspiró el juez-empiezo.. Habíamos evaluado a la novia del señor Mariano Martinez y habían rastros de violencia psicológica, ahora evaluamos a la señorita Mariana Espósito, ella también posee rastros de haber sufrido daño psicológico, ll determinó el psiquiatra, encontraron registros de que es cierto que fue a abortar en algún momento de su vida y de que perdió un bebé, los médicos describieron sus lastimaduras de cuando llegó al hospital, tenía golpes, sufrió una hemorragia, se lastimó la cabeza cuando se cayó al suelo, eso último lo relató ella, Mariana quedó desequilibrada, atentó contra su vida hace pocos días.. Creo que las pruebas son suficientes, el señor Mariano Martinez es culpable
Dijo esas palabras y dejé de escuchar que decían a mi alrededor, se me llenaron los ojos de lágrimas.
Mariano se quedó estático sentado en el asiento, miró a los pocos presentes y suspiró.
-Esto es un error...-pronunció en rol de víctima.
Soltaron a Peter y se puso a mi lado, me abrazó y me aferré hacia él, me apoyé sobre su pecho, ya no me importaba más nada.
La policía se acerco a Mariano y él seguía diciendo que todo era un error.
-Mariano Martinez va a ir preso-el juez dio por finalizada la sesión y Mariano me fulminó con la mirada, fue una mirada amenazante, no temí más, se lo llevaron y pude respirar aliviada. Agarré la cara de Peter y lo besé con necesidad, lo había extrañado tanto.
-Lo hiciste mi amor-él me miró con sus ojitos brillosos, yo estaba igual que él-Lali lo hiciste
Volví a abrazarlo, no quería soltarlo.
-¿Podemos irnos ya?-le pedí y él asintió con la cabeza.
Nos dimos la mano y el exterior no existió, Eugenia, Gastón y mis papás estaban emocionados, nos abrazaron, llegaron los papás de Peter y sus hermanos, eran tan parecidos a él.
-Ella es Lali...-él me presentó a su familia-no es el lugar ideal para que se conozcan pero.. Nada fue normal desde que la conocí
Peter me sonrió y me sentí aliviada de verlo nuevamente así, con luz, lo abracé y noté que su mamá lo miraba muy emocionada, feliz, a Peter se le cayeron algunas lágrimas de felicidad.
Fuimos a la casa de fin de semana de la familia Lanzani, alejados del ruido de la ciudad.
El papá de Peter cocinó pizzas, su mamá arregló la mesa, la decoró y habló mucho con mis papás, después se sumaron mis hermanos, me abrazaron fuerte y me emocioné.
-Hola..-mi hermana saludó a Peter- soy Ana
-Juan Pedro-él le sonrió alegre- igual nos conocimos hace mucho tiempo atrás, a él no lo conocía, ¿Patricio no?
Pato, mi hermano asintió con la cabeza y saludó a Peter.
Comimos, brindamos y cuando la reunión terminó me quedé a dormir ahí con Peter, no lo solté en ningún momento.
-Pitt...-lo llamé cuando él tenía sus ojitos cerrados, estaba cansado- toda esta mierda que por suerte terminó me hizo dar cuenta de algo, que te quiero...-solté esas palabras que me costó tanto admitir, él abrió sus ojos y la mirada se le iluminó-una mierda que haya tenido que pasar todo esto para que me diera cuenta.. Yo..
Peter puso una de sus manos sobre mi boca y después me besó dulcemente.
-Todos tenemos nuestros tiempos Lali..-él me sonrió y acarició la cara-te quiero
Él me abrazó y cerré mis ojos sintiéndome feliz, no me importaba más nada, solo vivir este momento.

Enredados (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora