Capítulo 4

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El día se pasó volando, realmente fue así, cuando salí de ahí tuve que cambiarme en mí casa y volver a salir, tenía que ir a una gala de beneficencia, pero para desgracia mía las fotos de Peter Lanzani saliendo del set de grabaciones de mi serie ya habían sido subidas a internet, todas las redes sociales estaban hablando de eso.
-¡Lali! ¿Te reencontraste con Peter? ¿Que opinas de su caso? ¿Crees que hizo lo que se dice de él?-me preguntó una reportera.
-¿Que opinas de que lo hayan detenido en una comisaría?-preguntó un reportero.
-¿Notaste alguna actitud violeta?-quiso saber otra persona, me hicieron un par de preguntas iguales hasta que pude entrar a la gala, claramente no respondí nada, la vi a mi mejor amiga Eugenia entrar unos minutos más tarde.
-¿Fue algo desastrosa tú llegada?-quiso saber.
-No te das una idea..-solté un suspiro.
Posamos juntas y nos sentamos en una mesa, una mesa que tuve que compartir con otros actores de mi serie.
Cuando empezó el evento recibí un mensaje de parte del guardia de seguridad, "Cuando puedas llamame".
Me puse de pie y me alejé un poco de la gente, llamé y el guardia me atendió.
-Recibí una caja para vos, solo dice tú nombre, ¿lo llevo a tú departamento?
-Sí, gracias Anthony, seguro es un regalo de algún fan-le volví a agradecer y me senté nuevamente al lado de Eugenia, llegó Gastón.
-¿Que me perdí?-quiso saber él.
-Recién empieza el evento-Eugenia le respondió- y nos queda una larga noche..
Hicieron subastas de varias cosas donadas por los distintos artistas, yo doné un accesorio que me quedé de mi primer personaje, un libro que me había dado el personaje de Peter, uno de mis favoritos, Un mundo feliz de Aldous Huxley. Se vendió y me sentí rara cuando se lo dieron a otra persona, pero era para una buena causa.
Con el elenco de mi serie hicimos un brindis entre todos y después cada uno se fue yendo a su casa, me despedí de Eugenia y Gastón, mi chofer me estaba esperando, me llevó hasta la puerta de mi departamento y entré, subí por el ascensor hasta mi piso, en el pasillo había una caja que solo decía "Lali".
Lo levanté del suelo y abrí la puerta, la cerré y dejé mi cartera en una silla, solté un suspiro, había sido un día de locos. Abrí la heladera buscando algo dulce para comer, en las galas creen que los famosos comen poco, yo no soy como creen. Agarré un pedazo de torta de chocolate y me senté en el sillón, comí un poco y se me ocurrió abrir la caja.
Se me cayó la cuchara sobre mí vestido, el aire se me fue por una milésima de segundo hasta que recordé respirar.
¿Mariano? No podía ser otra persona.
Agarré las pequeñas zapatillas blancas que alguna vez había comprado y la vista se me nubló, no podía estar haciéndome esto.
Contuve mis lágrimas para no llorar, pero no pude no hacerlo.
Le había mostrado esas zapatillas una de las tantas veces en las que nos encontrábamos en su casa, para ser exacta cuando me enteré de que estaba embarazada, tenía miedo, pánico, nuestra relación ya de por sí no era bien vista, yo era más joven que ahora, y él no me dio opción, hizo que renunciara... Renunciara a la vida que alguna vez había tenido dentro, fui tan estúpida, pero tenía miedo, él me dio miedo, me asustó y así mi infierno empezó.
La respiración se me aceleró y llevé una de mis manos hacia mi pecho, tiré las zapatillas al suelo y traté de estabilizarme, pero no pude hacer otra cosa que llorar. Nunca había llorado así, no me lo había permitido, había minimizado lo que pasó, me fui a "hacer un trámite" y dejé esa ilusión atrás, después volví a sus brazos porque creía que era mi lugar seguro, me llevó más días haberme dado cuenta de mis dos errores, haber perdido la oportunidad de tener a mí bebé y seguir estando con Mariano Martinez.
Mis lágrimas siguieron nublándome la vista y sentí mi cuerpo temblar, me dolía todo, los recuerdos, el pasado, el presente, me dolía la vida, me faltaba el aire, no podía respirar.
Como pude llegué a mí cama y me desplomé en ella, de un momento a todo dejé de ver.

Sonó el timbre, me di cuenta porque así me desperté, la cabeza me dolía, mucho, demasiado. Me puse de pie de mala gana, tenía el vestido que llevaba puesto la noche anterior. Caminé hasta la puerta y la abrí, lo vi a Gastón.
-¿Estas bien?-quiso saber, seguro tenía una mala cara.
-Yo... Necesito una pastilla, me duele la cabeza-lo dejé entrar y busqué en un cajón alguna, me la tomé después de servirme un vaso de agua-¿que haces acá?
-Vos que haces acá, es Viernes, todavía es día de semana y vos no estas en el set, no respondiste las llamadas, las noticias arden con los titulares de tú reencuentro con Peter y que esquivaste a la prensa anoche-él me miró preocupado-¿porque seguís con la ropa de la gala?
-No lo se.. Solo recuerdo que me sentía mal y... Me desperté ahora-le conté omitiendo bastantes cosas y me puse a hacer una tostada-¿queres?
-No.. Lali, tenemos que ir a grabar, tenemos obligaciones-me recordó y suspiré, asentí con la cabeza.
-Está bien, me doy una ducha y vamos-le di mi palabra y me desaparecí aún sintiendo un mal estar general.
Después de ducharme me maquillé algo, claramente tenía mala cara, ojeras.
Gastón se sentó al lado mío mientras mi chofer nos llevaba a los estudios.
-Podes hablar y contarme lo que sea...-él me sonrió mirándome preocupado-se que te estuvieron pasando cosas difíciles pero siempre me vas a tener..
-Lo se-asentí con la cabeza y intenté sonreír- te quiero por eso, y porque sos un gran amigo
Él me dio un abrazo y pasamos por algo para que desayune, lo hice en la camioneta y llegamos al canal, medio que me miraron mal, habíamos llegado tarde, le pedí disculpas a todos y fui a cambiarme para grabar la primera escena del día, tuvimos que ir a exteriores y nos llevaron en otra camioneta; una grande, de rodaje, cuando ésta estaba por arrancar una persona entró. Se sacó su capucha y me sonrió, Peter Lanzani, su sonrisa se borró al ver mi cara.
-¿Estas bien?-quiso saber preocupado, era el día de preguntarme eso evidentemente.
-No quiero que vuelvan a hacerme preguntas por hoy-le pedí y él se quedó mirándome.
-Lali si hay algo que sos es muy transparente-me miró a los ojos acercándose a mí-siempre lo fuiste
-Peter por favor, no preguntes, dormí mal.. Solo no quiero compartir lo que pasa por mi cabeza hoy-solté un suspiro y aparté mi mirada de la suya- por cierto, ¿que haces acá?
-¿No puedo sorprenderte?-me sonrió y tocaron la puerta, cuando la abrí una persona tenía un ramo de rosas rojas que me dio.
-¿Fuiste vos no?-traté de adivinar.
-Sí.. Pero a ojos de todo los del set no fui yo... Fue un admirador secreto, o un fan..-él me miró divertido y se encogió de hombros- no soy como la prensa dice, soy detallista.. Cuando quiero-él me guiñó un ojo mitad haciéndose él coqueto y mitad bromeando-en realidad esto de regalar flores no lo hago, sos afortunada
-Ahora que lo decís sí, me siento muy afortunada-le seguí el juego y él consiguió que soltara una pequeña sonrisa, increíble como un acto chiquito puede cambiar el humor de tú día-Peter me toca actuar ahora pero después..
-Después voy a seguir esperándote acá, listo para que vos me digas que queres hacer o no, solo quiero... Empezar de nuevo, conocerte, aunque ya te conozco.. Quiero que puedas confiar en mí-él me miró tan intenso a los ojos que me sentí intimidada- me importas
Él me agarró de la mano y sentí algo parecido a una descarga eléctrica, mi primera reacción fue soltarlo.
-Perdón-él se alejó un poco de mí.
-No.. Yo... Si esperas acá tal vez podamos volver a empezar-lo miré y él volvió a sonreírme, asintió con la cabeza.
-Te espero-se acomodó en el sillón y le sonreí, salí de la camioneta y Gastón elevó sus cejas molestándome, claramente él sabía quién estaba dentro.

Enredados (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora