Franchesca salió presurosa de la sala a preparar aquel brebaje, una vez la puerta se cerró los dos cazadores que habían intentado llevársela por la fuerza se colocaron a ambos lados de la salida.
-No voy a ir a ninguna parte... - murmuró Elaine furibunda echando una ojeada a los dos imponentes cazadores.
- Tranquila, no te pasará nada malo.- Etienne posó una mano en su hombro para intentar reconfortarla.- En cuando vuelva Franchesca todos tendrán que tragarse sus palabras.
Echó una ojeada a su alrededor, todos menos los dos hermanos estaban bastante alejados de ella. Formando pequeños grupos, y aunque ninguno se había dirigido a ella de forma desagradable se les notaba por su lenguaje corporal que no la querían cerca. Alguno que otro la observaba con recelo.
- ¿Que es eso de la lengua de Níla... como se llame?- preguntó con curiosidad. Le sonaba un poco aquel nombre, pero no lograba recordar muy bien.
- La lengua de Nílade es una planta que se utiliza en los interrogatorios. - explicó Dante, poniéndose junto a su hermano- Es una mutación producida por nosotros, los cazadores. Sola no hace nada, pero si se prepara de una forma en específico, con unos ingredientes específicos y los glifos adecuados tendremos un preparado que quién lo toma se verá obligado a decir la verdad. Da igual que seas el mentiroso más hábil del mundo o el mejor guardando secretos...
-Afecta a las partes de tu cerebro encargadas de mentir, - añadió Etienne- lóbulo temporal, lóbulo frontal, sistema límbico... que se encargan de mentir e inutiliza esa parte en concreto, pero curiosamente estimula para que digas la verdad. - su hermano se le quedó mirando con cara de: es mas sencilla mi explicación, a lo que el mas joven se defendió- ¿Que? Es interesante.
Elaine abrió los ojos como platos, y recordó como su tía en mitad de una lección lo había mencionado de pasada. Por una parte se alegraba, ya que así no habría ninguna duda de que no mentía. Pero por otro lado estaba intranquila. Podían preguntarle cualquier cosa, hasta sus más profundos secretos, los que ni siquiera decía en voz alta delante de nadie podrían salir a la luz. Era cierto que no tenía nada que ocultar, pero aquella vulneración de su intimidad la aterraba.
- ¿Y eso es legal? - la chica se abrazó a si misma con nerviosismo. De repente tenía frío. Le pasaba siempre que estaba nerviosa.
- Si el que lo toma es un cazador solo es legal en juicios o situaciones excepcionales, siempre con la autorización de un alto mando o juez. En el caso de los tuyos... - Dante torció el gesto- no hace falta tal permiso.
Elaine asintió, bajando la mirada y observando sus zapatos, avergonzada. Era obvio que para los suyos no existiesen esos derechos. Tristemente estaba totalmente de acuerdo. Aún así se sentía nerviosa, había mentido a Etienne cuando le conoció. Sabía que era una tontería, pero aún así el remordimiento la carcomía por dentro, no le gustaban las mentiras.
No supo si pasaron unos segundos o varios minutos, pero tenía que decírselo, al menos por su propia voluntad y antes de que le robaran el derecho a su intimidad.
- Lo siento, Etienne... Te mentí.- habló temerosa de que se enfadara con ella.
- ¿A que te refieres?
- Yo... Cuando te hablé de mi en el instituto. - hizo una pausa para tomar aire y después habló atropelladamente- En realidad no tengo 16 años...
El muchacho, que parecía estar conteniendo el aliento, quedó más tranquilo.
- No pasa nada. En tu situación entiendo perfectamente que hayas querido pasar desapercibida, en realidad por tu aspecto, sabía que eras un poco las pequeña que yo pero...
- No, no...- no pudo evitar reír un poco ante sus palabras- El caso es que tengo 18 años.
-¿Que?- dijeron los dos hermanos a la vez, incrédulos. Y añadió el más joven- Yo pensé que... en fin pareces...
- Lo sé, todo el mundo me lo dice. Parezco más pequeña, supongo que por la altura.- se encogió de hombros y viendo la cara del chico añadió- ¿Estás enfadado?
- ¡No, para nada! Es solo que me pilló por sorpresa...
Al mismo tiempo Dante se dio la vuelta dándoles la espalda, con una mano tapando su boca. Parecía que estaba conteniendo la risa. Elaine no le veía la gracia, pero al menos no se lo había tomado mal... Aprovechando que su confesión parecía ir bien se armó de valor.
- Y... mi apellido no es Campbell. Mi apellido es...
Pero no tuvo tiempo de continuar porque en ese momento volvió a aparecer Franchesca con lo que parecía un vaso. El líquido del interior tenía un tono azulado bastante llamativo.
Al entrar todos guardaron silencio de nuevo y prestaron atención. La chica, cruzó presurosa la sala y entregó el brebaje al líder de los cazadores, quién lo aceptó en silencio. Hizo un gesto a los gorilas de la puerta, que en un abrir y cerrar de ojos condujeron a Elaine al centro de la sala, donde la sentaron en una silla.
Los nervios inundaron todo su ser. No le gustaba la sensación de ser observada por toda aquella gente, que además la consideraban culpable antes de demostrar nada. Su instinto le gritaba que se levantara de la silla y saliera corriendo de allí, pero no podía hacerlo. Sería como darle la razón al padre de Etienne y Dante y ella no era un monstruo.
Una sombra se acercó a ella por el flanco derecho, cuando entró en su campo de visión vio al líder de los cazadores quién le tendió el vaso sin ninguna expresión en el rostro. De cerca era mucho mas alto e imponente, le recordó a su hijo Dante la primera vez que le vio.
Cogió el vaso en silencio, dubitativa. Inconscientemente levantó la vista hasta buscar unos ojos azules. Etienne la sonrió con confianza y asintió, animándola a beber. Ella, le devolvió como pudo la sonrisa, levantando el vaso en su dirección a su salud y acto seguido ingirió todo el líquido de una sola vez. No sabría decir a que sabía, había esperado algo fuerte o amargo, pero era mas bien dulzón. Esperó durante unos segundos y notó como el dulzor se hizo cada vez mas empalagoso pero justo cuando se acostumbraba comenzó a picar. Al principio fue algo leve, pero se fue incrementando hasta parecer que había comido demasiado picante. Notó como en cualquier momento le llorarían los ojos.
-Bien, ya ha hecho efecto.- comentó el hombre. - ¿Cual es tu nombre?
- Elaine- respondió ella automáticamente. Se sorprendió, es como si alguien se lo hubiese empujado a decirlo.
- ¿Cual es tu nombre completo?- reformuló la pregunta.
- Elaine Fireblood.
En cuando pronunció su apellido un cuchicheo de fondo se hizo notar, Etienne y Dante la miraron con sorpresa e incluso el padre de ambos reaccionó. Observó como apretaba sus puños y su mandíbula se pronunciaba mas. Al parecer su apellido les era familiar... ¿tan conocidos eran que hasta los cazadores lo reconocían?
Tragó saliva y aguardó al torrente de preguntas que seguramente le harían, recordándose que no tenía nada que esconder.
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La luz en mi noche
FantasyElaine procede de uno de los linajes mas influyentes del mundo demoníaco, pero tras un evento traumático se ve obligada a escapar de su propia familia. Su destino se vuelve aún mas complicado cuando conoce a los hermanos Leblanc, dos chicos con aspe...