Elaine procede de uno de los linajes mas influyentes del mundo demoníaco, pero tras un evento traumático se ve obligada a escapar de su propia familia. Su destino se vuelve aún mas complicado cuando conoce a los hermanos Leblanc, dos chicos con aspe...
Se tardaba solo unos segundos en recorrer todo el callejón, pero a Elaine se le hizo eterno. Sobre todo cuando tenía a unas bestias del inframundo con claras intenciones hostiles detrás de ella.
Casi habían alcanzado la calle principal cuando a su lado alguien tropezó, cayendo de bruces al suelo. Elaine frenó en seco para ver como Diego se levantaba con dificultad maldiciendo por lo alto. Pero era demasiado tarde, ya que el demonio les venía pisando los talones acompañado de sus sabuesos de caza. Este vio la oportunidad y se arrojó sobre el chico, pero Elaine fue mas rápida. Hizo levitar un contenedor de basura que lanzó con una fuerza brutal. El gran objeto impactó de lleno en el demonio mandándolo a volar unos cuantos metros hasta chocar de forma sonora contra la pared. Eso les hizo ganar el tiempo suficiente para reemprender la huida, ya que aún les seguían los perros. Diego la miró atónito.
- Eso ha sido una pasada.- comentó- Nota mental: no hacer enfadar nunca a Elaine.
Ella le dedicó una breve sonrisa y se unieron a los demás, pero algo no iba bien ya que estaban parados. Antes de que pudiera preguntar Etienne señaló delante suya.
A tan solo unos metros había otro demonio, igual de imponente que Zaheer. Era mas alto, llevaba una máscara de huesos, que le cubría toda la cara a excepción de su enorme boca en la que se dibujaba una aterradora mueca. Llevaba su pecho al descubierto, dejando ver todas las heridas putrefactas. Elaine lo reconoció en seguida.
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- Creo que ha ha traído un amiguito.- comentó Dante.
La chica había rezado internamente, pero sus temores se habían hecho realidad. Era bien sabido que Zaheer nunca iba solo.
- Dos- corrigió ella- Si sabéis quien es el Cazador, entonces sabréis que forma parte de los hermanos del caos. Los tres señores del caos. Ese es Naseer, el Berserker del abismo.
- No suena muy bien...- dijo Ashley sin poder apartar la mirada del monstruo.
- Abrid bien los ojos, falta otro.
-¡Cuidado!- gritó Etienne justo a tiempo.
Se abalanzó sobre Elaine y la tiró al suelo, justo cuando el demonio lanzaba un arma arrojadiza directa hacia ella. Seguramente no la apuntaría a ningún punto vital, pero si a alguna parte lo suficientemente importante para dejarla inmovilizada.
Elaine le agradeció rápidamente a su amigo, pero sin tiempo a nada mas el Berseker se dirigió hacia ellos amenazante, con pasos pesados pero rápidos. Estaba apunto de alcanzarlos cuando Dante se puso entre ellos empuñando su espada a tiempo de parar el golpe de una enorme hacha a dos mano. El choque fue tan tremendo que partió el arma del cazador por la mitad, haciéndole tambalear.
Elaine gritó cuando Naseer le cogió del cuello como si fuera un muñeco. Dante trató de liberarse, pateándole pero este ni se inmutó. Una sádica sonrisa dibujo el rostro de la bestia, que alzó el hacha para darle el golpe final.
