Capítulo 21- Consecuencias

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Elaine subió las escaleras muy decidida, pero al llegar a la puerta unos gorilas no la dejaron pasar hasta que Dante se identificó.

Aún así tuvieron que pasar por un estricto protocolo de seguridad, que pasaba desde cachearles, pasar por una puerta que detectaban los objetos metálicos y hasta poner sus pertenencias en un escaner de rayos x como en los aeropuertos. También le colocaron delante una especie de pistola que la reconoció de arriba abajo y pitó varias veces. 

El de seguridad miró a  Elaine con el ceño fruncido mientras comprobaba las lecturas, pero Dante se lo llevó aparte para hablar con él. Una vez volvieron los dejaron pasar sin mas impedimento. Toda precaución era poca para que no colaran armas en el edificio. 

Cuando se alejaron prudencialmente Elaine le preguntó:

-¿Que les has dicho para que nos dejaran pasar?

Dante se acercó a ella para susurrarle y que se le escuchara mejor. Rozó su hombro y notó una pequeña descarga allí donde la estaba tocando. Intentó ignorarlo.

- Me conocen, he venido aquí muchas veces, además todos los cazadores deben de estar registrados en la base de datos. Bueno, todos menos los encubiertos, esos están en otra base de datos distinta.- Explicó- Y en cuanto a ti, les he dicho que venías de una lugar donde hubo mucho residuo demoníaco, de ahí que las lecturas estén alteradas.

-Esto te traerá problemas...- dijo ella arrepintiéndose de que el chico la acompañara. Bastante la había ayudado ya para perjudicarle mas- ¿No podrías inventarte simplemente que me escapé?

Él negó con la cabeza mientras la dirigía para que girara a la derecha a paso rápido, no quedaba mucho tiempo para la reunión... El chico parecía conocer muy bien el edificio, ya que la guiaba seguro de a donde se dirigía.

- Mi padre no es idiota, me conoce muy bien. Además...- esto último lo dijo con una sonrisita de suficiencia en el rostro.- soy el mejor cazador de mi división, nadie se creería que te escapaste de mi y está el añadido de que el guardia de la puerta me vio.

Elaine puso los ojos en blanco. Ojalá pudiera tener esa confianza y ego ella también. Seguro que le iría mucho mejor en la vida.

Echó una ojeada al muchacho, pero este parecía estar atento a algo. Siguió su mirada hasta pararse en un grupo de tres cazadores que hablaban despreocupadamente.

-Si, así es. Por lo visto los oficiales de Kiev han llegado antes de lo esperado y la reunión se ha adelantado.- Comentó uno de ellos.

-Empezará en unos minutos entonces...

Los dos jóvenes se miraron alarmados y como si se hubieran leído la mente echaron a correr por el pasillo. Elaine siguió a Dante de cerca mientras la gente que se cruzaba con ellos los quedaban mirando confusos.

Entraron en un ascensor y Dante pulsó con urgencia la planta 13. Se tomaron unos segundos para recobrar el aliento, pero cuando las puertas de abrieron salieron como dos balas, asustando a la gente que esperaba a subirse. Oyó alguna que otra queja, pero no se paró ni a decir lo siento.

No supo exactamente cuantos pasillos atravesaron, ya ni siquiera llevaba la cuenta. Al girar por el último el chico frenó un segundo. Parecía que había visto algo, pero allí había mucha gente al parecer entrando en una sala enorme. Puede que el chico pudiese ver mas que ella por ser mas alto, pero Elaine solo podía ver una maraña de personas.

Retomó de nuevo la marcha. Cuando estuvo a una distancia considerable alzó la voz:

-¡Padre!- llamó, varias personas se volvieron, pero el comandante no pareció escucharle. Cuando se acercaron mas lo volvió a intentar.- Padre.

La luz en mi nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora