Capítulo 24- ¿Celos?

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Dos semanas. Dos semanas pasaron desde que ocurrió lo que nunca tenía que haber ocurrido. La masacre de la mansión Fireblood, así era como le llamaban todos. Elaine por fin lo había superado, pero aún así evitaba pensar en ello. El médico también se lo había aconsejado, viendo como le afectaba cada vez que revivía aquel recuerdo.

Lo único bueno de aquello era que ya no era una prisionera, si no una aliada y por tanto podía ir y venir por todo el centro sin tener detrás a alguien que la seguía. Eso la ayudó a poder pasar tiempo con ella misma, en silencio. Y eso pareció hacerle bien.

Por otra parte Dante parecía un alma en pena, merodeando por las salas de la casa sin rumbo. Destituirle de su cargo había sido un duro golpe para él. Elaine había intentado animarlo, pero él simplemente la había estado evitando. 

Ashley le dijo que era algo normal en él y que tarde o temprano volvería a la normalidad, solo hacía falta tiempo. Ella había sido destinada al mismo centro de investigación de ellos. Tras la destitución de Dante alguien tenía que ocupar un puesto en la división 13.

Etienne seguía allí. Tras discutir largo y tendido con su padre, había dejado claro que aún no volvería a París, así que llegaron al acuerdo de que se quedaría pero tendría que estudiar a distancia. Él no tuvo ninguna objeción.
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Elaine paró el golpe y retrocedió, poniendo distancia entre ella y su oponente. Miró a Franchesca totalmente concentrada y como si lo esperara, la muchacha se lanzó al ataque casi al momento sin perder un solo segundo. Elaine volvió a esquivarlo, pero la cazadora fue mas rápida, lanzándole un directo dirigido a su estómago. Consiguió esquivarlo por muy poco, pero mas rápido de lo que había previsto Franchesca le hizo una llave, tirándola al suelo.

- Estás muerta- anunció su amiga recobrando el aliento. Tras unos segundos le ofreció la mano.

Elaine se levantó suspirando. La cazadora era rápida, eso tenía que admitirlo.

Estaban en una de las muchas salas de entrenamiento del centro de investigación. Una habitación amplia y completamente acolchada con todo tipo de instrumentos y armas de plástico para entrenar y hacer ejercicio. 

- Creo que te estabas conteniendo, así no es divertido.- se quejó Fran haciendo un mohín secándose el sudor con una toalla.

- No quiero hacerte daño.- se encogió de hombros Elaine. Cuando practicaba defensa personal en su antigua casa no tenía miedo de dañar a Dagón o su hermana ya que eran como ella, resistentes. Sin embargo Franchesca era una humana y no tenía claro cuanta fuerza podía usar sobre ella.

- Pues no te contengas.- la animó la chica abriendo los brazos en señal de provocación.- Soy mas fuerte de lo que crees, aunque no sea una sangre celeste puedo aguantar.

La muchacha la miró dudando. Había aprendido hacía poco lo que era un sangre celeste. Según le había explicado su amiga, los cazadores se dividían en varios tipos. Estaban los normales, como ella, personas comunes y corrientes. Estos por norma general se dedicaban a la parte burocrática y de gestión o investigación. Después estaban los sangres celestes, humanos con algo de sangre de ángeles en sus venas. Tenían mas resistencia, fuerza, aguante... Cualidades para luchar contra todo ser de las sombras. Por último estaban los místicos, estos también tenían sangre de ángel pero su talento no era físico, si no que se dedicaban a comunicarse con  seres celestiales, escuchaban profecías, sanaban a los heridos mas graves e incluso los mas capacitados podían ver retazos del futuro.

Franchesca suspiró, poniendo los brazos en jarra mientras daba vueltas al rededor de Elaine como un tiburón apunto de atacar a su presa.

- Te falta motivación.- opinó la cazadora tomando de nuevo posición de combate y haciendo un gesto con la cabeza a la joven para que se preparara. Elaine puso los ojos en blanco pero se preparó, en guardia de nuevo- O eso o dudas mucho y eso no es bueno. Y mas teniendo en cuenta a lo que te tendrás que enfrentar tarde o temprano.

La luz en mi nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora