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MANADA / cinco. ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
DESPUÉS DE LA CHARLA QUE TUVIMOS entre las hermanas Argent del comportamiento sospechoso de Lydia anoche, nos fuimos hacia el instituto a primera hora de la mañana para poder hablar con Scott. Ambas nos separamos cuando divisé al chico junto con Erica al final del pasillo.
—¿Quién es el siguiente?—Me apoyo en las taquillas mirando y escuchando la conversación que ambos están teniendo, claramente porque me interesaba.
—¿Porqué tiene que haber otro si ya te tenemos a ti?—La rubia se acercaba seductoramente a Scott y reprimí una ligera carcajada.
—¿Quién es el siguiente?—Ordenó Scott pero Erica volvió a ignorarlo.
—Mira, nunca supe el aspecto que tenía durante una crisis hasta que alguien lo grabó y lo subió a internet.—Confesó.
—No nos importa en lo absoluto Erica. ¿Quién?—Hablé con sinceridad y logrando que ella se ganara mi odio. Se le daba estupendo eso de evitar preguntas, ya que no las estaba contestando.
—Empecé a temblar en el escritorio y todos decía como debía meterme algo en la boca, hasta que algún genio leyó la tarjeta de mi llavero que indica no hacerlo ya que me rompería los dientes. ¿Sabes que pasa después? Que me meé encima y se empezaron a reír.—La chica caminó intentando parecer amenazante para Scott.—Lo bueno de las convulsiones es que no me acordaba de ellas, hasta que un lumbreras puso cámaras a los teléfonos móviles.—La chica acorraló a Scott en las taquillas demasiado enfadada.—Pero mírame ahora Scott.—Los dos dirigen su mirada a Allison, que se encuentra de pie para observar la situación.—Es cierto, solo tienes ojos para ella.
—Sigo insistiendo Erica, no nos importa.
Después de varias clases junto con mi hermana le he podido aclarar el malentendido con Scott, nos sentamos juntas en la cafetería a la espera de los chicos. Allison mantiene una disimulada conversación privada con Scott, pero deja de ser privada cuando se marcha.
—Chicos ¿Veis eso?—Miramos hacia una mesa vacía.
—¡Es una mesa vacía Stiles!—Ambos se asombran por mi carácter y traté de relajarme un poco, últimamente suelo estar estresada con este tema.—Perdóname Stiles.
—Te perdono ya que a veces me das miedo. ¿Pero la mesa vacía de quien?—Preguntó cuando me encogí de hombros, sin saber la respuesta y esperando la afirmación de Scott.
