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PEONES / veintiuno. ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
PUEDE QUE ESTÉ CALENTANDO.—Dijo Melissa con positivismo cuando vimos como Stiles cogió la bola, pero un jugador del otro equipo fue mucho más rápido y le placó a tiempo.
—Seguro que está nervioso, hay tiempo para remontar.—Mencionó Lydia cuando Stilinski tuvo otra oportunidad de coger la pequeña bola, solo que de vuelta acabó el suelo derribado.
—Lo va a lograr sheriff, Greenberg es peor que él, no se desanime.—Animé de una forma un tanto peculiar, pero al menos pareció efectivo.
Scott estaba dispuesto a entrar al campo de lacrosse al ver como nos estaban aplastando, en el caso de Stiles, literalmente. Pero Bobby fue más rápido y lo detuvo, prohibiéndole y negándole el acceso a jugar.
Me detuve al ver como Isaac llegó junto con Scott, al parecer el beta no se había dado cuenta de mi presencia y mantenía una interesante conversación con Scott, la cual no me pude negar de escuchar.
—¿Vienes a ayudar? ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?—Preguntó Scott con emoción y algo de incertidumbre. No habíamos incluido a Isaac en nuestros rápidos e indefinidos planes, pero una ayuda extra nunca venía mal.
—Vengo a ganar.—Dirigí mi vista a su privada conversación cuando ya había acabado. Isaac se encontraba mirándome y me sonrió tiernamente y yo lo hice de vuelta, sabiendo que todo lo malo acabaría pronto. O eso creía.
Llevé mi vista a Gerard, el cual miraba con malicia a los dos hombres lobos en el banquillo. La mirada era alternativa ya que Scott y Isaac tampoco dejaban de mirarle.
—¿Hay un plan?—El beta señaló su propia oreja, dando a entender que escuchara y estuviera atenta a su conversación con Scott.
—Bastante informal, impedir que Jackson mate a alguien.—Dijo Scott teniendo su vista fija en Jackson, el cual jugaba el partido de momento pasando desapercibido.
—Ya lo mencioné...—Susurré lo suficientemente alto como para que ellos dos se enterasen y Lydia a mi lado no lo hiciera. Cuando giraron un poco, agudizando su oído proseguí.—...romperle las piernas a Whittemore. Pero ¿Y si le rompéis las piernas a los del banquillo para que Scott salga a jugar?
—¿Puedes hacerlo sin mandar a nadie al hospital?—Rogó Scott hacia Isaac, el cual sonreía de oreja a oreja ya que mi plan no le parecía tan mala idea, y sobre todo derrumbaría a unos cuantos.
—Lo intentaré.—El hombre lobo me miraba agradecido por la genial idea que había tenido y se colocó el casco para salir al campo.
—No te preocupes, al hospital no irán. Creo que debemos reservarle una plaza en el cementerio.—Comenté divertida al ver la actitud de Isaac recién entrado en el campo.
