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RESCATE / tres ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
YA HAS VISTO LO QUE LE PASA A un omega, conmigo aprenderás a utilizar todos tus sentidos, conmigo aprenderás a como controlarlos, incluso con luna llena.—Derek sacaba poco a poco sus garras para darle un tono más amenazador a la conversación.
—¡Si estoy contigo me dejará!—El más joven hizo mención a mi hermana.
—Esa relación se acabará tarde o temprano Scott.—Añadí de lo menos preocupada.—Me han criado como una máquina de matar y fácil de manipular. No tengo nada que perder por eso soy tan buena cazadora, cuando Allison se centre más en ser una cazadora ella misma se dará cuenta de lo que digo.—Sentencié.
Derek dio media vuelta para volver a subir las escaleras del sótano cuando Scott le interrumpió.
—Espera, no soy de tu manada pero quiero salvarlo. También es mi responsabilidad.—Estaba de acuerdo con las palabras de Scott. Yo mucho menos pertenecía a una manada pero quería salvar al adolescente de ser asesinado por los cazadores.
—¿Porqué?—Pregunta con frialdad.—¿Por que es de los nuestros?—Se replanteó la pregunta Derek mientras esperaba la respuesta del beta.
—Porque es inocente.
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Mientras que Derek y yo, junto a Stiles (que pasó a recogernos con su Jeep) íbamos hacia la comisaría de policías para rescatar a Isaac, Scott había tenido la semejante idea de que Allison le encerrara en el congelador (en el que encerraban al pobre chico) para reprimir su luna llena.
No pasaron muchos minutos cuando nos encontrábamos en la puerta y habíamos aparcado, ahora estábamos tratando de idear un rápido y sencillo plan.
—Atiende, las llaves de las celdas están en la oficina de mi padre, en una caja con contraseña. Pero antes hay que pasar por recepción.—Finalizó Stiles y los miré desde los sillones traseros del coche. A todo esto ¿Cual era el plan?
—Voy a distraerla.—Derek hizo el intento de salir del Jeep. No lo logró ya que Stiles le interrumpió agarrando su chaqueta de una forma demasiado brusca.
—No, no, no, tú no puedes entrar.—El alfa subió y bajó varias veces su vista desde el chico pálido (ahora con temblores) hasta donde estaban sus manos haciendo presión.—Ya te estoy soltando.—Stiles apartó sus manos rápidamente por temor a la reacción del hombre lobo.
