𝟷𝟷. 𝙿𝙰𝙲𝚃𝙾 𝙰𝙻𝙵𝙰

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❝ xxi. tree, roots and problems

  tree, roots and problems ❞

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CIERTA PARTE DEL PLAN HABÍA SALIDO bien, aquella en la que Cora era trasladada para que al menos pudieran darle atención médica, aunque sin ser atención sobrenatural no creo que la chica durara mucho. Mirando el lado bueno también me quedé con su chaqueta y tacones, ¿lo malo? Déjame enumerar.

Para empezar la muy ... loca, se llevó a Melissa, no solo tenía retenido al sheriff Stilinski si no que también había secuestrado a Melissa, no podía permitir que a ellos les pasara algo, yo me sentiría muy culpable de ser así. Respiré profundo antes de pensar en que Scott se había unido a Deucalión con el fin de poder salvar a su madre. No le culpaba, pero como sabía que no había otras salidas él lo tuvo que hacer. No sabía si Peter, Cora y Isaac habían llegado bien, esperemos que si.

Así que mientras trataba de subirme al coche con mi padre y mi hermana para abandonar el hospital y dirigirnos al otro hospital donde se reunían ellos, algo o algún raro pensamiento se me cruzó por la cabeza. Debía quedarme aquí, no podía ir allí, no ahora, no sin descubrir aquello que me carcomía.

—Marchaos vosotros, me iré con Stiles.

—No, tenemos que marcharnos.

—Papá iré enseguida, me quedaré con Stiles.

Después de que me hicieran caso, me quedé ahí parada frente a las puertas. Sin saber la razón de mi insensata decisión. Caminé por los pasillos, ahora con un poco de luz gracias a la vuelta de los generadores. Divisé al otro lado de la sala de espera al adolescente, Stiles estaba ahí parado con la mirada perdida.

El resto de policías para inspeccionar la desaparición de Melissa y para contemplar el estado de la tormenta acababan de entrar en el hospital. El miembro del FBI era el que llevaba el caso, fue raro no ver a sheriff Stilinski como de costumbre. Pasé de largo ignorándolos ya que únicamente traté de centrarme en ese raro impulso que sentía. Mis pies se movían solos hacia una dirección pensando en aquello que tenía que ver.

Finalmente llegué hacia mi destino, o eso creí cuando las puertas del ascensor se abrieron de par en par dejando ver un nombre escrito. Argent. Mi apellido resaltaba contra las puertas del ascensor.

(...)

—Eso es solo un lugar—escuché la voz de Stiles en el despacho de mi padre—, vamos a necesitar mucha más ayuda.

—¿Lucie y Lydia?—preguntó Allison.

—¿Ellas? ¿Qué pueden hacer ellas?—pude asegurar la confusión de mi padre en sus palabras.

✓ | 𝒂𝒓𝒈𝒆𝒏𝒕, isaac lahey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora