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HOMBRES NUEVOS, TONELADAS Y TONELADAS de hombres nuevos.—Mencionaba Lydia mientras que ambas estábamos recargadas contra los casilleros, esperando a que Allison terminara de guardar sus pertenencias.
—Querrás decir niños nuevos.—Corrigió mi hermana.—Tienen catorce años.—Mencionó con una risa mientras guardaba sus libros.
—Algunos son más maduros que otros.—Ella le restó importancia y siguió observando a los cachorritos de primer curso.
—Sabes, está bien estar sola, centrarse en una misma, trabajar para ser mejor persona.—Dijo Allison cuando ambas detectamos que hablaba en primera persona.
—¿Dónde has visto esas deprimentes frases de auto compasión?—Pregunté mientras levantaba mis cejas y la miraba con una sonrisa ladina.
—Allison...te quiero, así que si tienes que fingir que estamos hablando de mí cuando realmente estamos hablando de ti...está muy bien.—Lydia lo aceptó y continuó—Pero yo no quiero un novio, quiero una distracción.—Terminó por decir cuando se recargó contra los casilleros de nuevo e inspeccionaba a todos los chicos que pasaban por el pasillo.
—Pues toma, distracción doble.—Hablé mientras arqueaba mis cejas para ver a los dos hermanos que venían caminando con aires superiores por el pasillo.—¿Hermanos?
—Gemelos.—Corrigió la pelirroja con una gran sonrisa. Ambos eran atractivos, altos y musculosos. Vestían todo de negro incluido sus chaquetas, y los dos llevaban un casco colgado, por lo que suponía que ambos tenían moto.
(...)
Me reía internamente por el comportamiento de Scott y Allison. Sabía que no era fácil la situación, pero ambos hacían que las cosas fueran más difíciles entre ellos.
Finalmente, mi hermana tomó asiento delante de Scott, y yo giré mi cabeza rápidamente para ver como Stiles levantaba sus pulgares alegremente, mientras felicitaba a su mejor amigo.
Íbamos a comenzar a conversar entre los tres, pero un mensaje llegó en mi teléfono. Isaac. Pensé. Instantáneamente desbloqueé la pantalla y comencé a leerlo. Al fin se dignaba a mandarme un solo mensaje.
El mar estaba cubierto por una densa faja de nubes negras y la tranquila corriente que llevaba los últimos confines de la tierra fluía sombríamente bajo el cielo cubierto. Parecía conducir directamente al corazón de las inmensas tinieblas.
