VI

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[Jueves una hora antes de los entrenamientos]

—Decano creo que Heaven debería tener más respeto por sus superiores  —su voz fina y majestuosa me incomodaban grandemente. Esa estética rosa y femenina. Labios rojos y cabello perfectamente recogido en una rígida cola...esa era la señorita Dripton. La odiaba con todo mi ser. Era la madre de Mike y desde que se enteró de nuestro "jugueteo" no para de dar la lata.

—Me parece obvio señorita Dripton, le pido disculpas por la actitud hostil de la alumna O'conell —en cambio el aburrido decano trataba de hacer lo posible por llegar a un acuerdo, pero ella seguía enfrascada en el "cierto respeto que le debería tener a ella"—  ¿No cree alumna que le debe unas disculpas a la profesora?

Miro a la maestra con cara de pocos amigos y mi vista se dirige al jarrón de flores que está sobre la mesa del decano, tengo ansias se estallárselo en la cabeza. Finjo una sonrisa de niña de oro y canalizo mis malas energías.

—Disculpe señorita Dripton por mi deshonrante actitud hacia usted y a su clase —hasta yo me lo creí.

—Está bien alumna pero, como castigo cooperará en el equipo de porristas del instituto hasta final del campeonato.

—¡Ni de coña! —me levanto de mi asiento.

¿Cómo esta especie de..."persona" por así llamarle puede atreverse ¡a pedir eso!? Creo que con verme era suficientemente claro que yo no he nacido para esa especie de circo con fachada rosa.

—¡Siéntese! —exije el decano. Noto como la furia ebulle de sus poros, era obvio que este hombre no tenía paciencia ya—  Hará lo que exije su superiora y punto.

—Pero

—¡Y punto! —sube el nivel de su tono.

Tomo mis cosas y salgo pitando de allí, mi poca paciencia no toleraria la cólera que me está invadiendo. Maldita estúpida.

Después pasaría a casa con un permiso del director con el fin de traer conmigo la autorización de mi padre para que fuera a ese campamento. Por un minuto pensé que sería mi oportunidad, si mi padre lo impedía no iría a la asquerosa competencia. Pero todo no sería tan fácil como yo pensaba.

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[Primer día de campamento] Viernes

Eran cansinas las porras que hacían en el autobús de camino a ese chiquero de campamento.
Mi aspecto físico sin duda era el peor, estaba pálida y adormecida. Sentía como mi estómago gritaba ¡Auxilio! El autobús me mareaba, fue una de las razones por las que exijí un auto a mi padre, eso y que en realidad quería ese Tessla.

A mi lado estaba una Biller leyendo uno de sus libros que eran como novelas turcas, creo que tenían 1000 capítulos y todos pintaban un aburrido y empedernido romance. Si mi vida fuera un libro sin dudas sería un asco.

Biller era demasiado linda, diría que la chica perfecta para la sociedad, educada , sencilla, respetuosa, inteligente y emanaba una energía pura y castra.

Trato de enfocar mi vista en el paisaje, el sol era fuerte y los árboles que poblaban los bordes de la carretera tenían un verde intenso. Y por un momento me vino a la cabeza ese chico, sus ojos también tenían un verde intenso, juro que cuando lo ví por primera vez me vino la imagen de un lago, como esos que son de revista. Sin duda él era demasiado perfecto y atrayente.

A la vez repulsivo y grotesco pero , conservaba un humor bastante negro...tenía agilidad al hablar y al debatir. Y pensándolo bien, era muy diferente a lo que he visto estos días al chico que ví por primera vez en aquella azotea.

Ice Secret's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora