XXVIII

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No huyas nunca Heaven, se fuerte, el día de mañana mamá no estará para levantarte, ahí, ahí estarás sola... 

Recuerdo con claridad sus palabras, la ropa que llevaba cuando las dijo y con la cara que lo hacía.

Al llegar al campamento revisé mi móvil, tenía 23 llamadas perdidas de Biller. Supongo que el motivo de esas llamadas no eran para saber cómo me había ido la resaca del día anterior, sino era, porque ya el documento había llegado al campamento.

Me dirijo hacia mi cabaña. No veo a nadie en el camino.

Abro la puerta y me encuentro a Biller dando vueltas como si fuera una prisionera en su cárcel.

—¿Estás bien nena? —asiento con la cabeza—  Dime la verdad anda —me pasa la mano por la cabellera enredada.

-—Solo queda enfrentar todo —me observa sorprendida.

—¿No te liaras a golpes? —se tapa la boca—  ¿Quién eres?

—Heaven —sonrío y ella también lo hace.

Me mira con dulzura.

—Dalgamos juntas allá fuera —me extiende la mano.

Le sonrío.

-—Prefiero darme una ducha y quitarme este traje ridículo —sin más me dirijo al cuarto de baño, ella no se opone.

Las gotas de agua caliente me hacen olvidar todo por un segundo. Me olvido de mi padre y las muertes, olvido mi vida, olvido a Aster.

Me imagino que ahora estará aún más apartado de mí, no lo juzgo, yo también me apartaría de alguien como yo, capaz de acostarse con su hermano y arruinar la vida de su familia.

Envuelta en toalla salgo en busca de algo de ropa, quiero algo que me cubra lo suficiente como para que no me reconozca . Un chandals y una sudadera negra siempre fueron una opción.

Noto que cerca de la puerta hay una nota.

Frunzo mi ceño , me acerco lentamente y mi cara se convirtió en un poema de Shakespeare o más bien en la obra del grito de Edvard Munch.

" Por fin eres tú ante todos "
Tu hermano estaría orgulloso.
Atentamente: alguien que te destruirá , zorra...

¿Quién? ¿Quién es? ¿Cómo alguien podría tener esa información? Nunca le conté a nadie y mi hermano menos. Solo lo sabe....Biller.

Llena de furia salgo a buscar a Biller. En mi cabeza no cabía la idea que mi propia amiga fuera capaz de hacerme algo así.

La busco en el campus de porristas pero no estaba y es cuando recuerdo que esta vez la práctica sería en el campus de fútbol. 

¡Mierda!

Las zancadas marcaban el inicio del fin, el fin del fin aún no llegaba.

—¡BILLER! —desparramo llena de furia , todos comentan a mi alrededor pero ahora , los comentarios no me afectan.

Mi peor defecto a parte de estúpida es que "soy de sangre caliente"

—¿Te pasó algo? —me observa preocupada.

—¡No seas hipócrita! ¿Fuiste tú? Solo tú lo sabías —ilógicamente afirmo que el documento era real ante todos. La empujo y Aster sale del mundo de los muertos para separarnos y evitar mayores.

—¡No! ¿¡Cómo puedes pensar algo así!? —pasó de estar preocupada a molesta. Un cambio exagerado.

-—Admítelo fuiste tú ¿Cómo pudiste? —los abucheos se sienten en el ambiente y mis lágrimas caen.

"Que zorra"

" He oido aberraciones pero ninguna como esta"

" Hay que ser degenerado "

" Era su hermano"

"No se da asco"

"¿Cómo puede haber una asesina entre nosotros?"

" No le da remordimiento"
Retumbaban mis oídos.

—Te juro que en mi vida podría dañarte así Heaven —una lágrima brota por sus ojos—  Te lo demostraré —sale del campus y por un segundo me siento la persona más jodida del mundo, siento como mi cuerpo se retuerce de dolor, me siento miserable.

Sola, estoy sola. Sabía que algún día tendría que levantarme sola, mamá me lo dijo, pero nunca me dijo que sería tan doloroso.

—¿Así que era verdad?  —Aster me mira sorprendido ¿Asqueado?

—¿Lo dudabas ? —lo observo como si él fuera mi mundo en llamas.

—Por un momento no te creí capaz —rozó su nariz con la mano— Pero ya veo que eres capaz de muchas cosas.

Me da la espalda y escapo callada. Mi mundo estaba en llamas , yo estaba en llamas.

El bosque era una salida, un lugar donde pensar tranquila, donde estar sola, aunque ya lo estaba.

Mis sollozos se podían notar y mis lágrimas mojaban la pequeña hojita que llevaba entre mis manos.

Siento las ramas del suelo quebrar y deducí que alguien se acercaba.

Era Mike , el mismo Mike Dripton. Ese ser tan repulsivo me estaba viendo en mis momentos de derrota.

—¿Puedo? —señala un lugar a mi lado.

—Si te vienes a burlar , puedes sentarte donde te plazca —limpio mis lágrimas.

—No me vengo a burlar —toma asiento a mi lado.

Lo observo callada. Mis ojos seguro estaban rojos al igual que mi nariz y labios.

—¿Estás bien?  —lo sigo observando— Que pregunta más tonta, obviamente no —noto como se pone nervioso ¿Qué estaba pasando?— Te conozco Heaven , esto no te va a derribar ante nadie —me quedo callada— Sé porqué lo hiciste, sé que no eres la sucia que la gente abuchea —las lágrimas caen. Estaba vulnerable.

—Estaré bien —afirmo entre sollozos.

—Lo sé, esta mujer que llora ahora , es la misma mujer que ha podido con mucho —sin más me abraza y su calor no me causa asco , al contrario, me sentí a salvo.

—¿Puedo? —una voz me llama la atención.

—¿Puedo? —una voz me llama la atención

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Ice Secret's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora