CAPÍTULO 21: GAZPACHO.

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          Maite habiendo recuperado fuerzas y voluntad, aceptó el trabajo ofrecido por las autoridades de L'ecole para hacerse cargo de las tutorías. Sophie, quien no había dejado de insistir con el asunto de la exposición se alegró al saber que su entrañada amiga comenzaba a retomar su vida profesional y artística, esta vez más feliz de lo que alguna vez la había visto.

          El ambiente en Francia día a día se volvía más tenso debido a la relación hostil que existía entre la triple entente, de la cual Francia era partícipe y la triple alianza conformada por las potencias centrales. Los ánimos estaban teñidos de incertidumbre y angustia, de estallar una guerra, Europa quedaría dividida y vapuleada.

          Don Marcos, el padre de Anabel, se estaba encargando de llevarle todos los asuntos legales relacionados con la herencia de Ildefonso, herencia que Camino insistía en rechazar porque el dinero no le importaba y quería dejar de tener cualquier tipo de vínculo con la familia de su difunto esposo, al tiempo que el Marqués de los Pontones presionaba para que la joven viuda aceptara lo que por derecho le correspondía.

          Después de días de tratativas y disposiciones de ambas partes, Camino llegó a un acuerdo con el Marqués; no aceptaría la herencia pero la venta de la casa en la que vivió con Idelfonso le pertenecería en su totalidad. Con ese dinero Camino quería colaborar con los gastos de la casa, ya que la vida en París era bastante más cara que en Madrid y de estallar una guerra la economía sería severamente perjudicada.

          Una mañana de jueves, luego de que Maite saliera con destino a la escuela de Bellas Artes, Camino decidió salir a realizar algunas compras en un mercado central que había a no muchas cuadras. A pesar de que el francés que manejaba era bastante pobre y burdo ya que no había tenido muchas oportunidades para aprender y practicar, se las había ingeniado para hacerse entender con señas; un periodo oscuro y doloroso de su vida estuvo marcado y dominado por el silencio así que tenia los recursos para hacerse de ello y lograr comunicarse con los comerciantes parisinos sin necesidad de valerse de la palabra.

          De regreso al departamento Camino fue testigo de lo que casi termina siendo un suceso fatal. A cuatro cuadras de llegar, en la intersección de la avenida principal y la calle del edificio de Maite, un cachorro cruzó la avenida corriendo sin mirar. El perro huía de un hombre que con escoba en mano alzada por encima de su cabeza correteaba al can tratando de golpearlo porque le había robado un trozo de carne de su puesto de venta.

          En ese intento de no ser alcanzado por el vil hombre, el cachorro atravesó la avenida principal pero con la mala suerte de encontrarse con un coche que no pudo frenar a tiempo y termina atropellándolo haciéndolo volar unos cuantos metros por el aire.

          Camino se horrorizó por el suceso y se quedó petrificada en el esquina viendo que el pobre animal no se levantaba. El conductor del coche se bajó para ver primero si su automóvil había sufrido algún defecto significativo y luego fue hasta donde estaba el perro tendido.

- Merde, putain de chien! (¡Mierda, maldito perro!) gritó al tiempo que cogía al perro y lo dejaba a un lado de la transitada calle sobre un charco de barro.

          Camino no daba crédito al ver tanta crueldad y desidia no sólo en el hombre que perseguía al perro, sino también en el conductor que lo atropelló y los testigos que transitaban por allí en ese momento. El conductor se sacudió las manos con rostro de repugnancia. Volvió a subir a su coche y continuó con su recorrido dejando atrás al lastimado animal.

          La fibra sensible de Camino no le permitió quedar indiferente a lo sucedido, así que fue hasta donde había quedado tendido el animal con la impresión de que se encontraría un cuerpo sin vida. Llegó hasta él y se arrodilló para observarlo más de cerca. El perrito gemía del dolor.

"Maite & Camino" Siempre nos quedará París...Cartas Maitino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora