CAPÍTULO 59: LA NOCHE DE BODAS.

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          De vuelta de casa de Celia y Aurora, el amor de las recién casadas estaba a flor de piel, besos y caricias se desataron en cada habitación, los besos empezaron a ser más intensos entre ellas hasta llegar a la alcoba. Justo en medio de la entrada a la habitación, la pintora, dejándose invadir y guiar por el deseo levantó a Camino en el aire con un movimiento tomándola con un brazo de la cintura y con el otro por debajo de la rodilla izquierda. La castaña, sostenida por los brazos de Maite cruzó sus piernas por detrás de la cintura de la morena haciendo lo mismo con sus brazos por detrás del cuello de Maite, sin dejarla de besar un instante. La morena pudo sentir cómo sus músculos se tensaban, fue una experiencia única. Cada uno de ellos se marcaba bajo su piel como si de la escultura más realista se tratara. Acumuló la tensión en toda su anatomía, casi podía tocarla, y luego la dejó ir con un gemido al llegar a la cama.

          Maite dejó caer a Camino en medio de la cama. Camino no podía aguantarse más las ganas de estar con Maite, Maite está en la misma página y quería poseer a la castaña. Poco a poco fueron desnudándose la una a la otra y mientras se besaban sus manos empezaron a recorrer esos senderos que conocían de memoria una en el cuerpo de la otra. Sus ropas caían como pétalos de una rosa que se marchita. Camino soltó su cabello, Maite se excitaba más a cada segundo.

          Las manos de la pintora viajaron por el cuerpo de la castaña; inquietas, Camino se removió cuando la morena llegó a sus pechos y los delineó con los dedos y descansaron en su trasero. Sentía cómo la excitación la estaba consumiendo, pero necesitaba recorrer toda su anatomía por completo. La española aguardaba impaciente, al tiempo que le sostenía la mirada mientras Maite separaba delicadamente sus piernas, acariciándole los muslos durante el proceso. Camino cerró los ojos, presa del placer, ansiosa por lo que estaba a punto de ocurrir. La pintora arrastraba sus suaves yemas por esa inmaculada piel hasta detenerse en la ingle, el cuerpo de la castaña se estremecía a cada roce, cada caricia a la espera del próximo movimiento.

- Ábrete... ordenó con dulzura la morena.

          Camino obedeció con un movimiento lento y pausado.

          La morena tomó aquellos tensos y suaves muslos, los levantó para que la andaluza quedara flexionada y poder acceder al vértice que nacía en esas extremidades. La morena sumergió lentamente su cabeza entra las piernas de Camino, sus pezones enseguida se erizaron y se pusieron duros. Tenía muchas ganas de correrse.

          Por fin Maite tocó el lugar que más atención necesitaba. Todas las terminaciones nerviosas de ese rojo e hinchado clítoris recibieron esa intrépida, mojada y suave lengua que empezó lamiéndole los labios enteros desde abajo hacia arriba, donde hacia círculos. Poco a poco subía la intensidad y presionaba cada vez más fuerte con su lengua al mismo tiempo que la movía más rápido. Camino gemía, cogía con sus manos las sábanas y mordía un extremo de la almohada buscando esconder sus gemidos al sentir tanto placer; empezaba a sentir que necesitaba explotar. Sus pezones se oscurecieron y se endurecieron aún más.

          Sus atenciones se volvieron constantes, obligándola a cerrar los ojos mientras se abandonaba al placer. Hacer el amor estando casada era mucho mejor de lo que había imaginado.

Estás empapada... murmuró Maite apartándose ligeramente para relamerse los labios sin desconectar miradas con Camino.

          La morena retomó su accionar antes de que la castaña tuviese tiempo a responder. La española disfrutaba de esos labios succionando su intimidad, abandonada por completo al placer absoluto. Perdió la noción del tiempo y los límites de su cuerpo que se sacudía por los espasmos. Solo fue capaz de recuperar esa consciencia cuando Maite se detuvo sin previo aviso y escaló hasta que encontró la boca de Camino. La joven gimió contra los labios de la pintora, incapaz de controlar lo que hacía.

"Maite & Camino" Siempre nos quedará París...Cartas Maitino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora