CAPÍTULO 37: ¿QUIÉN ES MARCO LACROIX?

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          Con el paso de los días la joven extranjera logra llevar un buen ritmo en L'école. Todos los días llega acompañada de Maite quien finalmente logró acomodar sus horarios de tutorías y trabajo para coincidir con las horas de salida de Camino y así poder volver juntas después de clase.

          La vida universitaria que por un momento amedrentó a Camino estaba prácticamente dominada. La dulce estudiante mejoraba y aprendía día a día. Sin embargo aún le rondaba en la cabeza la necesidad de rever quien podría ser su maestro. 

          En más de una oportunidad Camino se lo había planteado y propuesto (de diversas maneras) a Maite; incluso hubo ocasiones que intentó chantajearla con sexo para que aceptara pero la morena siempre se rehusó argumentando que no sería provechoso para su formación como pintora ya que el lazo entre ellas era muy fuerte y carecería de objetividad alguna; Camino se tuvo que conformar con simplemente tener a Maite como su musa inspiradora.

          Los días fríos y lluviosos comenzaban a quedar atrás dando lugar a la pronta primavera. Marco y Collete había ayudado a Camino en algunas ocasiones compartiéndole algún consejo o recomendación.

          Maite estaba al tanto de que Camino pasaba mucho tiempo con este joven, Marco, a quien sólo conocía de nombre; al escuchar a Camino en alguna oportunidad nombrarlo en alguna conversación durante la cena o por las tardes de paseos.

          Luego de una exigente jornada de estudio en L'école, Camino llegó agotada al departamento, Maite ese día lo tuvo libre de dictar clases así que se ocupó de aprovechar el tiempo en casa para trabajar en sus nuevas obras que formarían parte de la nueva exposición que estaban planeando nuevamente con Sophie.

- Hola Cariño con un evidente tono cansado en su voz dijo la castaña mientras caía rendida en la espalda de la pintora a quien sujeto fuertemente rodeándola por la cintura.

- Hola dulcemente saludó Maite rodeada por el abrazo de Camino mientras mordisqueaba el cabezal del pincel con la vista fija puesta en el cuadro que estaba pintando.

- ¿Qué tal tu día? preguntó la pintora dando un par de pinceladas firmes en el lienzo a medio cubrir.

- Bien...largo y un tanto agotador reconoció la joven aferrada a la espalda de la pintora con su mentón apoyado en el hombro izquierdo de Maite.

- ¿Qué te parece? pidió opinión Maite a Camino con intriga y entusiasmo.

- Está muy bello...

          A pesar de querer evitarlo un fuerte y enorme bostezo salió de la joven española y Maite, soltándose del cómodo abrazo de Camino comenzó a reír al ver el evidente cansancio que la muchacha traía ese día.

- Lo siento, cielo se disculpó Camino regalándole una sonrisa al tiempo que se tomaba con una mano el cuello demostrando cansancio físico.

- Creo que tengo la solución para tu problema dijo guardando los óleos y poniendo en agua los pinceles.

- ¿De veras? ¿Acaso es un viaje a una isla paradisíaca? preguntó en broma Camino entre cerrando los ojos, luchando contra el cansancio.

          Con los elementos de trabajo guardados y ordenados la pintora tomó ambos brazos de Camino y los colocó alrededor de su cuello haciendo que se cruzaran detrás de la nuca mientras ella cogía de la cintura a la castaña juntando sus cuerpos. Acto seguido la pintora empezó a dibujar un sendero sinuoso de dulces y suaves besos en el perfumado y delicado cuello de Camino.

          Camino simplemente cerró los ojos y se entregó a los besos y carias que le propinaba la pintora. Después de una ronda completa de besos y caricias Maite dijo:

"Maite & Camino" Siempre nos quedará París...Cartas Maitino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora