CAPÍTULO 49: LA VERDAD ES HIJA DEL TIEMPO.

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          A Camino se le hizo interminable el camino de vuelta a casa de Maite, parecía que el cochero manejaba a paso de tortuga, pero era sólo la impresión que Camino tenía de la realidad a raíz de la ansiedad que sentía en ese momento después de enterarse de boca de Marco que Celine había muerto.

          La andaluza era mujer de buenos sentimientos, pero le era inevitable pensar o al menos sospechar que Carina podía llegar a tener algún grado de participación en todo esto. Repasaba en su mente la vez que la escucho hablar con otra mujer dentro del baño de L'ecole, la forma tan particular con la que se ha comportado en el último tiempo, pero principalmente cuando vio abofetear a Celine en el baño esa misma noche; incluso la misma Camino fue amenazada cuando fue cogida del brazo por la sospechosa quien la miró con una mirada llena de furia, Camino por un momento creyó ver fuego detrás de esas pupilas iracundas. La ira y la humillación son malas consejeras, nublan el entendimiento y descontrolan la conducta.

          Cinco minutos menos que los que demoró en llegar con Marco al baile fue el tiempo que Camino tardó en volver a casa. Allí, desconociendo todo lo acontecido la estaba esperando la pintora, quien se había preparado una tabla con variados quesos y pan franceé para cenar acompañado de un excelente pinot noir que respiraba sobre una mesa ratona dentro del estudio. Una suave música de fondo se escuchaba mientras la pintora con copa en mano y pincel en otra observaba con detenimiento el progreso de una nueva obra que estaba creando. Concentrada en su asunto, la morena no escuchó llegar a la nerviosa Camino que no podía dejar de temblar de los nervios.

          La castaña cerró la puerta y sin despojarse de nada de lo que traía puesto fue hasta el estudio de Maite al ver que la luz y la música que de allí escapaban le indicaban que la parisina no estaba dormida.

          Gazpacho, que percibió la llegada de su dueña cuando esta estaba aún recorriendo el pasillo, se levantó rápidamente y empezó a presentar un chillido inquieto. Maite notó que el animal estaba inquieto y no sabía la razón de ello.

- ¿Qué pasa Gazpacho? Preguntó en voz alta sin notar que Camino estaba detrás suyo bajo el umbral de la puerta del estudio.

          La morena se volteó para ver en la misma dirección que lo hacía la mascota.

- ¡Camino! Muy sorprendida exclamó ¿qué haces aquí? No te esperaba tan temprano.

          Pero la castaña sin dejar de temblar como una hoja no podía articular palabra. Maite se asustó y angustió a partes iguales al ver el estado de nervios y la cara de espanto en el que se presentaba Camino. Con prisa y a paso acelerado llegó hasta ella; en el recorrido dejó la copa de vino, el pincel y detuvo el tocadiscos levantando la púa que reproducía la música.

- ¡Mi amor! ¿¡qué tienes?! Muy preocupada preguntó llegando hasta la castaña y tomándola en brazos.

          Cogiendo el tembloroso cuerpo de la castaña la llevó hasta la chaiselonge que estaba a un par de pasos de ellas.

- Mi amor, me estás asustando, por favor... dime algo casi en súplica le pidió Maite.

          Tartamudeando la castaña dijo:

- Ce... ce... line está m... mue... muerta.

- ¿¡CÓMO?! Exclamó con cara de espanto la morena.

          Era evidente que Camino no estaba pudiendo decir casi nada, así que la pintora simplemente se contuvo de bombardear con decenas de preguntas a la impactada joven que no dejaba de aferrarse ha Maite.

"Maite & Camino" Siempre nos quedará París...Cartas Maitino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora