Shooping. -Park Jimin.

c i n c u e n t a y s e i s

Park Jimin.

ㅡ No puedo seguir asi Jin.

ㅡ ¿De que estas hablando Jimin?, creo que haz tomado de mas, ni siquiera estoy hablado contigo. ㅡ solto el mayor tomando de su bebida.

ㅡ Dime el numero de su habitación.

ㅡ ¿Numero? ¿Habitación? De que hablas, yo estaba hablando de la terrible camisa del señor Kang.

ㅡ Jimin, Es la doscientos seis ㅡ le respondió rapido NamJoon entendiendo de lo que hablaba.

ㅡ Gracias hermano.

Camine con agilidad hacia la salida mas cercana tratando de poder salir sin llamar la atención, era el anfitrión.

ㅡ Jimin, ¿te vas? Pero si no hemos terminado.

ㅡ Tengo algo que hacer, regreso en unos minutos.

ㅡ Dejame ir contigo, asi me aseguro que vuelvas

— No se si volveré.

— Aún así te acompañaré — apresuró sus pasos y alcanzó a entrar al auto más rápido que yo, no le tome importancia, estaba desesperado.

llegue al vestíbulo del hotel, podía escuchar como EunSang me seguía

ㅡ Volvamos Jimin ¿eh?, es de muy mala educación dejar a tu invitados ahí ㅡ soltó tomándome un brazo

ㅡ ¡Por favor!, tengo que hacer algo ¿entendido?, si ibas a estar molestando te hubieras quedado. ㅡ saque mi brazo de su agarre dirigiéndome hacia el ascensor, subí la mirada después de tocar el botón de la habitación de SoHyun y la pude ver enfrente de mi acorralada por un hombre — ¿So-SoHyun? — hable confundido tratando de cancelar el piso a donde me dirigía.

La inservible caja metálica no respondía y cada vez subía más y más pisos, suspire miles de veces, trataba de controlar mi ansiedad de ese instante, hasta que observe como los números hacían cuenta regresiva, volví a suspirar pero esta vez me relaje.

Ya estaba en el vestíbulo, corrí hacia la primera persona que vi cerca — Perdón, No ha visto a una chica con un vestido no tan largo, cabellos oscuro, como por los hombro, estaba con un chico — trate de expresarme lo mejor que pude pero no sabia si había logrado mi cometido.

— Oh, creo que salió del hotel con el chico. — respondió la señora señalando la puerta.

si se había ido estaba perdido y no tenia esperanzas de poder verla siquiera esta noche.
fui afuera, no sabía a donde buscar, nisiquiera había alguien a quien preguntar, voltie a todos lados y pude ver una silueta conocida de lejos.

— ¿No deberías estar en ti inauguración? — pregunto BokSo acercándose.

— ¿Has visto a SoHyun?

— ¿SoHyun? ¿Qué pasa con ella?

— Dime donde esta.

— Hyung, Prométeme que le dirás todo, Prométeme que ella regresara de tu mano, que las cosas entre ustedes se arreglarán.

— No puedo prometer nada

— Claro que si, es mutuo Hyung, Ella te quiere.

— Dime donde esta

— En la piscina pero..

no lo deje terminar y salí corriendo a aquella dirección, BokSo ya me había dicho lo que necesitaba saber, ¡Ella me quiere! me preguntaba desde cuando, desde cuando comenzó a quererme como yo la quiero.
Entre a la zona en donde me había indicado BokSo, ella estaba ahí, sentada en una de las sillas playeras estaba mirando sus pies desnudos y su cabellos caía en cascada por su espalda, su rostro estaba siendo iluminado por la poca luz que daban las farolas que estaban dentro de la piscina.
Caminé cerca de ella y no lo noto hasta que me senté junto a ella, subió su mirada y nuestros ojos se encontraron después de mucho. No dijo nada como lo había pensado simplemente volvió su vista a otro lado.

— ¿Qué haces aquí? — pregunte aún viéndola.

— Te reirás si te digo la verdad — soltó manteniendo su vista baja.

— Si te lo pregunte es porque en verdad quiero saberlo

— Estoy huyendo de ti

Fue imposible no sacar una sonrisa nasal al escuchar eso, ella no me miraba y yo quería que lo hiciera.

— ¿De mi? Tan malo soy

— No, no lo eres

— Entonces, ¿Porque huyes?

Ella soltó un muy sonoro suspiro, y luego hizo lo que tanto quería que hiciera, levantó su rostro y me miró.

— Huyo porque odio la sensación que haces en mi Park Jimin, dio que me tengas a tus pies.

No pude evitar sacar una sonrisa cuando dijo eso.

— Y yo odio que huyas.

Sin siquiera avisar sus labios estaban junto con los míos, la estaba besando y se sentía tan bien cuando ella correspondió, al terminar juntamos nuestras frentes y pude ver sus ojos aún cerrados.

— Prométeme que luego de esto no te iras — solté aún estando cerca.

— Sería una tonta si lo hago.