Alicebri Black: serendipity.

[005]- Hufflepuff boy ✨

El sonido de sus pies impactando contra el suelo se escuchaba ligeramente mientras corría por aquel pasillo del tren.

Era Alicebri, quien había salido con rapidez del compartimiento en el que viajaba junto a sus nuevas amigas con el pretexto de necesitar hablar con Remus. Esto debido a lo mencionado por Cho acerca de su padre, aunque aquella información la omitió con las chicas, tan solo mencionando que debía comentar a su tutor acerca de los dementores.

Ella observo cada uno de los compartimientos, cerciorándose en el caso de que su padre estuviese  en uno de ellos. Aunque el estar tan concentrada en ello le causo cierta dificultad, ya que no pudo prevenir el choque con un cuerpo que salía de uno de los tantos espacios.

Dicho acto produjo que torpemente cayese debido a que sus pies no habían aguantado el equilibrio y terminaron cediendo a la inclinación, llevándola al impacto inevitable contra el alfombrado suelo del tren.

Creo que es fácil de apreciar que Alicebri Black no era una chica con unas habilidades motoras muy favorables.

- chuta.- exclamo al caer, sintiendo un leve dolor en la parte baja de su espalda.

-¿estas bien?- preguntó una voz, que suponía debía ser de quien había chocado.

- ¡perdón! ¡perdón!- soltó repetidamente, bastante avergonzada de su torpeza.

Por el momento era incapaz de elevar la mirada, la vergüenza realmente le había ganado y bueno, sentía que si se movía un poco le dolería aún más la zona de impacto.

- hey, no pidas perdón.- regañó amablemente. Alicebri no sabia como explicarlo, pero su voz era bastante familiar.- ¿caíste muy fuerte?

Se notaba preocupado.

- no, tranquilo.- respondió ella peinando su cabello hacia atrás, ya que debido a la posición había quedad con gran parte de este cubriendo su rostro.

Ya despejada su vista elevo su mirada para al gin encarar al sujeto frente a ella y en el momento en que lo hizo no pudo evitar quedar petrificada.

Era Cedric Diggory y su belleza la cautivo como el polen a las abejas.

Era alto, muy alto comparado a ella y el hecho de que estuviese de pie y ella sentada en el suelo lo hacia ver aún más. Tenía unos ojos grises sumamente expresivos, con un diseño en su iris parecido al de un copo de nieve que rodeaba su pupila. Una sonrisa radiante dibujaba su rostro, que a su parecer podía iluminar hasta el más diminuto hueco de oscuridad. Su cabello era de una mezcla entre diversos tonos de castaño y podía jurar que uno que otro destello dorado resplandecía en aquel ondulado pasar. Por otra parte sus mejillas eran levemente ruborizadas y tanto cejas, como pestañas, yacían pobladas.

Maldijo mentalmente al caer en que todo aquel tiempo había estado viéndolo sin decir palabra alguna, sin duda parecía toda una boba.

Quería hablar, pero su lengua parecía estar enredada tras el revoloteo de millones de mariposas en su interior.

–tu...- dijo para si mismo al verle.

Y sonrió inevitablemente.

- ven, te daré una mano.- comentó siguiente, extendiendo su mano para que la menor le tomara, a lo que ella la observo.

- oh... lo siento, em... puedo hacerlo sola, gracias.- dijo nerviosa, mientras que se ponía de pie por su cuenta.- lo siento, no se como ponerme de pie con ayuda de alguien y siempre que lo hago termino haciendo todo un enredo.- soltó bastante avergonzada y el chico tan solo rio.

- tranquila, entiendo.- hablo comprensivo.- al parecer se te está haciendo costumbre chocar conmigo.- soltó una risas y la menor podía jurar que hasta aquello sonaba amable.- ¿acaso no te acuerdas de mí ? — preguntó bromeando el mayor — no te juzgo, esa vez en la tienda no tuvimos mucho tiempo para presentarnos. - sonrió con carisma.- Soy Cedric Diggory, un gusto señorita.