»»-----primer tomo-----««
Todos conocemos la historia del famoso niño que vivió, pero... ¿Alguna vez has oído sobre la chica proveniente de otra realidad que salvo al elegido?
Porque el que busca, tarde o temprano encuentra, pero a veces las situaci...
Debido a la gran cantidad de heridos, la opción más preferible fue mandar un mensaje a Dumbledore en busca de ayuda.
Remus se encargo de aquello, utilizando su patronus para hacer dicha acción. Esta era una técnica que solo integrantes de la orden del fénix conocían, siendo inventada por el mismísimo Dumbledore para así comunicarse en misiones.
Por ahora Alicebri se encontraba sentada sobre una gran roca observando el castillo. A su punto de vista no importaba cuantas veces lo viera, era simplemente hermoso.
– ¿puedo? — preguntó una voz tras suyo.
Alicebri sin despegar la vista del castillo asintió, dando un espacio para que aquella persona tomara asiento.
– no imaginas cuanto te extrañe pequeña. — habló nuevamente esa voz.
La fría brisa corrió entre ellos, haciendo que uno que otro cabello despeinara de su melena.
– ¿Cómo puede extrañar a alguien que no conoce? — preguntó ella, haciendod que el sujeto a un lado suyo sintiera algo de lastima.
– princesa yo...
– porque desde que tengo memoria lo extraño, pero no lo conozco aún. — interrumpió, volteando a ver a su padre. — Alicebriela Poppy Black Scamander Lupin, un gusto. — estiro su mano mientras sonreía.
– Sirius Black, el gusto es mío princesa. — correspondió la sonrisa y tomó delicadamente las manos de su hija.
Sirius en ese momento pudo apreciar como la lucida imagen de aquella niña de dos años tomaba forma por unos segundos de la chica de ahora 14 años. Había crecido, lo sabía, pero a pesar de aquello para un padre su hija siempre será:
– mi pequeña. — sonrió con un brillante destello en sus ojos.
Claro, este momento lo había soñado todas las noches desde que ingreso a Azkaban, el reencuentro con su hija era lo que más anhelaba en el mundo y también, junto a su noción de inocencia, lo que mantenía en pie tras aquellas oscuras celdas.
— ¿puedo abrazarte? — preguntó el animago. — quiero cerciorar de que si es otros sueño poder al fin rodearte entre mis brazos, para así sentir el calor de una nueva esperanza.
La chica no lo pensó dos veces y abrazo al mayor. Este rápidamente correspondió dicho abrazo, con tanta alegría y tanto deseo.
Remus vio aquella escena con adoración y alivió. Todos aquellos años había creído que el amor de su vida y padre de su hija era el culpable de la muerte de sus mejores amigos y ahora mismo podía presenciar como el inocente abrazaba a la pequeña niña que no había visto desde aquella noche.
Sirius al distanciar su abrazo y mirar a su niña con una sonrisa sincera y llena de emociones, dejó un beso en la frente de ella.
– prometo que cuando todo esto se solucione viviremos juntos y conviviremos como una familia.
– estaré esperando con ansias aquello.
Ambos sonrieron dulcemente y estuvieron ahí, contemplando las estrellas por unos minutos.
– ¡tómenlo antes de que escape! — gritó Hermione, sacándolos de su burbuja.
El efecto del hechizo había terminado y Peter aprovecho esto para volver a su forma animal, para así escapar directo al bosque.
–¡por las uñas de Remus en luna llena! — exclamó Alicebri al ver como Harry iba tras Peter.—¡ papá vaya con Harry y Hermione! Yo iré con papá Moony, la luna está saliendo y en cualquier momento tomará su forma lobo.
Dicho esto, los Black se separaron y ambos tomaron distintos caminos. Sirius yendo su ahijado y su amiga, y Alicebri junto a su padre.
–¡ Ron ve con Snape al castillo de inmediat...
Las palabras de la Black fueron interrumpidas debido a la expresión de terror que traía Ron, quienes eran protegidos por Snape.
Al voltear hacia Remus, pudo notar como este se había convertido en un gran lobo gris de ojos verdes grisecos.
"Al menos no se convirtió en la rata gigante que sale en las películas" pensó Bri en su mente.
–¡ profesor Snape, Ron! — llamó.—¡ salgan de aquí yo lo distraigo...
El sonido del aullido de un lobo se hizo presente en el ambiente, haciendo que Remus se desconcentrar y fuera de inmediato tras el ruido.
– gracias Hermione, ahora tendré que ir tras el. — dijo antes de convertirse en un lobo castaño de ojos carmesí, que salió tras su padre.
– ¿ y ahora que hizo ella ? — preguntó Ron.
– tal vez la señorita Black también se cansó de su irritable voz. — dijo Snape mientras elevaba a Ron en los aires. — vamos al castillo, debemos ir a avisar de todo a Dumbledore.
[✨]
Alicebri corría tras Remus cuando en el camino dos cuerpos conocidos se cruzaron con ellos.
– ¡Cuidado Harry! — gritó Hermione al ver al lobo acercarse a ellos.
Así que Alicebri corrió más rápido que nunca y abalanzó su cuerpo al de su padre, quien por inercia atacó empujándola contra una gran roca.
Alicebri volvió a su forma humana de inmediato, llamando la atención de sus amigos y lobo.
– corran al lago, yo me preocupo de esto. Estaré bien. — sonrió con poca fuerza debido al golpe.
Harry y Hermione dudaron, pero fueron al lugar que les indicó su mayor, dejando a esta sola con el lobo.
La chica hizo el mayor esfuerzo en mantener los ojos abiertos. Había sido un fuerte golpe , más en su nuca y espalda. Ella podía jurar que sentía como la sangre brotaba de la parte trasera de su cabeza.
En ese momento Remus reaccionó y su parte paternal reconoció a su pequeña hija herida.
Lo último que vio Alicebri, antes de cerrar los ojos fue como el lobo se acercaba a ella.
Eso fue exactamente lo que Remus hizo, con mucho cuidado depositó el cuerpo de su hija en su espalda y luego tomó dirección al castillo con rapidez.
–¡ Alicebri! — gritaba una voz muy conocida para el lobo. —¡señorita!
Al estar más cerca pudo observar al novio de su niña, así que aulló en busca de ayuda.
Cedric inmediatamente corrió hacia el lobo y este se agacho para que pudiera ver a la chica en su espalda.
– por Merlín — soltó sorprendido y con mucho cuidado tomó a la chica entre sus brazos. — mi señorita...
El lobo soltó algo de su hocico, era la varita de la menor.
– muchas gracias. — dijo Cedric al animal, mientras tomaba la varita y seguido se dirigía al castillo con rapidez.
Remus sintió alivio al dejar en buenas manos a la de ojos carmesí. Pero de igual forma, el sentimiento de culpa le carcomía.
Le había hecho daño a su niña...
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