Capitulo IX

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Tratando con todas sus fuerzas que el temblor en sus manos no sea tan evidente Sungjong trato de aparentar que la mirada penetrante que Myungsoo le estaba dedicando a su espalda no le afectaba en nada. Y aunque estaba fracasando miserablemente no podía evitarlo pues desde que él chico lo había proclamado de su propiedad muchas cosas habían cambiado y aunque no habían sido para mal Sungjong no podía evitar sentir algo de temor ante todo aquello que le venía sucediendo desde hace algunas semanas atrás.

Decir que su vida escolar había cambiado era decir poco. Pues no solo era consiente de que tenía la mirada de Myungsoo sobre él todo el tiempo sino que ahora nadie se le acercaba para hacerle pesadas bromas o burlarse de él sino que al contrario ahora nadie se le acercaba en lo absoluto y si se cruzaba con alguno de sus compañeros estos simplemente lo evitaban. Además estaba el hecho de que cada mañana al llegar a su respectiva aula de clases encontraba uno que otro detalle sobre su escritorio desde chocolates, caramelos incluso una que otra rosa todo firmado con una letra la "L" Sungjong no era tonto el sabe que ese es el apodo de Myungsoo. Y por ello no puede evitar sonreír cada vez que llega y ve algún detalle para él.

Sí. su vida escolar había mejorado mucho pero había algo que lo estaba molestando desde hace algunas semanas y era el hecho de que Myungsoo no se le acercaba para nada, no ha podido cruzar palabra con él ya que el chico conserva su distancia con respecto a él. Sungjong no ha tenido la oportunidad de agradecerle por haberlo ayudado aquella vez y por los obsequios.

Estaba empezando a creer que a Myungsoo no le interesaba cruzar palabra con él y Sungjong era muy cobarde para intentar acercarse pero no podía ser desagradecido el debía agradecerle apropiadamente por todo lo que había hecho por él ya que suponía que el ya no ser el causante de la diversión de los demás se debía a que Myungsoo los amenazara. Así que tenía decidido hablarle de una vez por todas.

Tomando un largo respiro Sungjong decidió girarse y dirigirse hacia el lugar donde se encontraba Myungsoo con su grupo de amigos. Camino lentamente temeroso de acercarse a aquel lugar y ser rechazado o ignorado pero ¿que podía hacer? tenía aprovechar la hora de descanso o de lo contrario ya no tendría oportunidad.

Sungjong no pasó desapercibido el hecho de que todos guardaron silencio en cuento el estuvo lo suficientemente cerca. Estaba muy nervioso, esos chicos lo miraban como si fuese algún espécimen o bicho raro pero nadie se atrevía a decir nada.

Sungjong sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo en cuanto Myungsoo plantó su mirada en el.

Se miraron el uno al otro por lo que pareció una eternidad sin percatarse de las miradas curiosas que los demás le dedicaban, Sungjong no sabe exactamente cuanto tiempo estuvieron así hasta que Myungsoo rompió el contacto visual para ordenar a los demás que se marcharan.

Se sentía nervioso, jamás había estado a solas con Myungsoo y no ayudaba en nada a sus nervios que el chico lo mirara de esa forma tan profunda, tan penetrante que le calaba hasta los huesos.

-siéntate. Dijo Myungsoo señalando el asiento contiguo.

Sungjong acató la orden y de manera rápida se sentó al lado del chico.

No decía nada, no podía Myungsoo no dejaba de mirarlo de manera intensa y eso lo ponía demasiado nervioso. Sabia que debía hablar ya no le quedaba mucho tiempo antes de que se acabara la hora de descanso así que respirando profundamente reunió toda su valentía y habló.

-yo....yo he venido a agradecerte por haberme ayudado hace unas semanas atrás y por...por las cosas que dejas en mi escritorio. Dijo Sungjong agachado la cabeza para ocultar el inmenso sonrojo que cubría sus mejillas y perdiéndose la sonrisa de satisfacción que adornó la cara del joven a su lado.

Myungsoo no pudo evitar sonreír ante los nervios del chico, definitivamente Sungjong no era consiente de todo lo que  provocaba en él.

Posando una mano en el mentón del chico Myungsoo levantó su barbilla lentamente para que sus miradas conectaran. No podía negarlo Sungjong lo trae loco, no había conocido a alguien tan hermoso como él y eso es mucho contando la gran cantidad de personas con las que ha coincidido en su vida.

No le agradaba que el chico fuese tan delgado pero eso era algo que el mismo remediaría, había mantenido su distancia con respecto al chico no porque le importara el que dirán sino más bien porque no quería asustarlo era la primera vez que se interesaba tanto en alguien y el era una persona muy brusca a la hora de expresarse así que había decidido ir de a poco. Comenzó dejando pequeños detalles en el escritorio del chico deleitándose con las expresiones que el otro hacía cuando los encontraba, también había dejado muy en claro que nadie podía meterse con Sungjong o la pagaría  muy caro.

Había planeado muchas formas en las que podía ir acercándose poco a poco al chico pero con lo que no contó es con que fuese el propio Sungjong quien se acercara a él.

No podía negar que se había sorprendido bastante al verlo de pie frente a él y sus compañeros pero muy dentro de él quería creer que la valentía de Sungjong se debía a que el chico era consciente de que no permitía que nadie lo agrediera y dado que el chico venía a agradecerle eso solo hizo que se sintiera malditamente feliz.

Escucho pacientemente lo que el chico dijo y no queriendo desaprovechar la ocasión hizo que lo mirara para luego posar sus labios sobre los del chico para luego separarse al escuchar la campana que indica que debían volver a clases. sonriendo grandemente al ver la cara de sorpresa de Sungjong.

-desde hoy me esperaras todos los día en el estacionamiento del colegio porque seré yo quien te lleve a casa. Dijo Myungsoo para luego levantarse y caminar hacia el interior del instituto con una inmensa sonrisa en el rostro.

- ¡ah!

-¿Llevarme a casa?

A Sungjong no le dio tiempo de procesar lo dicho, estaba demasiado ocupado procesando aquel beso que a pesar de ser corto le había fascinado.

Estaba intentando aclarar las ideas en su mente cuando se dio cuenta muy tarde que debía correr si quería que lo dejaran entrar a clases.

Ya después vería como lidiar con el remolino en su mente.













Gracias por leer.

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