capitulo 48

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Los días seguían pasando y todo su plan estaba saliendo como lo habían acordado, estaban a casi nada de dar con el paradero de los estafadores aún que ya sabían de quienes se trataban.

Hinata adoraba ver a sus hijos jugar, ellos eran su todo más bien era su vida propia, suspiró pesado en cualquier momento podría sonar su celular para avisar que todo estaba listo para atraparlos, no podía dejar de pensar que eso la podría llevar a más problemas y poner aún más en riesgo a sus dos pequeños amores. Sintió unas manos rodeándola desde la parte de atrás y tomar las de ella.

—Que tanto piensas. -Dijo Gaara en su oído

—En lo que está sucediendo, temo que le pueda pasar algo a nuestros hijos . -Se sincero con el pelirojo que aún seguía abrazándola.

Gaara se quedó en silencio viendo a sus hijos jugar en el patio, para luego sonreír.

—Ellos estarán bien, ningún otro lugar están seguro como está casa. —Se refería a la casa de los papás de Hinata.

—Lo se, es lo único que me tranquiliza que estén aquí, pero no podemos tenerlos siempre encerrados en algún momento tienen que salir.

Ella tenía razón, no siempre los podían tener vigilados.

—Ven prepare la bañera, tienes que relajarte un poco.

Hinata estaba por oponerse pero el tenía razón, esos días había estado muy estresada.

—Solo si tu vienes conmigo. —Echo su cabeza hacia atrás recargando la en el hombro del pelirojo.

—Con que quieres jugar Hinata Hyuga próximamente de Sabaku no sato

La ojiperla sonrió se volteó y lo abrazo del cuello dándole un beso tierno que poco a poco fue subiendo de tono, sus lenguas chocaban una con otra saboreandoce uno al otro hasta que los dos comenzaron a jadear, se separaron para observar que estaban sonrojados.

Los ojos de ambos decían a gritos lo que querían y deseaban, no recordaban cuándo había sido la última vez que habían estado juntos.

En su pequeño descuido de lujuria no se dieron cuenta que alguien los había observado a una pequeña distancia.

Hinata tomo la mano de su amado y lo llevo a la recámara dónde ya sabían de sobra lo que pasaría en ese bañara, nada iba a ser más placentero y relajante que esa bañera dónde en poco tiempo estaría llena de ruidos, gemidos, nombres y a aroma a sexo.

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Las cosas habían salido mejor de lo que había pensado, agradecía tener a Inojin junto a el ya que así pudo manejar las cosas con su hijo.

Quién iba a imaginar que el tenía un hijo con Hinata, cada vez que lo veía no podía evitar recordarle mucho a ella más por esos hermosos ojos color perla, en muchas cosas se parecía a ella pero también a él.

Por más que trataba de que cuando estaba con su hijo también ella compartiera un momento con ellos no lo conseguía siempre ponía un pretexto o eso era lo que pensaba.

Recargado en la silla de su oficina suspiró, había planeado una salida pero estaba vez con sus dos hijo y esperaba que ella pudiera acompañarlos.

Su celular comenzó a sonar interrumpió sus pensamientos, era su hermano.

Que sucede Itachi estoy ocupado. —Aun no perdonaba del todo que su hermano le ocultara sobre la existencia de su hijo.

Disculpeme por molestarlo señor ocupado. —Una de las cosas que más le encantaba a Itachi era molestar a su hermano cada vez que tenía la oportunidad.  —Solo llamaba para decirte que mamá ara una cena está noche y quiere que estés presente.

—Una cena? ¿Con que motivo?

—La verdad no tengo idea pero sabes cómo es mamá y dijo que no trataras de poner una excusa para faltar por qué ibas a conocer quien era Mikoto Uchiha.

Sintió como los bellos de todo el cuerpo se le erizaban, el podía ser un hombre adulto pero Mikoto seguía siendo su madre y era mejor no llevarle la contraria por qué no ni pensarlo.

Esta bien, estaré a las 8 en la casa... ¿Itachi ella estará en la cena?

—Es más que evidente que si, creo que fue a la primera que invito a la cena.

Sin responder corto la llamada, sus planes se había arruinado pero aún así iba a poder estar con sus dos hijos y poder ver a Hinata pero ese pelirojo iba a estar con ella.

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—Ga-gaara. —Dijo en un jadeo.

Ambos estaban en la tina de baño disfrutando del agua tibia recorriendo por sus cuerpos, mientras Gaara basaba el cuello de la ojiperla y le acariciaba sus brazos y hombros.

—Que sucede. —Dijo Hinata al abrir los ojos y ver qué el pelirojo la veía fijamente desde atrás.

—Sabes lo mucho que te amo ¿cierto?

—Por supuesto. —Le sonrió y acarició si mejilla.

—No se que sería de mi si alguna vez tu o nuestros hijos no estuvieran a mi lado.

Hinata giró un poco el cuerpo y lo abrazo, ella también tenía miedo y se lo hizo saber pero verlo a el en ese estado tan frágil como el cristal que en cualquier momento se rompería le destrozaba el corazón ya que siempre expresaba ser un hombre fuerte, sin temores, sin tenerle miedo a nada y nadie, pero era todo lo controla era una persona frágil con muchos miedos y temores igual que ella.

Lo tomo de la mano. —Sabes absolutamente todo de mi al derecho y al revés así como yo de ti, así como tú darías todo incluso la vida por nosotros yo lo aria por ustedes, ustedes son mi todo Gaara, son mi familia, Shiori te ve como su padre y te quiere como tal al igual que Shinki, le agradezco a kamisama por ponerte en mi camino, en ningún momento te diste por vencido conmigo a pesar de las muchas veces que te rechace seguías intentándolo una y otra vez hasta que que me convenciste a salir y mira ahora dónde estamos, así que no tengas miedo Gaara nosotros siempre estaremos a tu lado siendo la familia que somos.

—Gracias. —La beso tiernamente que con el tiempo se volvieron besos apasionados, llenos de exitacion y lujuria.

Hinata se giró completamente hacia el sentándose en las piernas del pelirojo.

—Mmmm. —Dijo al momento de sentir como el miembro erecto de su pareja rozará su parte íntima.

—Eres hermosa. —Dijo para besarla nuevamente, bajando poco a poco hasta su cuello dónde dejó una pequeña marca rojo.

—Tu igual eres muy hermoso Gaara. —Acaricio esos cabellos rojos que le encantaban a Gaara le gustaba cuando ella lo acariciaba.

Por última vez se besaron para luego Hinata levantarse un poco y meter de una sola estocada todo ese pedazo de carne en su interior clavando sus uñas en la espalda del pelirojo.

—Eres una traviesa. —Si que su mujer era algo pervertida cuando se lo proponía.

El agua se movía y desbordaba de la bañera al tiempo que ellos o más bien ella se movía.

Subían y bajaban salpicando el agua, curvio su espalda dejando aún más expuesto su cuello y senos.

Esa cintura estrecha, cadera ancha, pompis rendidas, piernas firmes, senos redondos y firmes y esa piel blanca que con solo verla, tocarla y oler ese aroma dulce que desprendía lo seducía.

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Hasta aquí llego este capítulo dejándolos en un gran suspenso 😁 y lo siento.... Solo para hacerles saber que no e dejado está historia y pienso seguirla hasta terminarla...

Espero les guste y les pido una disculpa por desaparecer tanto tiempo pero aquí estoy de regreso...

Hasta el próximo capítulo 👋🏻

No soporto masDonde viven las historias. Descúbrelo ahora