ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬 ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••

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La invitación decía 9:00pm, pero Jimin llegó dos horas y cuarenta y un minutos tarde.

Después de despedirse de Tae Hyung en la tarde había pasado por una tienda a comprar un disfraz como requisito de la fiesta. Se había cambiado de ropa unas seis veces no quedando conforme con como lucía con aquel ridículo traje de pollo que había elegido. Primero pensando en despistar a cualquier periodista curioso y luego porque le había parecido cute.

Acabó por no darle más vueltas al asunto y se fue usando una máscara además. En la entrada lo recibieron Chucky y Tiffany. Chucky tomó las llaves de su auto para aparcarlo y Tiffany le ofreció una copa de champan y lo acompañó adentro. Una idea bastante original, sin dudas obra de Tae. Caminó directo al baño a arreglarse la máscara y secarse el sudor. El traje era una escafandra y se arrepintió de no haber elegido algo más sencillo.

Sí, nadie lo reconocería, pero a que costo.

Miró por debajo de todas las puertas de los inodoros asegurándose de que el baño estaba vacío. Se quitó la máscara y con una servilleta se limpió el rostro para volver a ponerla en su lugar.

Tae Hyung estaba en el centro del salón, en una mesa con la que suponía fuera su familia. Había una pareja, además, que asumió sería su hermana mayor y el esposo, la madre, el padre y un chico que asumió sería el novio. Parecía todo bastante normal...desde lejos.

Recorrió el salón con la vista y agradeció la idea de su amigo sobre las máscaras. Había algunos que sólo usaban traje con el rostro descubierto y pudo reconocer a algunos ídolos, como les llamaban los fans a sus favoritos. Más allá estaban todos los integrantes de la banda de Tae en una mesa.

¡Que valiente es Tae! —pensó— No todos toman esa decisión.

Si algo de eso llegaba a descubrirse sabía de sobra que pasaría por un período de rechazo y de críticas. Llegar a la aceptación demoraría, o quizás nunca llegaría a ser. Era un tema delicado a nivel nacional y más él siendo una figura pública, probablemente sus fans se iban a sentir traicionados y ese quizás fuera el fin de su carrera, pero estaba decidido a enfrentar quien era y su familia lo apoyó.

—¿Por qué entonces eligió un bar gay si estaría cerrado al público y sólo asistirían las personas con invitación? —se preguntó mentalmente en lo que inspeccionaba la barra eligiendo una botella con la vista, cuyo único requisito era que emborrachara.

Había una pista de baile en el centro, con luces en el suelo y dos anillos de mesas alrededor. Jimin se sintió intimidado por la cantidad de personas que había y las que seguían entrando.

Se orilló en un rincón del salón con la copa de champan del recibimiento ya vacía. Buscó la barra con la mirada otra vez. Había además una mesa de autoservicio con todo tipo de bebidas raras y cócteles para no tener que llamar al camarero disfrazado de príncipe de Disney que las alcanzaba hasta las mesas.

Eligió jagger. Sabía que la resaca sería caótica, pero si debía pasar el resto de la noche rodeado de homosexuales, debía beber hasta pólvora. Un juicio que surgió a raíz de la declaración de Tae Hyung y del lugar que había elegido para la fiesta.

Estar allí no era igual a estar con Tae. Él era tranquilo y a pesar de que tuviera ese "problema" nunca se sintió amenazado estando con él. En la mañana había tenido ciertas dudas y sintió miedo de que Tae Hyung tuviera sentimientos hacia él, pero había pasado. El asunto estaba más que aclarado y no creía que tuvieran otra conversión parecida.

Sacó el celular del bolsillo del pantalón de pollo y marcó el número de su amigo. No hubo respuesta. Era tonto creer que en su fiesta estaría pendiente al móvil. Todos los que le podrían importar estaban allí con él.