- 10 -

1.5K 201 76
                                    



Maratón 4/5

Bajando del avión en Seúl, Jimin recibió un mensaje de su madre informándole que el almuerzo estaba listo y que lo esperaba para comer antes de irse a su casa.

Jimin quedó turbado sin saber que hacer y antes de comentarle el asunto a Tae y alarmarlo, pensó que la mejor solución era que se fuera a la casa de Jungkook a esperar que su madre se marchara.
Más tarde lo iría a recoger y tendría que llevarlo a su casa, aunque no le agradara demasiado la idea.

Tae accedió sin demasiada ilusión. Su estado de ánimo había decaído y ahora no le quedaban ganas de más fiesta ni aventuras.

Jimin se alejó de Tae unos metros, que se había entretenido esperando el equipaje, e hizo parecer confidencial lo que iba a contarle a Jungkook. Algo que creyó que sería creíble para cualquiera.

—En el edificio de Tae hubo una fuga de gas. Los bomberos cerraron y no se puede entrar hasta mañana, a mi casa no puedo llevarlo porque está mi madre allá y aun no lo conoce. —dio la introducción con palabras suaves para luego aplicar la llave y obtener lo que quería— ¿Podrías llevarlo a tu casa? Serán solo unas horas hasta que mi madre se vaya. No tienes que hacer nada, yo iré a recogerlo más tarde. Sólo necesito solucionar un asunto con mi madre e iré. No me voy a demorar más de dos horas.

Jungkook se pasó la mano por el cabello y bajó la cabeza. No llevaba invitados a su casa. No tenía amigos, ni novia, ni nadie que lo visitara. Su casa era un verdadero desastre ¿Cómo se suponía que debería recibir en ella a alguien que pagó una fortuna por un fin de semana en una mansión en la playa?

Jimin pudo notar su incomodidad tanto para aceptar como para negarse. Además, estaba el hecho de que a Jungkook no le había agradado Tae...ni un poco.

—Si no puedes está bien, encontraré la forma. —agregó Jimin poniendo un poco de humildad y falsa resignación.

—Está bien, lo llevo, pero que sean solo dos horas. ¿Irás tú personalmente a recogerlo?

—Si, yo iré en cuanto resuelva el asunto con mi madre. —aclaró Jimin mostrando una leve sonrisa de satisfacción.

Jungkook pensó en la posibilidad de ver una vez más a Jimin y no dudó. Pensó en la soledad de su casa y nunca antes le había desagradado más la idea de volver allí, que ahora. Respirar el mismo aire que Jimin era bueno, fuera de la agencia le gustaba más. Su sonrisa era hermosa, no entendía como la gente se resistía a provocarle una constantemente.

—Está bien, tomaremos un taxi y te enviaré la ubicación cuando llegue. Si en dos horas no has llegado a recogerlo, lo saco a la calle. —concluyó Jungkook poniendo un poco de drama a su parlamento.

Jimin asintió agradecido, a pesar de la rudeza, y se fue a despedir de Tae.

Jungkook subió en el asiento de adelante del taxi y Tae detrás. Traía puesto un tapabocas y una gorra para no ser reconocido en el aeropuerto y para evitar mostrarle a Jungkook unos ojos llorosos que desmintieran la historia del gas que Jimin había inventado.

Jungkook por su parte iba mirando las fotos del celular que había tomado durante el viaje, casi todas eran de Jimin. Jimin en el muelle al amanecer, Jimin caminando por la playa, Jimin tomándose una selfie, Jimin riendo. Eliminó con roña algunas donde salía Tae en el fondo, pero sólo las repetidas, las demás las editaría para tener sólo a Jimin en ellas.

Tae era una garrapata, siempre pegado a la espalda de Jimin. Lo sabía bien porque los había observado perfectamente durante tres años. Antes de Jimin hacerse amigo de Tae era más amable con él y hasta en una ocasión habían compartido una comida juntos en el restaurante de la agencia, pero después de conocerlo Jimin se había vuelto más distante e inaccesible con todos en general.

ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬  ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora