ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬 ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••

- Notas sueltas -

Holaaaa amores ♥️ hoy encontré estas notas por casualidad, al parecer planeaba escribir un cierre con ellas. Es una especie de diario que llevaba Jungkook. Ahí se los dejo.

Dedicatoria original:

Fui incapaz de crear algo, hasta el momento en que mis manos rozaron tus labios mientras forcejeábamos para sacarte de aquel reducido traje de cisne. Supe entonces que habían sido tocadas por la magia y fue así como descubrí que podía escribir.

Al amor de mi vida, con el deseo de que los faros sólo le traigan buenos recuerdos.

Estoy huyendo de tu lado y dejo estas líneas grabadas en mi mente con la absoluta certeza de que en algún momento podré detenerme a escribirlas. Conduzco consiente de que me alejo de nuestra historia. Soy por eso, un condenado a muerte en vida, que no conoce el fin del sufrimiento, mucho menos cuándo conseguirá borrar su rastro para volver a ti. Planeaba diferente para nuestro futuro. No que me vieras al desnudo como el ser monstruoso que puedo ser, sino como la única persona que merecía estar a tu lado. Quise mostrarte lo devoto que podía ser y creo que de la manera más brutal logré que lo vieras. No quedan dudas ahora de que mataría por ti.

Voy sin más vestiduras que mi propia piel. ¿Cómo he hecho para no notarlo antes? He intentado bajar del auto en una estación de gas y he mirado mis partes con horror. Hace más de seis horas que conduzco pensando en ti. En cómo te vi aterrizar en el suelo a través de la ventana. En tu mirada de decepción cuando adivinaste lo que había hecho. Supe que esa vez no me perdonarías, porque ella se había vuelto importante a pesar de mis precauciones. No te culpo, eso y todo lo demás ha sido culpa mía.

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Estoy a salvo donde estoy, por si llegaras a preguntarte qué ha sido de mi, extrañándote como jamás imaginé que haría. Eres una extremidad amputada que duele y sangra. Eres el recordatorio de todos mis pecados y eres a la vez, todo cuánto volvería a hacer en la vida. Hace unos días encontré un pozo de camino a la labor y me he sentado a llorar junto a él. La vida en el campo es soportable únicamente si pienso en nuestro reencuentro. Tan larga espera, es el castigo por mis pecados. He hablado con dios y ha dicho que no me has olvidado aún.

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Hoy rogué por mi muerte después de oír cómo le decías al doctor que dejara de buscar nuevos síndromes en cada consulta, que sabías que era amor. No pude volver a casa. Dormí en un banco del parque como un mendigo. Soporté las burlas de los niños y la mirada cruel de quienes pasaron al amanecer. Le impongo castigos cada vez más severos a mi cuerpo para darle descanso a mi alma deshecha. Sufres por mi causa sin que pueda remediarlo. M.F es divina. Me deja escuchar las grabaciones del paciente "000000" a cambio de dibujos de autos para sus hijos. Tengo cara de estudiante de psicología y el carnet que conseguí lo corrobora.

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Alguien dijo que los primeros años de separación eran los más difíciles. Alguien mintió. Esta noche he soportado a un bebé llorón por ti. Quise echarlos a los dos de la casa, pero recordé que todas mis penitencias son en tu nombre. Le he ofrecido techo a una mujer que deambulaba con un bebé en brazos y planeo hacerla mi esposa. Eso me volvería más inalcanzable de lo que he sido para ese detective que se la pasa revoloteando a tu alrededor.

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Muevo tan bien mis fichas como un condenado profesional del ajedrez. Hoy te he visto entrar en tu casa nueva al lado del mar. Estabas sonriendo por primera vez en años y tu expresión me colmó de alegría. Tanto que me he permitido pasar la noche cerca de ti. Pobre del señor Hwan, con setenta y tantos y con la tarea de correr cada mañana a tu lado, pero es lo que cuesta vivir con semejante vista al mar. Planeo visitarte más a menudo cuando muera y la casa quede desocupada. Fue una medida temporal, no me queda mucho más para costear su vida de lujos.

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Tus sábanas huelen a ti. Estoy enfermo de amor y lo supe al entrar esta mañana en tu habitación. Tienes una cama cómoda, pero no duermes bien en ella. Me tortura la culpa cada vez que te veo deambular por la casa a media madrugada. Prender la luz del estudio y esperar el amanecer frente a la computadora. Imagino que me deslizo bajo tus sábanas y vuelvo a hacerte el amor como aquella mañana en que recibiste el álbum de fotos. Tienes una vida perfecta, pero te has negado a disfrutarla.

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Hoy he visitado a tu padre. No lo sabrás porque has cortado todo contacto con ellos, pero me gustaría decirte alguna vez que le regalé unas vacaciones en un hotel de emergencias. Conserva todas sus extremidades menos esa mano con la que imagino te estuvo golpeando tantos años. Tiene pinta de descuido, como todo lo que le sucede a un hombre borracho.

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Es mi cumpleaños número treinta y seis y estás preparando jjampong. Tienes la punta de la nariz roja a causa de la pimienta, aunque yo se que has estado llorando. El olor a marisco picante sale por el extractor de tu cocina. Estoy cada vez más loco. Quiero alejarme, pero no me dejas. Han pasado diez años y verte desde lejos es lo único que trae paz a mi alma inquieta. Has mirado a través de la ventana y mi corazón dio un vuelco y se detuvo. Tan cerca y a la vez tan lejos. Los techos nunca merecieron mi devoción, casi pierdo una mano al bajar.

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He sugerido que te sugirieran, contratar personal de limpieza en tu casa. La chica es medio tonta y habla de más. Eso habría sido bueno para mí, que ansiaba tener todos los detalles, pero has limitado el contacto. Anna debe ir siempre que no estés, que fastidio.

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Me he vuelto más frío con los años. Me pregunto si tanto esfuerzo seguirá siendo amor. Quizás ya no te amo y sigo aferrado al pasado porque siento que también lo haces tú. Tienes la sensación de ser observado siempre que estoy cerca. Hoy lo supe cuando en medio de una multitud te mostrabas nervioso reconociendo rostros. Mi cabello y mi barba han crecido demasiado y a pesar de que pasé a tu lado, no pudiste reconocerme.

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Hoy fue el día en que fingí mi propia muerte. Vi a mi hijo llorar delante de la tumba de un cuerpo carbonizado y sentí deseos de abrazarlo y besar sus ojos llenos de lágrimas. Nadie merece tal sufrimiento. Es un hombre bueno, que amaba ese lado gentil que su padre se dedicó a mostrarle. El mecanismo por fin ha echado a andar. Es cuestión de tiempo que este libro salga a la luz y que el detective me encuentre.

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Veinte años. Veinte largos años me ha tomado volver a ti. Soy un hombre desgastado por el trabajo duro y las adversidades de la vida. Ya no tengo la piel tersa ni los músculos reventando la ropa. Soy un hombre común, de manos ásperas y piel requemada. No me creo digno de ti. Aún así me he permitido amarte a pesar del miedo a que no me reconozcas. Espero tu llamada a la central de taxis, lleno de sudor y con el estómago dando saltos. Soy capaz de asegurar que no podrás conducir después de leer semejante dedicatoria.