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Les hice el favor 😁 no lo pidieron, pero sé que faltaba. Ta'pedorro, sory

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Jungkook lo abrazó con todas las extremidades. Sintió el calor de su piel suave, cómo sus células olfativas despertaban con su aroma y las lágrimas brotaron de sus ojos casi sin querer. Reprimió los sollozos que amenazaban con salir. Se las arregló para mantener la respiración constante y que Jimin no notara el tormento que vivía en ese cuarto de hora. No dejó de acariciarle el cabello un sólo segundo. Jimin se había acomodado en posición fetal delante de él. 

Jungkook necesitaba más de Jimin. Necesitaba saber que lo que estaba sucediendo, no era lo que tanto había temido. A las caricias en el cabello le sumó algunos besos en el cuello y la espalda desnuda. Las lágrimas se secaron en sus ojos y decidió que no debía rendirse antes de dar pelea. Quizás sólo fuera un miedo infundado debido a todos los secretos que escondía.

Coló su mano dentro de la ropa de dormir de Jimin tratando de estimularlo y su propia erección se levantó segundos después. Jimin se mantuvo inmutable a pesar de adivinar cuáles eran sus deseos. Jungkook sabía por su respiración que no estaba dormido, entonces sabía que lo estaba ignorando, pero aún así no se detuvo. Si Jimin iba a rechazarlo, debía hacerlo en aquel momento justo, pero Jimin no lo hizo. Necesitaba esa primera vez luego de que Jimin recordara. El desespero de perderlo para siempre lo obligó a violar el pacto de no hacer exigencias.

Comenzó a revolverse delante de Jungkook siguiendo el ritmo de su estimulación. Se dejó llevar por las caricias de aquellas manos que tanto placer le habían otorgado en otros aspectos de la vida. Masajeó la erección de su hombre con sus nalgas hasta sacarle la primera exhalación de placer en su oído.

Jungkook le rodó los pantalones lo necesario para dejar el falo de Jimin al descubierto. Humedeció la punta de los dedos con su saliva y lo masturbó despacio, sin ser invasivo. Tan sólo una invitación que le mostraba cuán bueno era para darle placer. Ahora que quizás podía recordar, para darle placer como nadie más le había dado en su vida.

Jimin se movió al ritmo de su mano entre un jadeo y otro. No podía detenerse a pensar. No quería tener que mirar a Jungkook a los ojos y verse obligado a tomar esa decisión. Por fin reaccionó, buscó a tientas el falo erecto de su hombre y lo condujo a su entrada. No necesitaba decirle con palabras que estaba listo para que lo poseyera. Quería sentir el dolor de la carne de Jungkook entrando en su carne. Sentir la tortura de cada centímetro de su hombría provocándole el más infinito placer cargado de tanto dolor.

Y eso hizo Jungkook. Amar a Jimin como sabía hacer, como le gustaba que lo amara, de la forma en que se habían educado el uno al otro para amarse. Lo penetró despacio en la misma posición en que habían estado abrazados intentando dormir. No apartó las sábanas que los cubrían ni hizo gran revuelvo. Disfrutó del placer mental y carnal que le provocaba follar a Jimin. Sentirlo rendido de placer entre sus brazos, incapaz de salir de allí hacia ningún lugar. Tembloroso y deshecho en gemidos.

Jimin tuvo un orgasmo convulsivo, de esos que te dejan sin aliento, larguísimo. Mientras Jungkook no paró de dar estocadas buscando su propio placer, que segundos después llegó como una oleada. Volcó su hombría en el interior de Jimin, porque le gustaba y porque quería marcar el cuerpo que le pertenecía.

Una vez descargadas las ganas se quedó vacío, como una cáscara seca de alguna fruta que no alcanzó a madurar. Hueco en su interior, con unos deseos inmensos de llorar. En una encrucijada entre el arrepentimiento y la resignación. Con más deseos de morir, que se enfrentarse a la realidad inminente que se avecinaba.

A la mañana siguiente Jungkook debía ir a trabajar, pero se excusó en el trabajo para quedarse con Jimin, que había despertado como ido, con la vista otra vez perdida en el espacio. No logró despegarse de él en todo el día. No lo había visto así ni siquiera cuando había recién llegado a la casa. No habló nada y no quiso probar comida, por más que Jungkook insistiera incluso usando la absurda técnica del avioncito.

ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬  ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora