- 25 -

1K 166 30
                                    





Ese viernes en la tarde después de terminada la jornada laboral, los obreros portuarios se habían congregado delante de las oficinas de administración exigiendo el aumento de salario y las prestaciones. Hicieron el juramento de que habría paro todo el fin de semana si las autoridades no cedían a las peticiones.

Los fines de semana se incrementaba casi al doble el flujo de turistas y por tanto las ventas de boletos y las descargas de mercancía también, por lo que representaría una pérdida considerable para la empresa. Jungkook por no ser la nota discordante se había quedado en una orilla de la multitud sin dejarse ver demasiado, ya que varios medios locales y una televisora nacional se habían posicionado para hacer una transmisión en vivo más adelante y pensó en retirarse discretamente antes de que aquello comenzara a llenarse de más periodistas. Lo que menos necesitaba en aquel momento era publicidad.

Alrededor de las 8:30 de la noche llegó a la casa y Jimin lo esperaba impaciente.

—¿Hubo algún problema?  ¿Por qué has demorado tanto? —preguntó nada más verlo asomar en la puerta.

—Hubo una manifestación en el trabajo y me he quedado un tiempo más, pero llegaron los periodistas y me tuve que ir. No quiero salir en la primera plana de la televisión nacional.

—¿Una huelga?  —preguntó Jimin asombrado. Jungkook asintió.

—¡Vaya! No me lo habría imaginado.

—Dejaré el empleo, ya no me parece seguro. Alguien podría reconocerme y no quiero creer en que esas causalidades existen, pero tomaré medidas de igual forma.

El lunes antes de que las oficinas fueran reabiertas pasada la tormenta del fin de semana y llegado a un acuerdo con los empleados, estaba un Ford negro aparcado en la caseta de entrada. Dentro, un hombre de unos treinta años con el cabello pulcramente encerado y peinado, de traje gris y zapatos negros, jugaba a desarmar y armar una lapicera de colores. Tres veces se había levantado a preguntar a qué hora empezaban a llegar los empleados y a qué hora llegaba un chico llamado Jungkook dijo dando las señas de su descripción.

—¿Usted es policía? —preguntó desconfiado el portero.
—No, soy un amigo de su hermano y he venido hasta acá para avisarle que falleció un familiar nuestro. —dijo con tono sarcástico.

—No sabía que Jungkook tenía un hermano. —dudó el empleado sin llevarse la intención del detective.

—Estará de acuerdo en que hay muchas cosas que no sabemos de las personas. —afirmó el detective dejando un rastro de duda en los ojos del guardia.

Una mentira de muerte familiar de por medio le aseguraría encontrarlo hasta debajo de la tierra si se estaba encondiendo. La gente se sensibiliza con esas causas. El portero inmediatamente tomó el teléfono e hizo una llamada, preguntó por la ficha de empleado de Jungkook para buscar sus datos, pero no encontraron nada que dijera donde vivía en la actualidad.

—En su identificación dice que vive en la ciudad, pero no sé cómo alguien que vive allá podría venir hasta acá a trabajar cada día. Esta demasiado lejos. —y RM coincidió en tal análisis.

—Tiene toda la razón, alguien que vive allá no vendría cada día a trabajar acá. —hecho que corroboró la sospechas que ya habían crecido a tamaños exponenciales. Jungkook se había mudado cerca de allí.

RM tomó nota de la dirección y se despidió.

—Volveré mañana, quien sabe si tenga mejor suerte.

Pero esa mañana Jungkook tampoco apareció, ni la siguiente, ni en lo adelante volvió a aparecer por el puerto. Y no era algo raro que pasara, a menudo la gente sin documentos trabajaba la jornada, recibía su paga y se iba, algunos regresaban otros no. Los empleados en su mayoría eran de países vecinos mucho más pobres, que habían salido huyendo de la crisis económica y se refugiaban dondequiera que les ofrecieran trabajo y un techo. Por lo que las grandes compañías pesqueras ubicadas en todo el litoral, contrataban mano de obra barata sin muchas demandas, por tanto, el flujo de personal era bastante continuo y poco controlado.

ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬  ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora