ℭ𝔲𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔰𝔢𝔞 𝔪𝔦́𝔬 ••𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇••

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La mano de Jungkook amaneció inflamada. Se tuvo que poner una venda para cubrir las cortadas en los nudillos y se fue a trabajar. Jimin dormía en su esquina de la cama envuelto en su manta con los pies afuera, pero Jungkook no se los cubrió para no despertarlo. Había decidido dejar la agencia ese mismo día. No podía estar más bajo el riesgo de despertar la curiosidad de la policía y que pudieran relacionarlo de alguna forma. Una vez estaba bien, pero salir con frecuencia de la ciudad sería sin dudas un acto sospechoso, a menos que no viviera en ella.

Había tomado la decisión meses antes, pero pensando en que debía esperar el tiempo suficiente para no levantar sospechas, había extendido de más su permanencia. Eso sumado al hecho de que su trabajo era bueno. Sabía que no tendría tanta suerte para encontrar otro como ese que sostuviera la vida de ambos.

Con el nuevo panorama de las cosas, halló que la agencia le robaba demasiado tiempo, cuatro horas de ida y de regreso, ocho horas de trabajo y la hora de comida del mediodía. Eso le reducía el tiempo de estar con Jimin a menos de seis horas, durmiendo cinco y yéndose cada día a trabajar muerto de sueño.

Esa mañana en la agencia circulaba el rumor de que la policía tenía pistas nuevas sobre el paradero de Jimin. Jungkook no pudo evitar recordar el evento del día anterior y sentirse preocupado. Decidió plantearle de una vez el asunto de su renuncia a Seokjin y de paso, quien sabe si corroborar con él mismo, la veracidad de los rumores. No recordaba haber dejado lo que se llaman cabos sueltos. La única había sido la desafortunada chica que había muerto accidentalmente, pero difícilmente los peces hubieran dejado más que huesos.

En el preciso momento en que iba entrado al pasillo que daba a la oficina del CEO Kim, el detective RM iba saliendo de allí malhumorado. Al parecer después de tener una acalorada charla con el CEO. Era el primer caso en el que colaboraba con la policía metropolitana y traía las pilas cargadas. Muy confiado en sus habilidades como detective, hecho que molestó a Seokjin, que no permitía que otro gallo cantara más fuerte que él.

Jungkook sintió cierto escalofrío en el estómago, pero siguió inmutable hasta que sus ojos se cruzaron con los del detective y ambos hicieron un gesto de reconocimiento con la cabeza. Jungkook dio dos toques suaves en la puerta y desde adentro una voz lo invitó a entrar. Seokjin estaba de espaldas con las manos en los bolsillos del pantalón, mirando por la ventana de cristal hacia un exterior gris, que amenazaba con diluviar. Giró sobre sus talones para quedar de frente a Jungkook que se había quedado de pie frente a su escritorio, esperando la invitación a sentarse.

—La juventud de hoy cree que lo sabe todo. —dijo Seokjin con la voz apagada. Van a cerrar la agencia dos semanas.

— ¿Por qué? —preguntó Jungkook— ¿Pasó algo?

—Dicen que podrían estar relacionadas las personas más cercanas a Jimin. Quieren saber si tenía enemigos.

— ¿Relacionadas cómo? —Jungkook sintió un aguijonazo frío en sus entrañas.

—Jimin fue grabado entrando con esa chica al hotel, en muy malas condiciones, por cierto, pero no fueron visto saliendo de allí.

—Entonces ¿qué conclusión sacan de todo esto? —preguntó Jungkook no queriendo avanzar hasta el escalón que Seokjin le había acomodado delante, pero sin poder evitarlo.

—Por la parte de Jimin, tienen la teoría de que podría haber sido obra de una fanática o anti y que no se fue por su voluntad, sino que ya sabes...están valorando la posibilidad de ese tipo  de secuestro. Sería la primera vez, pero no puede descartarse la posibilidad. Y por tanto, en esa hipótesis sigue vivo. Van a revisar todos los videos de las cámaras de seguridad de la agencia y a levantar huellas de cada uno de los empleados para hacer una base de datos y comparar con las que aparecen en la habitación del hotel. Por fin van a empezar a descartar sospechosos.