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Un par de días después de la agradable visita sorpresa a Kuzuryuu y Pekoyama, Hajime se encontró preparándose para su encuentro -no cita- con Komaeda. El sitio de ramen que había sugerido era un pequeño restaurante izakaya que ofrecía muchos otros platos, no sólo ramen.

Revisó el lugar con su teléfono, mirando ociosamente el menú y leyendo algunas críticas brillantes. Cuando estuvo listo, dejó su apartamento y se dirigió a la estación de tren.

El restaurante no estaba muy lejos y después de unas cuantas paradas Hajime salió y se dirigió a la calle. A su alrededor la vida nocturna comenzó a abrirse, las tiendas cerraron pero los restaurantes cambiaron sus tableros en la acera para cenar y consumir bebidas especiales.

Las luces pronto llenaron las áreas exteriores para comer, dando un cálido brillo anaranjado al cielo nocturno que descendía lentamente. Parejas y personas que no estaban trabajando, comenzaron a serpentear por las calles, dirigiéndose lentamente a sus casas o a los restaurantes para comer.

Hajime encontró a Komaeda fuera del restaurante, mirando su teléfono. Bajo las cálidas luces de la entrada del restaurante y del cielo nocturno, se veía sereno y precioso, una persona más en su vida diaria. Nadie podría adivinar que era el heredero de una compañía de alto perfil. En su lugar, parecía un estudiante universitario normal y listo para llevar su vida al siguiente paso.

Bueno, lo haría si no fuera a ser asesinado. Ante ese pensamiento, un ardor golpeó a Hajime, resultando más doloroso de lo que habia pensado. Alejándo ese sentimiento, ofreció su mejor sonrisa y se acercó a Komaeda.

-Komaeda, hola.

-¡Hinata-kun! -Komaeda inmediatamente se embolsó su teléfono y le dió una adorable sonrisa, incrementando el peso en el pecho del aludido-. Te ves bien.

En su opinión, parecía normal, pero Hajime sonrió aceptando el elogio.

-Tú también.

-Gracias -Komaeda se giró, aún sonriendo-. ¿Entramos?

Lo hicieron y tomaron una mesa que se extendía a lo largo de la pared. Dentro del restaurante, había mesas de madera y largas tiras de papel que detallaban el menú y los especiales. Después de pedir, Hajime se inclinó hacia atrás y miró alrededor.

Algunas de las otras áreas tenían las tradicionales mesas y alfombras de tatami para los invitados. También tenían algunas sillas justo en la parte delantera, al estilo de la barra.

-Este es un bonito lugar. He leído algunas críticas, pero visitarlo siempre es mejor.

-¡Qué bien que lo apruebes! -Komaeda sonrió, golpeando la mesa con los dedos-. Espero que también te guste la comida.

-Estoy seguro de que lo hará.

-¡Bien!-Komaeda entonces sacó uno de los menús de bebidas pequeñas de al lado-. Tomaste el tránsito por aquí, ¿verdad?

-No tengo coche.

-Ya veo, entonces, ¿quieres pedir algo de alcohol? -Komaeda ofreció-. Ha sido una semana muy larga para mí y me apetece un poco de sake.

-No me importaría -Hajime podría permitirse un trago-, los dos podemos pedir un par de botellas.

-Oh, yo me encargo -Komaeda sonrió emocionado-. No es tan caro aquí. ¿Te parece bien que estén frías?

-Está cerca el verano, sí.

-Comprendo.

Komaeda hizo una señal a la camarera y pidió el sake. Después de eso, no tardó mucho en llegar su pedido. Hajime inhaló y aprobó el simple olor del ramen de miso y un poco de kaarage. Dando gracias por la comida, empezó a consumirla. El ramen era simple pero delicioso, hablando de una receta casera. Una verdadera comida reconfortante que a veces era exactamente lo que alguien anhelaba.

I can't kill you (so we must be destined to be together)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora