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El hacha estaba en el suelo junto con una gran placa de metal que, sin duda, había protegido a la persona que abrió la puerta. Pasó un largo momento antes de que algo fuera arrojado a la habitación.

Rodó y emitió un pitido antes de que una pequeña explosión golpeara el espacio. Hajime tragó cuando la puerta y el marco a su alrededor cayeron al suelo, medio humeando y ardiendo en el suelo.

—Clásico, trampas explosivas en la puerta. Dime, ¿trabajas sólo en clichés? —Preguntó Natsumi mientras tiraba su cabello rubio de su hombro.

—Ahora no es el momento —Kuzuryuu medio regañó antes de volverse para mirar a Enoshima—. Hola, Enoshima. Estamos aquí para recuperar a Hajime.

Hajime los miró fijamente, entre aliviado pero preocupado. Kuzuryuu vestía un traje como si fuera a una reunión de negocios. En su mano tenía un bastón largo que se pasaba al jefe de familia durante generaciones  Hajime sabía que el bastón funcionaba como una espada y una pistola pequeña. Natsumi llevaba ropa de diseñador como si fuera a pasear y comprar todo el día. En su mano, cargaba una elegante pistola que tenía un dragón plateado envuelto alrededor del cañón.

—¡Kuzuryuu! —Enoshima sonaba positivamente encantada—. Vaya, los peces gordos están aquí. La Fundación del Futuro está afuera, ¿verdad? ¿Trajiste todo este poder de fuego sólo para mí? ¿Qué debo hacer?

Natsumi apuntó con su arma a Enoshima.

—¿Por qué no cortas la mierda y nos devuelves a Hajime, perra?

—¡Oh, qué miedo! —La voz de Enoshima subió de tono—. ¡Mira! Mira cómo tieeemblo~ —Luego hizo un gesto con la mano.

Ikusaba salió de la nada y golpeó a Natsumi. Natsumi la esquivó solo por instinto, la espada de Ikusaba la falló por un pequeño margen. Apuntando su arma, ella le disparó a Ikusaba pero su puntería era inestable e soldado la esquivó a su vez, corriendo hacia Natsumi.

Hajime vio como Natsumi caía hacia atrás contra el marco de la puerta en ruinas. Su corazón se detuvo cuando ella cayó, pero inmediatamente volvió a latir cuando una espada contrarrestó la navaja de Ikusaba.

Pekoyama vestía un traje como Kuzuryuu. Su cabello estaba en sus trenzas características. En su mano tenía una katana, el metal reluciente. En su espalda, se encontraba la vaina de la espada.

Con un movimiento fluido, Pekoyama se cargó contra Ikusaba, poniéndola fácilmente a la defensiva. Natsumi en el fondo gimió hacia arriba, frunciendo el ceño. Kuzuryuu hizo girar su bastón y apuntó con el extremo a Enoshima.

—Parece que tu pequeño perro guardián está ocupado —Dijo Kuzuryuu—. Entonces, vayamos a la parte en la que nos devuelves a Hajime.

—Tan confiado —suspiró Enoshima—, y no es una victoria mantener ocupada a ese idiota. Mukuro tiene una mente unidireccional, ¿sabes?— con cautela, comenzó a meter la mano en su bolsillo.

El sonido de dos disparos resonó en el almacén. Enoshima jadeó de inmediato cuando la sangre fluyó de su hombro y mano, ésta última extremidad cayó a su costado, herida. Hajime siguió con la mirada el orígen

Detrás de Kuzuryuu, estaba Komaeda con una pistola en la mano. Su cabello estaba recogido hacia atrás y alzado en una coleta elegante. Y por primera vez, Hajime vio algo verdaderamente peligroso parpadear en los ojos de Komaeda. Llevaba un traje como el de Kuzuryuu y Pekoyama, pero el suyo no era negro.

Era azul marino con una corbata roja opaca en el cuello. El arma se sostuvo con profesionalismo y técnica en su mano.

Esta no era la primera vez que veía a Komaeda sostener un arma, y aunque Hajime sabía eso, no podía evitar el hormigueo que le recorrió la espalda.

I can't kill you (so we must be destined to be together)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora