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El edificio de oficinas de Enoshima se asomaba sobre Hajime como de costumbre. Tirando de sus gafas de sol, se las ajustó en la cara antes de tocarse las orejas, comprobando que el comunicador seguía dentro. Una pequeña ráfaga de estática golpeó sus oídos, aguda, antes de desaparecer.

A su alrededor, la gente pasaba apresuradamente, envuelta en su vida cotidiana. El sonido del tráfico y el ruido general de la ciudad llenaba el ruido blanco detrás de Hajime, creando un manto de sonido distraído. Sin embargo, dentro de los terrenos del edificio el sonido era distante, alejado, como si fuera parte de otro mundo.

-¿Hinata? -La voz de Nanami llenó los oídos de Hajime, clara y sin estática-. ¿Estás listo?

-Sí, lo estoy.

-Bien. Enoshima ya ha dejado el edificio. Según su agenda no volverá hasta dentro de un par de horas. Fujisaki ya ha abierto la puerta lateral de la escalera, desactivando las alarmas de emergencia. Tienes dos minutos.

Asintiendo con la cabeza, Hajime agudizó la mirada, se levantó la capucha y se dirigió en silencio a la puerta lateral. Presionando su mano sobre ella, la puerta se abrió con facilidad.

Al entrar, Hajime permitió que la puerta se cerrara suavemente detrás de él. Inmediatamente  comenzó a subir las escaleras, notando los paneles que le indicaban los pisos por los que pasaba.

-Las cámaras del hueco de la escalera están en bucle por precaución -Nanami siguió hablando-. Cuando llegues al último piso, házmelo saber.

-De acuerdo. -Hajime mantuvo su voz baja, no queriendo que hiciera eco en el hueco de la escalera vacía.

Moviéndose continuamente hacia arriba, Hajime llegó al último piso en un tiempo récord. Sus pulmones protestaban ligeramente junto con sus piernas. Encorvándose por un segundo, respiró profundamente antes de estirarse.

-Estoy en la puerta de la escalera de arriba.

-Danos un momento -Nanami se quedó en silencio durante unos segundos-. Está bien. Las cámaras del último piso estarán en bucle durante un minuto. Al final del pasillo está la puerta de la escalera que lleva a la oficina de Enoshima. La puerta está abierta y la alarma está desactivada.

Hajime presionó con su mano el tirador de la puerta, girándola.

-Lo captó. ¿Vas a contar conmigo?

-Sí. Tres... dos... uno.

Abriendo la puerta rápidamente Hajime corrió por el pasillo. Había algunas oficinas pero todas las puertas estaban cerradas. El silencio del suelo era espeluznante, su cerebro gritaba que debía estar atento y en alerta. Sacudiendo el pensamiento, Hajime llegó a la puerta de las escaleras de la oficina de Enoshima. Como Nanami dijo, estaba abierta y Hajime pudo entrar fácilmente.

Más allá de la puerta había una única escalera que llevaba hacia arriba. No era muy alta y desde abajo podía ver la puerta de la oficina de Enoshima. Estaba pintada como Mokuma, como si alguien le quitara la cara al oso y la aplastara.

Hajime hizo una mueca. Qué hortera. Esperaba que esta sea la última vez que la vea. Subiendo las escaleras, Hajime llegó a la puerta y la abrió con facilidad, como todas las demás puertas. Se abrió al lado del ascensor y aunque había caminado por el pasillo hasta la oficina de Enoshima varias veces, entrar en ella en un ángulo diferente hizo que la experiencia fuera extraña.

-Las cámaras ya han sido desconectadas aquí -La voz de Nanami llegó-. La puerta de su oficina también ha sido abierta. Estás a salvo.

-Gracias.

I can't kill you (so we must be destined to be together)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora