La mañana llegó junto con una rigidez de cuello. Hajime gimió y casi se dio la vuelta pero luego recordó que estaba en el sofá. Deteniéndose a mitad del movimiento, abrió los ojos y se sentó, bostezando.
Una luz amarilla pálida bailó en su sala de estar, creando un cálido resplandor en medio de la quietud de su espacio vital. Hajime miró fijamente durante un largo segundo antes de levantarse.
Primero puso un poco de café, luego fue al baño y se dio una ducha rápida. Cuando terminó, el café ya estaba hecho y Komaeda despierto, sentado en una de las silla pertenecientes a mesa de la cocina. Hajime levantó la mano en señal de saludo pero se detuvo. Allí, delante de Komaeda estaba la carpeta de manila. Un pequeño nudo golpeó su estómago, pero desapareció inmediatamente. Su tapadera para sus misiones era perfecta.
-Buenos días, Komaeda.
-Buenos días, Hinata-kun -Komaeda echó un vistazo a la carpeta antes de sonreír tímidamente-. Lo siento, me dio curiosidad. Tu casa es muy bonita. -Añadió.
-Gracias -Hajime dio su mejor sonrisa-. Y no te preocupes. Es culpa mía por dejar las notas de la investigación fuera.
-No, fui demasiado curioso -Komaeda sacudió la cabeza-. No es una buena manera de agradecerte por ayudarme anoche.
-No fue un problema. No reaccionaste cuando intenté despertarte para tu parada, así que te traje aquí -Hizo una pausa-. Oh, también te di la cama.
-Me di cuenta. Fue muy amable de tu parte -Komaeda hizo un gesto hacia la manta rugosa del sofá y sonrió, conmovido-. Por favor, permíteme compensarte y hacernos el desayuno.
-No es necesario.
-Sí, pero me gustaría. Ahora, por favor, muéstrame tu cocina.
Discutir no funcionó, así que Hajime hizo lo que Komaeda le pidió y le mostró dónde estaba todo. Komaeda se puso a trabajar, sólo pidiéndole que pusiera el arroz. Hajime obedeció y vio como Komaeda enrollaba el tamagoyaki, cortaba algunas frutas y cocinaba el último pescado de Hajime hábilmente. Cuando el arroz terminó, su estómago se quejó en agradecimiento por la comida preparada. Komaeda entonces hábilmente preparó todo y lo puso en la mesa.
-Ya está, hecho. -Komaeda sonrió.
-Muchas gracias -Hajime miró el pequeño pero agradable desayuno por un momento-. Oh, he hecho algo de café. ¿Quieres un poco?
-Sí, me gustaría.
-¿Algo de crema, leche o azúcar?
-Leche y azúcar, por favor.
Hajime sirvió el café y luego cogió el azucarero y la leche. Komaeda sonrió agradecido y se sirvió la cantidad adecuada de leche en su café. Luego se metieron en el desayuno. Hajime apreció la ligereza del tamagoyaki y el salmón.
-Esto es delicioso -Hajime elogió-. Gracias.
-De nada. Una vez más, gracias por ayudarme -Komaeda sonrió, sus mejillas enrojecidas-. Esto es bonito, sabes. No puedo recordar la última vez que desayuné con alguien más.
-Yo tampoco.
Komaeda masticó suavemente durante un segundo antes de hablar.
-Sabes, estaría bien.
Hajime hizo una pausa.
-¿Qué cosa?
-Si pudiéramos ir a ver todos los lugares que has expuesto en tu investigación -Komaeda aclaró señalando la carpeta de manila-. Tienes tantos lugares que has resaltado y sólo en la primera página. Muchos de ellos suenan muy bien y me encantaría visitarlos.
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I can't kill you (so we must be destined to be together)
Casuale[AU moderno-Soulmates: Las almas gemelas no pueden matarse o dañarse unas a otras.] Una fragmentación de vidrio resonando, y más tarde una salpicadura de sangre vista a través del alcance de su rifle apareció un momento después. Satisfecho, Hajime s...