Moonlight 🌙

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Betty:

Me encontraba recostada en el pasto. Tenía los ojos cerrados pero sabía, debido al viento soplando a mi alrededor, que el día estaba bastante cálido.

El sol se posaba sobre mi piel logrando que esta brillase de manera especial.

Pero tenía la sensación de estar siendo observada.

Abrí los ojos incorporándome. Todo estaba calmado. No había nadie, excepto los altos árboles a mi alrededor.

De pronto, el cielo comenzó a oscurecerse. ¿Habría una tormenta? ¿Tan de repente?

ME coloqué de pie dispuesta a regresar a casa. Cuando me giró, choque con un cuerpo.
...

Abrí los ojos.

La alarma del despertador sonaba por toda mi habitación.

6:00 am. Día lunes 01 octubre.

Hora de ir al instituto.

Elizabeth Cooper, 17 años. Estudiante de último año del instituto Riverdale High.

Alta, tez blanca, cabello rubio, ojos verdes, labios rosa...

La típica belleza Americana.

Pero estaba en Riverdale. No era más especial que nadie. Existían cientos de chicas mucho más guapas y llamativas que yo.

Arrugé la nariz con desagrado ante el espejo. Había subido de peso los últimos meses y no estaba muy gustosa con ese hecho. Sobre todo porque era una animadora, por lo que en mi pequeño uniforme, fácilmente podían notar aquel detalle.

—El desayuno está listo. —gritó mi madre desde las escaleras.

— Síp, ya bajo...—contesté tomando mi mochila y chaqueta en mano.

Al mismo tiempo que salía de mi habitación, la puerta del otro lado del pasillo se abrió, revelando a mi hermano mayor.

—Buenos días. —Saludé con una pequeña sonrisa. Mi hermano también se encontraba listo en su perfecto traje de Pop's.

Chic asintió acomodando aún el pequeño moño que pertenecía al traje. Fruncí los labios y me acerqué para ayudarle.

—Listo. —dí pequeñas palmadas en su pecho.

— Al menos eso lo haces bien. — comentó ladeando una sonrisa de superioridad.

—Se dice gracias. — rodé los ojos mientras ambos caminamos escaleras abajo.

Así era Chic. Ambos nos llevábamos dos años de diferencia y pese que no siempre nos decimos lo mucho que nos queremos, ambos tenemos una buena relación.

—Buenos días mamá.— ambos saludamos a la rubia que terminaba de servir el desayuno.

—Buenos días, chicos. Hoy tengo que irme más temprano. Dejé dinero para puedan comprar el almuerzo porque no les he empacado nada. —explicó mientras se deshacía del delantal y tomaba su bolso y chaqueta.

Mi madre es periodista. Tiene un buen puesto y ama su trabajo.

—Regresaré para la cena. Tengan un buen día. —depositó un beso en la mejilla de cada uno de nosotros.

—¿Tienes práctica hoy?— preguntó Chic recorriéndome con la mirada.

—Sí —asintí metiendo una cucharada de cereal a mi boca.