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Betty:


— ¿Dónde has estado?— Brett se acercó a mi y yo terminé de acortar la distancia.

— Lo siento, estaba...— "¿tratando de despertar mis superpoderes?" ¿Qué tan loca me escucharía si dijese la verdad?

Brett alzó las cejas esperando mi respuesta. En su semblante sólo había confusión.

— Estuve buscándote por todos lados para traerte a casa. No te he visto en el almuerzo y tampoco te he encontrado en ninguna de las clases. — explicó tomando mis manos. — ¿Estas bien? ¿Te has sentido mal?

Negué colocando una de mis manos en su mejilla. No me gustaba preocuparle de esa manera.

— Lo siento... he olvidado avisarte. — apreté los labios.

— ¿Avisarme qué?— frunció el ceño.

Abrí la boca pero nada venía a mi mente. ¿Por qué siempre me pasaba lo mismo?

— Ella debía venir conmigo. Teníamos algo importante. — la voz de Jughead logró captar la atención de Brett.

Pude notar su ceño fruncirse aún más.  Agachó la vista hacia mi en busca de alguna explicación a las palabras Jughead.

— Es que nosotros... — me removí incómoda.

— No te importa. — volvió a hablar Jughead. — Ella estaba ocupada y es todo lo que debes saber. 

Como si de una orden  se tratase, Brett asintió y deslizó una sonrisa en sus labios.

— Ya veo. Bueno, me alegra saber que estás bien Betty. — le quitó importancia.

Abrí la boca sorprendida.

— Ahm... ¿quieres pasar? Podemos charlar un rato. — sugerí. 

—Seguro, me encantaría. — Brett asintió con ánimos. Le entregué las llaves de casa para que pudiese adelantarse. — Iré en un segundo.

Brett tomó las llaves y se alejó.

—¿Qué fue eso?— mire molesta a Jughead.

— No iba a dejarte en paz. Sólo te he ayudado. — se encogió de hombros.

— ¿Has manipulado su mente?

— Sí.  — respondió como si se tratase de cualquier cosa.

— No quiero que vuelvas a hacer eso. — negué. 

Entrecerró los ojos. —¿Disculpa?

— Ya lo has escuchado. Brett no merece que lo trate de esa manera. — me crucé de brazos.

— Entonces ¿Qué piensas hacer cuando haga preguntas? Porque no creerás que este es el único día en que vas a desaparecer. Lo harás con frecuencia. — señaló. ─ Y espero no tener que aclararte que esta prohibido revelar nuestras verdaderas identidades.

— Lo sé... pero encontraré alguna manera de mantenerlo al margen. — asentí. 

—¿Y cómo piensas hacer eso?— alzó una de sus cejas.

─ Ese es mi problema. — aseguré.

— Como quieras. — le quitó importancia con un gesto de mano. — Te dejaré con tu novio.

Desapareció.  Así sin más.

Agité la cabeza tratando de salir de mi asombro. Debía comenzar a acostumbrarme a ese tipo de cosas con ellos.

Moonlight 🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora