Moonlight 🌙

•3

—¿Te gusta lo que ves, Cooper? — una sonrisa burlona se deslizó en sus labios.

Negué rápidamente mientras sentía mi rostro arder.

— N... no...— desvíe la mirada a cualquier otro lado.

Él soltó una risita. Su tono de voz era melodiosa. Casi como una suave nota de piano en una habitación solitaria.

No entendía por qué con sólo escuchar su risa -que por cierto se reía de mi- un calor se extendió por mi pecho. Era extraño.

— Bien... — él me entregó la hoja completamente llena.

Me pregunté en qué momento lo había hecho. Parecía que tan solo hace unos segundos se la había entregado.

— Supongo que te veré después.

— Ah, sí... y bienvenido. — sonreí animada.

Él entrecerró los ojos observándome intrigado. Tuve la sensación de que iba a decirme algo, pues entreabrió los labios...

— Betty...— la voz de Brett nos interrumpió.

Incluso pude sentir como la burbuja alrededor se explotaba.

— ¿Nos vamos? — los ojos de Brett se posaron por el cuerpo de Jughead.

Mientras el pelinegro también recorrió con la mirada a Brett, mucho menos disimulado. Se giró a mi nuevamente y alzó una de sus cejas.

— Entonces, hasta mañana. — sin más,  se alejó pasando por el lado de Brett.

— ¿Qué es lo que quería?— Brett alzó una de sus cejas.

— Inscribirse en el periódico escolar. — señalé la hoja en mano.

Brett asintió, aunque por el ceño en su frente, sabía que no le gustaba nada el asunto. Traté de quitarle importancia y me apresure a tomar su mano y entrelazarla con la mía.

—¿Nos vamos?— alcé mis cejas.

Brett asintió y así, tomados de la mano abandonamos el instituto.
Durante el transcurso, en el auto de Brett, nos dedicamos a escuchar música.  Así solía ser.

Y me gustaba de esa manera. Brett era tranquilo y no muchas veces podías verlo disgustado. Me gustaban ese tipo de personas, donde pudiera sentir paz a mi alrededor.

— Vayamos a comparar nuestros disfraces este fin de semana. — habló cuando estábamos cerca de mi casa.

— Me parece genial. — asentí entusiasta. — Pensaba algo como... vampiros. — sugerí colocando mis dedos a modo de colmillos sobre mis labios.

Brett soltó una risa. — Siempre has estado enamorada de los vampiros. — negó divertido.

— Sólo de los que se enamoran patéticamente de una humana, lo suficiente como para no querer chuparle la sangre. — explique recordando otras películas de vampiros con todo menos romance.

— Bien... me gusta la idea. — aceptó. 

Sonreí alegre. Brett siempre podía otorgarme lo que quería.  Así era incluso cuando apenas se fijó en mi, pensaba que solo actuaba como todos los demás chicos para conseguir lo que quisiese de las chicas, pero él era muy especial.

Al llegar a casa, antes de bajar me incliné sobre mi asiento para poder depositar un pequeños beso en sus labios.

— Te quiero. — susurre.

— Sabes que yo también. — asintió con una enorme sonrisa.

Asentí y baje del auto tomando mis cosas.