Moonlight 🌙

•14

Betty:

─ ¿Hacer qué?─ Chic volvió su mirada a mi alzando una de sus cejas.

─ Nosotros... ─ comencé a excusarme observando a Jughead.

─ Permiso. ─ Jughead tomó la bandeja entre sus manos. ─ Llevaré esto a la mesa. ─ Sin más, abandono la cocina dejándome a la intemperie.

Chic regresó su mirada curiosa a mí.

─ Tarea de ciencias. ─ le quité importancia. ─ Somos compañeros de laboratorio y no nos habíamos puesto de acuerdo sobre los materiales. ─ alcé las cejas orgullosa de mi misma.

Digo, mentir no era una cosa de la que hubiese que estar orgullosa, pero en mi situación, mejorar era la opción correcta.

─ Claro... ─ se encogió de hombros y colocó sus platos sucios en el lava platos.

Me apresuré a abandonar la cocina antes de que pudiese seguir su interrogatorio. Chic podía ser muy inteligente cuando quería, y mientras se tratara de mí, estaba segura que se mantendría con la guardia alta.

Moonlight

Después de la cena, los chicos se despidieron con amabilidad y se ofrecieron a llevarme todos los días al instituto, aunque iba a negarme, Chic accedió con una sonrisa dando las gracias.

Me sorprendí un poco porque nunca le había gustado que Brett fuese a recogerme, pero parecía que sentía mucha más confianza con unos completos extraños.

Eso hasta que recordé que los Ángeles podías controlar la mente.

Después de dar las buenas noches, subí corriendo a mi habitación. Me sobresalté al observar a Kevin mirar atento los cuadros de fotografías en mis paredes.

─ Me asustaste. ─ traté de hablar despacio para evitar ser escuchada en el pasillo.

─ He venido por ti. ─ sonrió.

─ ¿Es necesario que vaya?─ me abracé a mí misma. ─ De verdad me gustaría dormir y pasar una buena noche.

─ Es importantes que podamos despertar tu parte divina, Betty. ─ señaló.

Solté un suspiro. ─ Sigo sin creer que esto sea verdad. ─ me acerqué a mi closet para colocarme algo cómodo y abrigado.

─ Créeme, princesa. Eres tú.─ sonrió y siguió observando los cuadros.

─ Por cierto, no quiero que me llames así. Es... extraño. ─ fingí un escalofrío.

─ Lo siento, aun no estoy acostumbrado a tratare, pero seguro, Betty. Lo que menos quiero es incomodarte. ─ asintió complaciente.

─ Ah, y ya se lo había dicho al pesado de Jughead pero parece que no les ha pasado el mensaje. ─ soltó una risita. ─ No quiero que controlen la mente de mi familia. No se me hace justo, ellos no tienen nada que ver...

─ ¿Y sientes que juegas sucio?─ alzó una de sus cejas.

Asentí.─ De alguna manera. Ellos no deben tener que lidiar con esta "extraña" situación. Si por mi fuese les dijera la verdad...

─ No puedes. ─ me interrumpió.

─ Ya lo sé. ─ asentí. ─ Pero de todas maneras, no quiero que coloquen cosas irreales en sus cabezas.

─ No lo haré, lo siento. ─ Sus palabras me sorprendieron. Giré a verlo con el ceño fruncido.

─ ¿Qué?