13 || Blue Book (II)

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Russell solía ser una buena chica

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Russell solía ser una buena chica. Nació una noche calurosa de junio en el 2000, y, en ese entonces, sus padres no se esperaban que esa niña con los ojos verde cristalino, pudiese ser la base de sus peores problemas.

Ellos vivían en California. Allí casi siempre hacía calor. Russell pasó su infancia rodeada de playa, protegida en todo momento por sus cuatro hermanos. Era la favorita, la princesa de la familia, su sonrisa arreglaba cualquier día amargo.

Lo tenía todo. ¿Sabes lo malo?

Su vida siempre había estado destinada a romperse.

Con 11 años, Russell escuchó un conversación que no debía entre sus padres. Ella no tenía todavía la capacidad para entenderlo, pero sí la inocencia que ayudó a que se le partiese el alma en dos. Aquel idílico cuento de hadas que era su vida, se derrumbó frente a ella con aquellas palabras, cómo un simple castillo de naipes. Su seguridad, su alegría, sus sueños, se esfumaron.

Nadie la vio llorar aquella noche. Ni las siguientes. Por eso, hay que estar más pendiente de los niños.

Porque no sabes en qué momento se les empieza a pudrir el corazón, y si no lo sabes, no puedes pararlo.

Todo empeoró cuando tuvieron que mudarse. Ella había sido capaz de callárselo, soportar esa felicidad que todos desprendían, y que ya empezaba a molestarle, pero el traslado fue la gota que colmó el vaso. Sus padres encontraron trabajo en una ciudad triste, llena de oficinistas con caras largas, cuyos hijos eran creídos, y poco amigables.

La soledad que había empezado a atormentarla tras guardarse aquel secreto doloroso, no hizo más que crecer allí. A nadie le molestó su actitud por un tiempo, podían excusarla con el cambio, y eso llegó a hacerla sentir aún más incomprendida.

Nunca necesitó ser el centro de atención. Era una persona que resaltaba por sí sola. Sin embargo, ese poder que le daban las miradas, era lo único que la mantenía contenta. Cuando el gusto se convirtió en necesidad, ya no le importó que alguien se fijase en ella por las cosas buenas o las cosas malas.

Nunca había sido perfecta. Desde pequeña ya había sido egoísta, un tanto desapegada. Había heredado el carácter de los Parker, también su capacidad de mentir, la que sabemos que viene de su abuelo, pero ella eso lo desconoce. No necesitó nada más para complicarlo todo, contando la vida de los de su alrededor, y dejar clara su autoridad.

Ella solo es la suma de una chica herida, y una cualidad peligrosa.

Y esa mezcla solo da un producto:

Destrucción.

Aunque no se sepa si el daño es hacia los demás, o hacia ella misma.  

*•*•*•*•*•*•*•*•*•*•*•*•*•*•*

Dato: el número favorito de Russell es el trece. 

2º Dato: Su cumpleaños es el seis de junio.

3º Dato: Era rubia de nacimiento, su color se volvió castaño, y fue entonces cuando se lo tiñó.

HOLA! Me alegro mucho de estar aquí de nuevo!

El siguiente capítulo que se viene es la parte fuerte de la historia. Si algún momento en los capítulos anteriores te ha parecido extraño, inexpicable o innecesario, te pueden pasar una de estas dos cosas: 

—Que le encuentres sentido si recuerdas ciertos detalles- 

—Tengas que esperar a que nuestros protegonistas se den cuenta de lo que está pasando. 

¿Qué es lo que pensáis que escuchó Russell? Recordemos que, por ese entonces, no se llamaría así.... 

¿Qué habrá sido de sus hermanos y su madre? ¿Se distanciaria de ellos? ¿Qué tipo de problemas le causaría? ¿Son los mismos de los que se esconde? Aren debe de estar hecho un lío. 

Espero que os gustara este y el anterior capítulo! Os invito a que votéis que comentéis siempre que os haya gustado, y que me sigáis tanto aquí cómo en Tik Tok, Twitter e Instagram (en algunos sitios es el nombre de este perfil, con una barrabaja al final). También espero que os paséis por mis otras historias, Punisment Classroom y La Manera de Hacer que El Mundo Siga Girando. 

Mil gracias por todo, nos vemos!

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