24.5 || Creyentes

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*ATENCIÓN: Este capítulo es un especial, así que no es necesario leerlo para seguir el hilo de la historia. Si quieres esperar al siguiente capítulo, no te preocupes, que estará pronto :) Mil gracias y disfruta!*

PD: Este capítulo no es tan largo, solo tiene una pedazo de nota al final, no te asustes :)

PD: Este capítulo no es tan largo, solo tiene una pedazo de nota al final, no te asustes :)

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21 de marzo de 2019

NOAH

No conocía mucho a mi padre.

Él y yo siempre nos habíamos llevado bien. Solíamos pasar todas las tardes juntos cuando era pequeño, si él no tenía que patrullar. Adoraba escucharlo hablar sobre anécdotas con delincuentes y locos haciendo escándalo público. Me hacía sentir seguro y orgulloso que él siempre supiese aparecer en el segundo adecuado, al igual que en los robos, en los momentos que yo lloraba por los comentarios en la escuela.

Después de que mamá muriese, se dedicó a fondo a su trabajo para pagar los gastos que arrastrábamos por sus tratamientos. Él no se apoyó en el alcohol o el juego para pasar el duelo, sino en su puesto de sheriff. Doblaba turnos y siempre se quedaba hasta tarde en la comisaría, aquellos años estaban marcados en su trayectoria policial por su alto rendimiento. Los arrestos aumentaron y la paz terminó por establecerse.

Al menos fuera de nuestra casa.

Empecé a pasar mucho tiempo solo. Demasiado. No tenía amigos, familiares, y él pocas veces dormía en la cabaña. Edna solía venir cada día, a la hora de comer y cenar, a traerme lo que mi padre le pedía en la cafetería. Dentro de cada bolsa, siempre había una nota suya pidiéndome disculpas por no poder almorzar conmigo. Me parecía un detalle bonito.

Aunque cosas así nunca sacian.

Daba igual lo bien que intentase verlo, mi vida se había ido a la mierda. Había perdido a mi madre, y con ella, a mi padre. Mantenía su presencia con el olor, rociando sus perfumes por la casa, cocinando galletas, cortando leña incluso en verano, pero no era suficiente. No había nadie a quién abrazar allí. Nadie que me ayudase con las tareas, me obligase a limpiar mi cuarto, cortarme el pelo, que me consolase si tenía pesadillas, o simplemente me dijese que las cosas iban a mejorar.

Aguanté las burlas por mi físico, el sufrimiento por mi madre y la distancia de mi padre, gracias a una casualidad. Russell y yo empezamos a hacernos amigos por teléfono. En ese entonces, ella no se llamaba así. Ella me consolaba cuanto podía y obligaba a sus hermanos a enseñarme algunas cosas básicas de chico en la pubertad. Disfrutaba hablar con ellos, pero ninguno podía venir a visitarme, así que busqué alguien a mi alcance.

Me enamoré de un chica de mi clase que me usó porque no había quién soportase su carácter en la intimidad. Mi primera vez fue llena de gritos y sin nada de placer. Me sentí confuso, pero la tuve sobre mi pecho un rato durmiendo, y eso calmó mi necesidad. 

Destiny Grove: pueblo de misteriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora