02 || Desgracias y desgraciados

452 32 31
                                    

Destiny Grove era parecido a los pueblos que salían en películas cliché sobre la Navidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Destiny Grove era parecido a los pueblos que salían en películas cliché sobre la Navidad. No había luces de colores adornando cada esquina, un árbol enorme en medio de una plaza, ni siquiera una pareja con jerséis a juego, pero guardaba como una atractiva esencia la sensación de unidad, espíritu y felicidad.

Me había escabullido de mi nueva casa en cuanto había tenido la oportunidad o, más bien, cuando Noah me había dejado de incordiar con hacerme un tour para volver a ver mi sitio preferido de vacaciones. Recordaba mínimamente algunos sitios del centro y, lejos de eso, el olor encantador de dulces recién hechos en una pastelería antigua; necesitaba confirmar cómo la mujer que ya era, y no una simple niña, que aquel paraíso oculto seguía siendo realmente de ensueño.

No tenía una dirección fija a la que mirar. Intentaba retener el máximo de detalles que pudiera albergar mi cabeza, solo para saborear el hecho de que, en algún momento, pudiese decirme a mí misma que los había memorizado todos. Había plantas acostumbradas al frío en los balcones, pintura desconchada en algunas fachadas, y un señor sentado en una silla, el cual podía asegurar que estaba siempre ahí. Eran datos sin importancia, pero para mí eran cosas que, aún minúsculas, me podían unir a ese sitio.

De la avenida principal pasé a la calle Utah, llena de casas victorianas de colores y jardines enormes. Recordaba esa parte del pueblo, la según mi tío zona de los ricos, que abarcaba esa calle y la siguiente. Estaba desierta, a excepción de un niño pequeño, rubio, que jugaba con su perro cerca de la acera.

Le estaba lanzando una pelota, la que llegó a la punta de mis Converse. El pequeño Husky la siguió y al cogerla, se quedó quieto, mirándome.

—¡Quiere que se la lances!

El crío tenía acento, y le faltaban un par de dientes arriba. Lo obedecí y tiré el juguete en su dirección, andando mientras su mascota volvía a atraparlo.

—Gracias. — lo tenía a un par de pasos, el perro comenzó a olerme — Creo que le has caído bien.

Sonreí por el detalle y cogí al animal con cuidado.

—¿Te he caído bien?

—¡Ala! — su emoción me extrañó — ¡No deja que nadie lo coja, eres increíble!

No pude evitar reírme. En ese instante, un golpe nos asustó a ambos. Miramos a su casa, dónde por la puerta salía alguien.

—¡Vete a la puta mierda! — gritó el desconocido hacia el interior, el cachorro tembló en mis brazos y se fue hacia su caseta.

El que supuse que era un chico, vestido complemente de oscuro, pisoteó con rabia cada uno de los escalones del porche. Llegó a la hierba y siguió caminando con las manos apretadas a los costados hasta que un hombre delgado y con traje le habló desde la vivienda.

—¡Te dije que no volvieras a pisar mi casa, puto bastardo!

—¡No venía a por dinero! — contestó el otro volviendo un poco sobre sus pasos.

Destiny Grove: pueblo de misteriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora