22.5 || Mejor que mis esfuerzos

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*ATENCIÓN: Este capítulo es un especial, así que no es necesario leerlo para seguir el hilo de la historia. Si quieres esperar al siguiente capítulo, no te preocupes, que estará pronto :) Mil gracias y disfruta!*

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18 de marzo de 2019

ALEXANDER

Aren y yo nunca nos habíamos llevado bien.

La verdad era que le guardaba rencor desde hacía mucho tiempo atrás, más de una década antes de venderme. Y ese era mi secreto.

El profundo odio con el que había memorizado su nombre.

Aren siempre había sido el centro de atención. No importaba lo que tuviese que hacer para serlo, porque le gustaba. Por eso sabía que era un jodido masoca. Yo, en cambio, era la última persona de la que alguien se acordaba en la mansión, y ese fue el principio de nuestras diferencias.

El primer recuerdo que tenía con él era peleándonos por un juguete. Sería imposible decir quién lo consiguió, pues salió volando por la ventana. Fue Aren quién lo tiró, así que yo supuse que la victoria fue suya.

Aren solía ser al que regañaban por nuestras discusiones. Nuestro padre le golpeaba hasta el cansancio y nuestra madre observaba, igual que yo y Melisa, ambos acurrucados en un rincón. Sentía miedo y una cierta admiración, porque cuando padre quería aleccionarme a mí, él siempre salía en mi defensa. Por otra parte, sentía envidia y rabia, porque todos mis esfuerzos por resaltar se convertían en lo que le gritaba a él.

Solamente a él.

Aren tenía su perspectiva acerca de nuestra niñez. Era el que peor lo había pasado, pero también el que, en consecuencia, más cariño había recibido. Padre solía volver a disculparse con él, a abrazarle y a tratar de educarle, mientras mi hermana y yo nunca habíamos catado una pizca de su amor fraternal los años que había vivido. A ella no le importaba, porque el interés de madre era todo para ella, y la pregunta que yo me hacía era, ¿cuándo habría para mí?

Empecé a creer que Aren replicaba para acercarse a padre. Era la única manera que tenía de hacerlo, enfadarlo. Mirándolo desde el presente, su relación era bastante tóxica. Al niño pequeño que era en ese entonces no le importaba, solo quería sentirse incluido.

Con el paso de los años todo empeoró. El ambiente en casa, nuestro comportamiento, los enfrentamientos y la relación con el resto de la familia. Nolan comenzó a odiarme de la noche a la mañana, y todo por culpa de Aren. Por ser el primogénito, el favorito, el de los mejores genes y la personalidad más irritante del planeta. Podía ser más cariñoso o sentimental que en la actualidad, podía añorar la forma que tenía de protegerme, pero nunca olvidaría las veces que se burló de mí, ganándose el protagonismo en una familia tan perversa cómo la nuestra.

Tras la muerte de nuestros padres, empecé a echarlo de menos. No supimos nada de él durante más de tres años. Quería saber si seguía teniendo las mismas aficiones, cuanto había crecido, si seguiría siendo eso por lo que tanto le juzgaban, el reflejo de padre. Faltaba su rebeldía en casa de los Robinson. La vida era aburrida sin esa maldad que él encendía en mí.

Destiny Grove: pueblo de misteriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora