𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - 𝕽𝖊𝖇𝖔𝖗𝖓𝖕𝖑𝖆𝖞

24. Yo soy Lilith

Lilith, era una preciosa ángel, melliza de Eva, es melliza ya que eran demasiado diferentes, pero se querían como lo que eran, hermanas. Eva, ella tenía un pretendiente elegido desde su nacimiento, Adán, tenía muchos amigos y era la favorita de todos.
Sin embargo Lilith, no se llevaba nada bien con su padre, era solitaria y solo tenía una amiga, la mejor amiga de su hermana Julia. Tenía mil pretendientes y gente pidiendo de rodillas ser su amigo, pero ella siempre los rechazaba, las clases siempre las pasaba dibujando, desde ella siendo un posible demonio, hasta su hermana el día de su boda.

Su padre siempre había intentado integrarla a todo tipo de grupos, por eso Lilith terminó harta de él. Ella solo lo ignoraba y dejaba que se preocupase más por Eva, la que sería la futura Reina del Cielo.

Las cosas empezaron a ir mal cuando Lilith se dió cuenta de que le gustaban tanto los hombres como las mujeres, empezó a tener graves episodios de insomnio por pensar en que estaba pecando, pero simplemente dejó de pensar en que eso estaba mal.

Ese día Lilith iría a declararse a la chica que le gustaba, y desgraciadamente no era más ni nada menos que su mejor amiga y la de su hermana, Julia.

-¡Julia!- la llamó la ángel con nerviosismo al saber lo que iba a hacer - te tengo que contar una cosa...

- Hacía mucho tiempo que no te veía - rió la chica al estar enfrente de su amiga - en la escuela nos tienen abarrotados de tareas.

- Sí...¿Qué me vas a contar?- fingió reír con su amiga.

- Dime, soy toda oídos - sonrió mostrando sus dientes.

- Pues verás... Te tengo que ser sincera y lo que pasa es...- sus manos sudaban de los nervios, sabía cómo iba a acabar, pero podía intentarlo - es que, no está mal, simplemente es como soy y no quiero que te enfades ni me critiques por...

-¡Venga ya, dime!- rió mientras la empujaba levemente.

- Me gustan los hombres y las mujeres, soy bisexual, pero la cosa es que me gusta una chica... Y eres tú, Julia - terminó sintiendo que se había sacado un peso de encima.

Observó cómo la chica ángel palideció al instante de terminar, cosa que la asustó. La chica de no familia real empezó a retroceder despacio, como si no quiera asustar a su amiga, Julia se retiró corriendo sin parar, y Lilith ya sabía lo que eso significaba.

-¡No, Julia!- gritó intentando seguir a la chica - no digas nada...

Julia corría hacia Dios para contarle todo, esperaba que él pudiese salvar a Lilith de sus pecados y volverla a como era antes, no quería nada malo, solo pensaba que eso era lo malo.

Cuando Dios se enteró de todo pidió a Julia que se retirase amablemente, él tendría una charla con su hija no muy amable.
Al poco tiempo vinieron unos guardias con su hija mientras no la trataban nada bien.

-¿¡Pero qué hacéis subnormales?!- preguntó la chica enfadada al caer de rodillas contra el suelo.

- Lilith, Julia me ha contado cosas que no me gustan... Piensa en lo que has dicho - obligó su padre.

- No - contestó sin siquiera mirarle mientras se levantaba - también me gustan las mujeres, no me escondo.

-¿¡Qué cojones te pasa?!- la empujó fuertemente haciendo tambalearse -¿Enserio creías que te iba a aceptar?¡No puedo tener una hija criada como un puto demonio!

- Preferiría ser un demonio que estar a tu lado - contestó mirando sin miedo -¿No ves que nunca nos has criado?¡Eres el peor padre que nunca he podido tener!

- Escúchame hija...

-¡No me vuelvas a llamar hija!- gritó con lágrimas en los ojos de la impotencia -¡Solo te importa tu fama y tu puto poder!