- Reborn ¿Dónde está Auron?- preguntó Axozer llamando suavemente a la puerta de la habitación del ángel.
- Primero: son las dos de la mañana - respondió el otro ángel totalmente adormilado - segundo: se durmió.
-¿En su cama?
- Sí Axo, sí.
- Pues no está - el pequeño se encogió de hombros.
-¿Cómo que no?- preguntó algo más despierto - eso es imposible.
Empujó al más bajo para poder ir a comprobarlo él mismo. Iba rápido por el pasillo, casi corriendo, con los pasos de Axozer rápido detrás de él.
Cuando llegó a la habitación solo se encontró con la imagen de Sergio cantando como si fuese un micrófono con un bate de béisbol, no había rastro de Auron.
Al ángel le dió por mirar por la ventana sacando la mitad de su cuerpo por ella, y gracias a eso se encontró con que Auron estaba subido al muro a punto de saltar para salir al bosque. Le hizo un signo de despedida, el demonio saltó y se perdió en la mirada del ángel.
- Axo... Convoca a los que puedas - habló decidido Reborn volviendo a mirar a su amigo - algo no va bien.
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Auron corría por el bosque, bueno, él no estaba corriendo, no sabía a dónde iba, algo en su interior le hacía tomar todas las decisiones que estaba haciendo. Es como si alguien lo estuviera obligando.
Llegó a un pequeño claro dónde su instinto hizo que parara al sentir a alguien que lo miraba, no estaba solo y eso era algo que tenía claro, aunque no sabía quién podría ser.
-¡Sal de dónde estés hijo de puta!- gritó intentando sonar seguro, pero su voz tiritaba en el intento - Tú eres el que ha conseguido entrar dentro de mi mente y con tus poderes me ha llevado hasta aquí.
Auron tenía algo de miedo, pero solo por una cosa. Esa persona había conseguido derribar la barrera que tenía, esa barrera era la que le protegía de ataques de personas que tenían un poder bastante fuerte (casi nadie lo superaba) por si decidían intentar hacer un atentado contra su persona.
-¡No sé quién cojones eres o qué quieres pero eres fuerte!- volvió a exclamar buscando indicios de alguien y en un pequeño susurro agregó - y puede que más que yo.
- Veo que tienes curiosidad por conocerme - escuchó una voz a su espalda que no conocía de nada.
-¡No te tengo miedo!- gritó el demonio intentando obtener fuego de su mano, pero la lluvia se lo apagaba al instante - a mí puedes hacerme lo que te dé la gana pero deja a mis amigos.
Auron miraba amenazante a la persona, un ángel que parecía que tenía una ropa negra y verde, alguien a que no había visto nunca, o por lo menos no le recordaba.
-¡Cómo le hagas algo a algún ser querido mío!- volvió a amenazar al no escuchar ninguna respuesta de ese ángel - y sobre todo ni te atrevas a tocar a Reborn...
