Auron la había cagado, sí, no era un misterio. De hecho era por la mañana, él estaba en su habitación recogiendo sus cosas, solo serían tres días, pero lo necesitaba.
- Solo a tí se te ocurre pegarte con el director - Perxitaa sonrió algo triste por la ida de su hermano.
- Corrijo: solo a él se le ocurre robarme algo y pelear a muerte por eso - dijo cerrando la maleta y caminando al patio donde su padre no tardaría en ir.
Bajó por las escaleras rápido, lo último que quería era hacer esperar a su padre (aunque ya lo estaba haciendo) Satanás estaba en el patio esperando con fuego en la punta de su cola.
- Cagué - susurró el demonio. Perxitaa escuchó eso y se puso a reír como loco llamando la atención de su padre.
-¡Pero vamos a ver!- gritó agarrándole del brazo bruscamente -.¿Te crees que puedes destrozarle la cara a todo el mundo por ser mi hijo?
Auron no contestó, miró al suelo avergonzado. La única persona a la que le tenía miedo y le podía tratar así, su padre.
-¡Respóndeme!
-¡No, coño no!- gritó encarándolo -.¿Te crees que me gusta ser tu hijo?
Satanás se echó hacia atrás realmente enfadado, la primera vez que su hijo le respondía de aquella manera.
-¿¡Lo estás preguntando en serio?!- volvió a gritar El Diablo -.¡Responde tú mismo!
Raúl callado volvió a mirar al suelo, lo había dicho sin pensar, no quería ofenderle en verdad.
-¿Tú te crees que es bonito tenerte aquí en vez de a Sara?- eso al demonio le dolió más que cualquier cosa.
-¡No, joder claro que no!- contestó mirándole directamente a los ojos -.¡Soy un estorbo para todos lo sé!
Lucifer levantó la mano como si le fuera a pegar, Auron sabía que no lo iba a hacer, no era ese tipo de persona, pero aún así la amenaza le asustó. El demonio sintió (al tener los ojos cerrados y no ver) las manos de alguien posarse en su cintura mientras lo apartaba delicadamente.
- Le ruego que no haga nada - la voz de Reborn se coló por los oídos de los dos haciendo calmar la situación -. Y Auron, no eres un estorbo para todos, deja de mentir.
-¿Quién eres tú?
- Yo soy... Reborn, el hijo de Julia - se presentó educadamente -. Vine a calmar un poco esto.
- Estamos bien sin tí... Ángel.
- Yo no pensaría lo mismo - su voz seguía tranquila, bastante para la situación y su personalidad -. Todo tiene una explicación...¿Verdad Auron?
Colocó al demonio delante suya mientras le miraba esperando respuesta para apoyarle.
- Sí... Lo hice por cosas que nunca pensé que lo haría.
- Ya estás tardando en explicarte, y vámonos ya - tiró de su brazo impaciente -. Gracias Reborn por... Nada.
- Te debo una - le susurró el demonio antes de marcharse con su padre.
Auron rezaba porque su bronca no fuera peor en casa. Satanás solo pensaba en cómo decirle a su hijo que desde la primera vez que vio a ese ángel sabía cómo iba a terminar toda su historia.
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