46. Mátalo

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— Fargan llevamos tres horas caminando — le recriminó su amigo —.¿Seguro que sabes dónde estamos?

—¡Claro que sí Willy!— fingió una sonrisa mientras le tendía la mano y este la aceptaba —. Confía en mí.

— No, si confiar confío y demasiado...

Fargan rió unos momentos hasta que su sonrisa se apagó. Se había perdido. No sabía en donde estaba y solo tenía ganas de llamar a alguien que lo sacase de allí.
Luego recordó las palabras de Reborn y volvió a sonreír "los mejores momentos son los que salen solos, seguro que lo valora"
Esperaba que aquello funcionase.

—¡Buah Fargan mira eso!— exclamó el demonio señalando al lugar que tenía en frente —. Es precioso...

Una cascada caía con todo el agua rápido, formando un arcoiris. Un pequeño lago rodeado de piedras y árboles lo adornaba todo.

— Ves Willy — dijo fingiendo que ese era el lugar —. Bueno, con tus ojos ver poco.

— Qué gracioso eres rata.

— Ya bueno... Te quería decir una cosa importante — se animó el demonio sonriendo burlón —. Es importante, compórtate.

— Vale, pero no me digas que me dejas solo eh — los dos rieron por esas bromas que siempre hacían —. Continúa.

—¿Desde cuantos años nos conocemos?— preguntó iniciando su discurso —. Muchos, demasiados... Ni sé el número.

— Llevamos toda la vida juntos — sonrió Willy.

— Sí, por eso es que te quería decir...— calló durante unos momentos —. Pues tío, que me gustas.

—¿Qué quieres que responda a eso?

—¿Cómo qué que quiero que respondas a eso?— el demonio frunció el ceño divertido —. Pues básicamente eso es un sinónimo de que si quieres ser mi novio rata.

— Solo por el rata te digo que no — respondió tan serio que el otro se lo creyó por momentos.

—¿Qué?¿Willy?

—¡Patatudo!— le empujó al agua haciendo que cayera de espaldas.

—¡Serás!— se sujetó en una piedra para mirar a su amigo.

— A la pregunta que me has hecho — recordó mojando sus pies en el agua —. Te tengo que decir que sí, porque los días que paso contigo para mí son los mejores.

—¡Sí!— Fargan se dejó flotar boca arriba en el agua feliz.

— Dime, ¿Quién te ayudó con este plan?

— Pero-

— Te conozco.

— Auron, Reborn y Vegetta — bufó molesto —. Pero eh, me has dicho que sí.

— Te he dicho que sí... Agradece.

Fargan sonrió feliz, feliz de todo lo que había conseguido hoy.
Lo había hecho, había triunfado.

 Lo había hecho, había triunfado

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𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - 𝕽𝖊𝖇𝖔𝖗𝖓𝖕𝖑𝖆𝖞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora